El inesperado vínculo entre la apnea del sueño y el Parkinson que debes conocer

Archivo - Hombre roncando. - CHAMELEONSEYE/ISTOCK - ARCHIVO

   MADRID, 3 Mar. (EDIZIONES) -

La apnea obstructiva del sueño es común y estudios anteriores han demostrado que, si no se trata, se asocia con un mayor riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular.

   Las personas con apnea obstructiva del sueño tienen un mayor riesgo de padecer enfermedad de Parkinson, pero si se comienza a utilizar la presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP, por sus siglas en inglés) a tiempo puede reducir ese riesgo. Así lo afirma un estudio preliminar del Sistema de Atención Médica de Veteranos de Portland en Oregón (Estados Unidos).

    La investigación concluye que el uso de CPAP dentro de los dos años posteriores al diagnóstico de apnea del sueño redujo el riesgo de Parkinson. Cabe recordar que la apnea obstructiva del sueño se produce cuando los músculos de la garganta se relajan durante el sueño, bloqueando las vías respiratorias y haciendo que la persona se despierte repetidamente para respirar. Este patrón de sueño alterado puede reducir los niveles de oxígeno, lo que afecta al cerebro. Con la CPAP, se administra aire presurizado a través de una máscara para mantener abiertas las vías respiratorias mientras la persona duerme.

   El autor del estudio, Gregory D. Scott, del Sistema de Atención Médica de Veteranos de Portland en Oregón: "Si bien nuestro estudio encontró un mayor riesgo de enfermedad de Parkinson, la buena noticia es que las personas pueden hacer algo al respecto, utilizando la CPAP tan pronto como se les diagnostique el trastorno del sueño".

   Para el estudio, los investigadores revisaron más de 20 años de registros médicos para identificar a casi 1,6 millones de veteranos que tenían apnea obstructiva del sueño y casi 10 millones de veteranos que no. Los investigadores identificaron entonces qué participantes desarrollaron la enfermedad de Parkinson.

    De aquellos con apnea del sueño, 5.284 personas, o el 3,4%, desarrollaron la enfermedad de Parkinson en un plazo de cinco años, en comparación con 37.873 personas, o el 3,8% de los que no tenían apnea del sueño. Sin embargo, Scott señala que estas proporciones iniciales estaban potencialmente sesgadas por las diferencias en la edad, el tabaquismo y la supervivencia general entre el grupo con apnea del sueño y los que no la tenían.

   Los investigadores analizaron las tasas de enfermedad de Parkinson cinco años después de un diagnóstico de apnea del sueño. Después de ajustar por edad, sexo y factores de salud como el tabaquismo, los investigadores descubrieron que, entre las personas con apnea del sueño, había 1,8 casos más de enfermedad de Parkinson por cada 1.000 personas en comparación con las personas sin apnea del sueño. De los participantes con apnea del sueño, el 10% había documentado el uso de una máquina CPAP. Estos participantes se dividieron en dos grupos: los que recibieron una máquina CPAP dentro de los dos años posteriores al diagnóstico y los que la recibieron después de dos años.

TRATARLA DE INMEDIATO CON CPAP

   Los investigadores encontraron tasas similares entre las personas con apnea del sueño que comenzaron a usar CPAP después de dos años que entre las que no usaron CPAP, con 9,5 y 9,0 casos de enfermedad de Parkinson por cada 1.000 personas respectivamente. Sin embargo, los investigadores encontraron una tasa más baja de Parkinson entre quienes comenzaron a usar CPAP temprano, dentro de los dos años posteriores al diagnóstico, con 2,3 casos menos por cada 1.000 personas en comparación con las personas que no usaron CPAP.

   "Es alentador saber que, si bien la apnea obstructiva del sueño puede aumentar el riesgo de enfermedad de Parkinson, tratarla de inmediato con CPAP puede reducir ese riesgo", destaca Scott. "Se necesitan estudios futuros para realizar un seguimiento más cercano de las personas después de recibir un diagnóstico de apnea del sueño y durante períodos más prolongados".

   Una limitación del estudio fue que si bien los investigadores pudieron identificar qué personas tenían un dispositivo CPAP, no pudieron determinar si las personas usaban el tratamiento diariamente, según lo prescrito.