MADRID, 17 Ene. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington (Estados Unidos) han hallado pruebas de que las infecciones que padecen algunos pacientes hospitalizados pueden desarrollarse a partir de sus propias bacterias, según publican en la revista 'Science Translational Medicine'.
Los hospitales cuentan con estrictos protocolos de higiene y saneamiento para proteger a los pacientes de bacterias que rara vez enferman a personas sanas, pero que pueden ser mortales para pacientes vulnerables ya hospitalizados con enfermedades graves. A pesar de los intensos esfuerzos de control de infecciones, siguen apareciendo nuevas cepas de bacterias, aparentemente de la nada, que enferman a personas en hospitales de todo el mundo.
Estudiando ratones, los investigadores descubrieron que las infecciones del tracto urinario (ITU) pueden surgir tras la inserción de tubos estériles, llamados catéteres, en el tracto urinario, incluso cuando no hay bacterias detectables en la vejiga de antemano. Estas sondas se utilizan habitualmente en los hospitales para vaciar la vejiga de las personas sometidas a cirugía.
En los ratones, la inserción de los tubos activó la bacteria 'Acinetobacter baumannii' ('A. baumannii') latente oculta en las células de la vejiga, lo que provocó que emergiera, se multiplicara y causara infecciones urinarias, según los investigadores.
Estos resultados sugieren que la detección de reservorios ocultos de bacterias peligrosas en los pacientes podría complementar los esfuerzos de control de infecciones y ayudar a prevenir infecciones mortales.
"Se podría esterilizar todo el hospital y seguirían apareciendo nuevas cepas de 'A. baumannii' --asegura el coautor principal Mario Feldman, profesor de microbiología molecular--. La limpieza no es suficiente, y nadie sabe muy bien por qué. Este estudio demuestra que los pacientes pueden estar transportando involuntariamente las bacterias al hospital, lo que tiene implicaciones para el control de las infecciones".
Según apunta, "si alguien va a someterse a una intervención quirúrgica y se le va a colocar un catéter, podríamos intentar determinar si el paciente es portador de la bacteria y curarle de ella antes de la intervención. Idealmente, eso reduciría las posibilidades de desarrollar una de estas infecciones potencialmente mortales".
La 'A. baumannii' es una gran amenaza para las personas hospitalizadas, ya que causa muchos casos de infecciones urinarias en pacientes con catéteres urinarios, neumonía en personas con respiradores e infecciones del torrente sanguíneo en personas con catéteres centrales en las venas. La bacteria es notoriamente resistente a una amplia gama de antibióticos, por lo que estas infecciones son difíciles de tratar y fácilmente pueden llegar a ser mortales.
Feldman se asoció con el coautor Scott J. Hultgren, catedrático de Microbiología Molecular Helen L. Stoever y experto en infecciones urinarias, para investigar por qué se producen tantas infecciones urinarias por 'A. baumannii' tras la colocación de catéteres.
La mayoría de las ITU en personas sanas están causadas por la bacteria 'Escherichia coli' (E. coli). Las investigaciones han demostrado que la 'E. coli' puede esconderse en las células de la vejiga durante meses después de que una ITU parezca haberse curado, y luego reaparecer para causar otra infección.
Feldman y Hultgren -junto con las coautoras Jennie E. Hazen, estudiante de posgrado, y Gisela Di Venanzio, doctora e instructora de microbiología molecular- investigaron si la 'A. baumannii' puede esconderse dentro de las células como 'E. coli'. Estudiaron ratones con infecciones urinarias causadas por 'A. baumannii'. Utilizaron ratones con sistemas inmunitarios debilitados porque, al igual que las personas, los ratones sanos pueden combatir la 'A. baumannii'.
Una vez que las infecciones se resolvieron y no se detectaron bacterias en la orina de los ratones durante dos meses, los investigadores insertaron catéteres en las vías urinarias de los ratones con una técnica estéril. A las 24 horas, aproximadamente la mitad de los ratones desarrollaron ITU causadas por la misma cepa de 'A. baumannii' que la infección inicial.
"Las bacterias debían de haber estado ahí todo el tiempo, ocultas en el interior de las células de la vejiga hasta que se introdujo el catéter --afirma Hultgren--. El sondaje induce inflamación, y la inflamación hace que se active el reservorio, y la infección florece".
Dado que la 'A. baumannii' rara vez causa síntomas en personas sanas, es posible que muchos portadores de la bacteria nunca sepan que están infectados, señalan los investigadores. Como parte de este estudio, los investigadores buscaron en la literatura científica y descubrieron que alrededor del 2% de las personas sanas son portadoras de 'A. baumannii' en la orina.
"Yo no le daría mucha importancia al porcentaje exacto, pero creo que podemos afirmar con certeza que algún porcentaje de la población anda por ahí con 'A. baumannii' --asegura Feldman--. Mientras estén básicamente sanos, no causa ningún problema, pero una vez hospitalizados, la cosa cambia. Esto cambia nuestra forma de pensar sobre el control de las infecciones".