Tras analizar las proteínas de personas socialmente aisladas
MADRID, 7 Ene. (EUROPA PRESS) -
Las interacciones con amigos y familiares refuerzan el sistema inmunitario y reducen el riesgo de padecer enfermedades como cardiopatías, accidentes cerebrovasculares y diabetes de tipo 2, según sugiere un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores de Reino Unido y China.
Los científicos han publicado estas conclusiones en la revista 'Nature Human Behaviour' tras estudiar proteínas de muestras de sangre tomadas a más de 42.000 adultos reclutados en el Biobanco del Reino Unido.
En este sentido, los autores señalan que las relaciones sociales desempeñan un papel importante en el bienestar de los humanos. Cada vez hay más pruebas de que el aislamiento social y la soledad están relacionados con una peor salud y una muerte prematura. Sin embargo, los mecanismos subyacentes por los que las relaciones sociales influyen en la salud siguen siendo difíciles de determinar.
Una forma de explorar los mecanismos biológicos es analizar las proteínas que circulan en la sangre. Las proteínas son moléculas producidas por los genes y son esenciales para el buen funcionamiento del organismo. También pueden servir como dianas farmacológicas útiles, lo que permite a los investigadores desarrollar nuevos tratamientos contra las enfermedades.
Un equipo dirigido por científicos de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) y la Universidad de Fudan (China) examinó los proteomas (el conjunto de proteínas) de las muestras de sangre donadas por más de 42.000 adultos de entre 40 y 69 años que participan en el Biobanco del Reino Unido. Esto les permitió determinar qué proteínas estaban presentes en niveles más altos entre las personas socialmente aisladas o solitarias, y cómo estas proteínas estaban relacionadas con una peor salud.
El equipo calculó las puntuaciones de aislamiento social y soledad de los individuos. El aislamiento social es una medida objetiva basada, por ejemplo, en si una persona vive sola, con qué frecuencia tiene contacto social con otras personas y si participa en actividades sociales. La soledad, por su parte, es una medida subjetiva basada en si una persona se siente sola.
Cuando analizaron los proteomas y los ajustaron a factores como la edad, el sexo y el nivel socioeconómico, el equipo encontró 175 proteínas asociadas al aislamiento social y 26 asociadas a la soledad (aunque había un solapamiento sustancial, ya que aproximadamente el 85% de las proteínas asociadas a la soledad se compartían con el aislamiento social).
Muchas de estas proteínas se producen en respuesta a inflamaciones, infecciones víricas y como parte de respuestas inmunitarias, además de haberse relacionado con enfermedades cardiovasculares, diabetes de tipo 2, ictus y muerte prematura.
A continuación, el equipo utilizó una técnica estadística conocida como aleatorización mendeliana para explorar la relación causal entre el aislamiento social y la soledad, por un lado, y las proteínas, por otro. Utilizando este enfoque, identificaron cinco proteínas cuya abundancia estaba causada por la soledad.
"Sabemos que el aislamiento social y la soledad están relacionados con una peor salud, pero nunca hemos entendido por qué. Nuestro trabajo ha puesto de relieve una serie de proteínas que parecen desempeñar un papel clave en esta relación, y los niveles de algunas proteínas en particular aumentan como consecuencia directa de la soledad", ha señalado Chun Shen, del Departamento de Neurociencias Clínicas de la Universidad de Cambridge y del Instituto de Ciencia y Tecnología para la Inteligencia Inspirada en el Cerebro de la Universidad de Fudan.
"Las proteínas que hemos identificado nos dan pistas sobre la biología que subyace a la mala salud de las personas socialmente aisladas o solitarias, lo que pone de relieve por qué las relaciones sociales desempeñan un papel tan importante a la hora de mantenernos sanos", ha indicado el profesor Jianfeng Feng, de la Universidad de Warwick.
PROTEÍNAS RELACIONADAS CON LA SOLEDAD
Una de las proteínas que se producen en niveles más elevados como consecuencia de la soledad es la ADM. Estudios anteriores han demostrado que esta proteína interviene en la respuesta al estrés y en la regulación de las hormonas del estrés y las hormonas sociales, como la oxitocina -la llamada hormona del amor-, que pueden reducir el estrés y mejorar el estado de ánimo.
El equipo halló una estrecha relación entre la ADM y el volumen de la ínsula, un centro cerebral de interocepción, la capacidad para percibir lo que ocurre dentro del cuerpo: cuanto mayores eran los niveles de ADM, menor era el volumen de esta región.
Los niveles más altos de ADM también estaban relacionados con un menor volumen del caudado izquierdo, una región implicada en los procesos emocionales, de recompensa y sociales. Además, los niveles más altos de ADM estaban relacionados con un mayor riesgo de muerte prematura.
Otra de las proteínas, la ASGR1, se asocia con un mayor nivel de colesterol y un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, mientras que otras proteínas identificadas desempeñan funciones en el desarrollo de la resistencia a la insulina, la aterosclerosis (engrosamiento de las arterias) y la progresión del cáncer, por ejemplo.
"Estos resultados ponen de manifiesto la importancia del contacto social para mantenernos sanos. Cada vez más personas de todas las edades dicen sentirse solas. Por eso la Organización Mundial de la Salud ha calificado el aislamiento social y la soledad de problema de salud pública mundial. Tenemos que encontrar formas de atajar este problema creciente y mantener a las personas conectadas para ayudarlas a mantenerse sanas", ha finalizado la psiquiatría de la Universidad de Cambridge, Barbara Sahakian.