MADRID, 28 Ene. (EDIZIONES) -
Son muchos los padres que se encuentran perdidos en la crianza de sus hijos. Se saben la teoría a la perfección, leen muchos libros, siguen en Instagram a los expertos en crianza respetuosa pero luego no logran conectar con sus hijos, y no consiguen forjar ese vínculo seguro con ellos. ¿De qué manera esto repercute en el desarrollo de los menores?
Beatriz Cazurro es psicóloga y psicoterapeuta y trata este asunto en 'Atender lo invisible' (Planeta) y durante una entrevista con Europa Press Salud Infosalus nos cuenta que hoy en día a muchos padres les cuesta mucho el conectar con sus hijos y están alejados de entender su manera de funcionar.
"Pero es que los padres tampoco se entienden a sí mismos y están disociados; ahí está el problema. Empezar a conectar con un cerebro en desarrollo, como el de los niños, no es tan fácil porque no hay una referencia tan ajustada y todo se complica", afirma esta experta.
MUCHA INFORMACIÓN DE EXPERTOS EN CRIANZA
Dice que sabemos que estamos conectados con nuestros hijos a través de sensaciones, igual que en una relación con una amiga sabes perfectamente si estás conectado o no. "No hay un listado específico de trucos para conectar con nuestros hijos. Y el problema está en que creo que los padres estamos muy perdidos hoy en día. Con tanta información que buscamos, pero esto no supone una garantía. No hay un listado para asegurarnos de que lo estamos haciendo bien y esto es lo complejo de las relaciones", advierte Cazurro.
Sobre la manera en la que repercute esa desconexión con nuestros hijos, esa falta de un vínculo seguro con nuestros hijos, esta psicóloga y psicoterapeuta subraya que lo hace en el desarrollo y futuro de los niños: "Si su sistema nervioso está regulado, el bienestar emocional está más protegido, así como la salud mental y física, las funciones ejecutivas están seguras y se pueden desarrollar de manera óptima; es muy importante a todos los niveles".
QUÉ ES UN VÍNCULO SEGURO CON NUESTROS HIJOS
En este contexto pedimos a la autora que nos explique en qué consiste un vínculo seguro con nuestros hijos, y señala que se trata de "una relación en la que nos sentimos protegidos, escuchados, en la que podemos ser nosotros mismos, y nos ven más allá de las conductas, nos aprecian por quienes somos, saben lo que nos ocurre, nos ponen límites y firmes, y nos ayudan a poner nombre a lo que nos pasa".
Cree que cada vez más familias lo saben pero quizá es en cierta manera problemático, en su opinión, en que no sólo se dan los vínculos de conductas y palabras, sino que estos deben ser coherentes a cómo están los padres y las madres. "Hay una parte de seguridad que se ofrece cuerpo a cuerpo. Son muchos los padres que intentan seguir las pautas de crianza de expertos, pero que lo hacen de forma desconectada de sí mismos y entonces no surte efecto", advierte.
Es decir, sostiene esta psicóloga y psicoterapeuta que hay una parte del ser humano que percibe la seguridad del ambiente: "El sistema nervioso se encarga de 'escanear' la seguridad del ambiente, y los niños pequeños lo que perciben es el tono de las palabras, no las palabras, la prosodia, la dilatación de las pupilas, la postura de sus progenitores, y es ahí donde perciben cuánta seguridad hay por parte de estos. Hay padres que están siempre muy alerta o estresados, o que están muy enfadados y para los pequeños es un mensaje confuso. Los padres se deben tener más en cuenta en buscar una coherencia y hacerlo desde quienes somos".
De hecho, resalta que, en cualquier relación, si la otra persona te dice que todo está bien, las palabras son las correctas, pero te sientes desconectado con ellas, o ves que hay cosas que no son verdad, esto te genera inseguridad, o desconfianza. "Los niños necesitan cierta transparencia", asevera Beatriz Cazurro.
Cree que, en realidad, tanta información a muchos padres les genera tal inseguridad que se agarran mucho a la pauta y les desconecta de quiénes son y de la intención de dar más seguridad a los hijos, de forma que consiguen lo contrario.
Con ello, le preguntamos por las pautas para lograrlo, a lo que responde esta experta que "no hay trucos, y esa es la parte frustrante". "Cada persona está en una situación muy diferente, personas disociadas o que están en alerta todo el rato. Sí hay que encontrar espacios para poder acercarse al cuerpo, a las sensaciones, emociones, aprender poco a poco lo que nos pasa, y la terapia es una opción, o el yoga, por ejemplo", resalta.
LA INFANCIA DE LOS PADRES INFLUYE
Pero otra de las premisas que defiende Beatriz Cazurro es que el cómo haya sido la infancia de los padres influye en la crianza sobre sus hijos. ¿Y cómo lo hace? Mantiene que sobre cómo está el sistema nervioso, el autónomo, ya que se configura a través del sistema nervioso de nuestros padres, a través del trato que nos dan, y de las diferentes situaciones de estrés.
"Aprendemos a navegar las subidas y las bajadas, a manejar el estrés, la tolerancia a situaciones más complejas. Cuando en la mayor parte de nosotros la parte emocional ha estado dejada de lado, y todas estas habilidades no nos las han prestado, es ahora como padres cuando nos toca aprenderlas", sentencia Beatriz Cazurro.