MADRID 29 Ene. (EUROPA PRESS) -
Una nueva forma de cultivar células T en el laboratorio permite vivir más tiempo y destruir mejor las células cancerosas en un modelo de ratón de melanoma, en comparación con las cultivadas en medios de crecimiento tradicionales, según han observado investigadores de la Universidad de Pittsburgh (EEUU).
Los hallazgos, publicados recientemente en 'Cell Metabolism', tienen el potencial de mejorar enormemente la eficacia de las inmunoterapias contra el cáncer que implican tomar células T de un paciente y cultivarlas en cantidades enormes en el laboratorio antes de reinfundirlas en el cuerpo.
"La forma en que tradicionalmente cultivamos células T en el laboratorio es terriblemente ineficiente", comenta el autor principal, el doctor Greg Delgoffe, profesor del Departamento de Inmunología de la Facultad de Medicina de Pitt y director del Centro de Microambiente Tumoral del Centro Oncológico Hillman de UPMC .
"Fabricamos millones de células T y las infundimos nuevamente en un paciente, pero la mayoría de las células mueren. Nuestra investigación está descubriendo nuevas formas de fabricar células T que vivan durante mucho tiempo con el objetivo de hacer que las terapias celulares sean más efectivas", afirma.
La terapia celular es un tipo de tratamiento que consiste en extraer células inmunitarias del paciente, expandirlas en una placa y transferir estas células vivas de nuevo al paciente. Las formas comunes de terapia celular que utilizan células T (los soldados del sistema inmunitario que combaten las infecciones y los cánceres) incluyen las células T con receptores de antígenos quiméricos (CAR-T), que son células T modificadas para atacar mejor el cáncer, y la terapia con linfocitos infiltrantes de tumores (TIL), que utiliza células T naturales que pueden combatir el tumor.
"La terapia celular es un fármaco vivo que responde al entorno del organismo. Pero hay una gran brecha entre dónde estamos con estas terapias y dónde podríamos estar porque la forma en que alimentamos a estas células en el laboratorio no las prepara bien para sobrevivir en el organismo", recuerda el autor principal Andrew Frisch, estudiante de posgrado del Departamento de Inmunología de la Facultad de Medicina de Pitt.
Según Delgoffe, los medios de cultivo tradicionales tienen un alto contenido de glucosa, por lo que las células T cultivadas en el laboratorio se vuelven adictas a este azúcar. Cuando se las vuelve a infundir a un paciente, tienen dificultades para consumir otras fuentes de energía y la mayoría de las células transferidas mueren rápidamente.
Con el objetivo de generar células T más duraderas, Delgoffe, Frisch y su equipo agregaron un compuesto llamado dicloroacetato (DCA) al medio de crecimiento típico utilizado para expandir las células T. El DCA altera el metabolismo de las células T para que dependan menos de la glucosa y puedan usar mejor otras fuentes de energía más comunes en el torrente sanguíneo.
Cuando se infundieron en ratones, las células T cultivadas con DCA vivieron mucho más tiempo en comparación con las cultivadas en medios de cultivo tradicionales. Casi un año después, más del 5% de las células T asesinas circulantes eran las que se habían transferido. En comparación, en los ratones que recibieron células T cultivadas en medios sin DCA, los investigadores apenas pudieron detectar estas células incluso unas pocas semanas después. En animales con melanoma, el tratamiento con las células T cultivadas con DCA condujo a un mejor control del tumor y supervivencia que con las células cultivadas tradicionalmente. También proporcionaron protección duradera: los animales que recibieron las células T cultivadas con DCA lucharon contra un segundo desafío con células de melanoma.
"Al limitar el acceso a ciertos alimentos, otorgamos a las células inmunitarias la capacidad de metabolizar cosas que normalmente metabolizarían en el cuerpo, en lugar de hacerlas adictas al azúcar que les estábamos dando en el laboratorio", aporta Delgoffe.
"Si podemos nutrir adecuadamente a nuestros soldados de células T en el laboratorio convenciéndolos de que coman el tipo correcto de alimentos, estarán mejor preparados para responder a las señales del cuerpo y vivirán mucho más tiempo. Tal vez podamos tener un soldado de guardia para siempre. Al igual que después de recibir la vacuna contra la varicela, estás protegido de por vida: nunca volverás a contraer varicela. Ese es el objetivo final de las terapias celulares para el cáncer", concluye.