MADRID, 18 Ene. (EUROPA PRESS) -
Un ingrediente comúnmente encontrado en la pasta de dientes podría emplearse como un medicamento contra las cepas de parásitos de la malaria que se han vuelto resistentes a uno de los fármacos actualmente utilizados. Este descubrimiento, dirigido por investigadores de la Universidad de Cambridge, contó con la ayuda de Eve, un 'robot científico' artificialmente inteligente.
Cuando un mosquito infectado con parásitos de la malaria pica a alguien, transfiere los parásitos a su torrente sanguíneo a través de su saliva y estos parásitos penetran en el hígado, donde maduran y se reproducen. Después de unos días, los parásitos abandonan el hígado y secuestran los glóbulos rojos, donde continúan multiplicándose, propagándose por todo el cuerpo y causando síntomas, como complicaciones potencialmente mortales.
La malaria mata a más de medio millón de personas cada año, predominantemente en África y el sudeste de Asia. Si bien se usan varios medicamentos para tratar la enfermedad, los parásitos de la malaria se vuelven cada vez más resistentes a estos medicamentos, lo que aumenta el espectro de la malaria intratable en el futuro.
Ahora, en un estudio publicado este jueves en la revista 'Scientific Reports', un equipo de investigadores empleó al robot científico Eve en una pantalla de alto rendimiento y descubrió que el triclosán, un ingrediente que se encuentra en muchas pastas dentales, puede ayudar a combatir la resistencia a los medicamentos. Cuando se usa en pasta de dientes, el triclosán previene la acumulación de bacterias de la placa al inhibir la acción de una enzima conocida como enoil reductasa (ENR), que participa en la producción de ácidos grasos.
Los científicos han sabido por algún tiempo que el triclosán también inhibe el crecimiento en el cultivo del parásito de la malaria 'Plasmodium' durante la etapa de la sangre, y supuso que esto se debía a que estaba dirigido a la ENR, que se encuentra en el hígado. Sin embargo, el trabajo posterior mostró que la mejora de la capacidad del triclosán para atacar ENR no tuvo ningún efecto sobre el crecimiento de parásitos en la sangre.
Trabajando con Eve, el equipo de investigación descubrió que, de hecho, el triclosán afecta al crecimiento del parásito al inhibir específicamente una enzima completamente diferente del parásito de la malaria, llamada DHFR. DHFR es el objetivo de un medicamento antipalúdico bien establecido, pirimetamina; sin embargo, la resistencia al fármaco entre los parásitos de la malaria es común, particularmente en África.
ATACAR EL PARÁSITO EN DOS ETAPAS
El equipo de Cambridge demostró que el triclosán podía apuntar y actuar sobre esta enzima incluso en parásitos resistentes a la pirimetamina. "La malaria resistente a los medicamentos se está convirtiendo en una amenaza cada vez más importante en África y Asia sudoriental, y nuestro botiquín de tratamientos efectivos se está agotando lentamente --señala el profesor Steve Oliver, del 'Cambridge Systems Biology Center' y del Departamento de Bioquímica de la Universidad de Cambridge--. La búsqueda de nuevos medicamentos es cada vez más urgente".
Debido a que el triclosán inhibe tanto la ENR como la DHFR, los científicos dicen que es posible atacar al parásito tanto en la etapa hepática como en la etapa posterior de la sangre. "El descubrimiento por nuestro robot 'colega' Eve de que el triclosán es eficaz contra los objetivos de la malaria ofrece la esperanza de que podamos usarlo para desarrollar un nuevo medicamento. Sabemos que es un compuesto seguro y su capacidad para alcanzar dos puntos en el ciclo de vida del parásito de la malaria significa que el parásito tendrá dificultades para desarrollar resistencia", subraya la autora principal, Elizabeth Bilsland, ahora profesora asistente en la Universidad de Campinas, Brasil.
El robot científico Eve fue creado por un equipo de científicos en las universidades de Manchester, Aberystwyth y Cambridge para automatizar y acelerar el proceso de descubrimiento de fármacos desarrollando y probando automáticamente hipótesis para explicar observaciones, ejecutar experimentos utilizando robots de laboratorio, interpretar los resultados para enmendar sus hipótesis, y luego repetir el ciclo y automatizar la investigación dirigida por hipótesis de alto rendimiento.
El profesor Ross King, del 'Manchester Institute of Biotechnology' en la Universidad de Manchester, quien dirigió el desarrollo de Eve, dice: "La inteligencia artificial y el aprendizaje automático nos permiten crear científicos automáticos que no solo adoptan un enfoque de 'fuerza bruta', sino más bien adaptan un enfoque inteligente de la ciencia. Esto podría acelerar en gran medida el progreso en el descubrimiento de medicamentos y potencialmente obtener enormes recompensas".