Investigadores consiguen evitar que la toxicidad de la quimioterapia llegue al corazón tras el tratamiento

Archivo - Corazón, órgano.
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Publicado: lunes, 18 abril 2022 15:09


MADRID, 18 Abr. (EUROPA PRESS) -

Investigadores de la Universidad Médica de Carolina del Sur (Estados Unidos) han desarrollado una forma de eliminar los fármacos quimioterapéuticos tóxicos de la sangre tras el tratamiento del cáncer para evitar que lleguen al corazón.

Para los pacientes con cáncer, el poder de los fármacos quimioterapéuticos para acabar con los tumores es un arma de doble filo. Aunque muchos fármacos contra el cáncer matan las células tumorales, también pueden dañar las células sanas cuando viajan por el torrente sanguíneo.

"Una de las principales limitaciones de los agentes quimioterapéuticos es que sólo una pequeña parte llega al tumor que se pretende tratar. Como resultado, hay efectos secundarios que incluyen daños en el corazón", explica el doctor Dieter Haemmerich, uno de los autores principales del estudio.

En un artículo publicado en la revista científica 'Cancers', este equipo de investigación explica que ha desarrollado un dispositivo para eliminar el exceso de fármacos quimioterapéuticos de la circulación tras el tratamiento del cáncer. Con este dispositivo, el equipo eliminó el 30 por ciento del fármaco administrado una hora después del tratamiento.

Los investigadores se centraron en la doxorrubicina (DOX), que es uno de los fármacos de quimioterapia más utilizados en adultos y niños. También se sabe que el DOX es tóxico para el corazón. Esta toxicidad es especialmente perjudicial en los pacientes pediátricos, ya que cualquier insuficiencia cardíaca resultante tendrá efectos negativos para la salud durante el resto de la vida del niño.

En un ensayo clínico realizado en 2006, el DOX redujo la función cardíaca en niños con leucemia, y fue necesario un tratamiento con esteroides para reducir sus efectos perjudiciales. A pesar de su toxicidad para el corazón, el DOX es un fármaco de quimioterapia muy popular porque es muy eficaz para detener la división de las células cancerosas.

"La doxorrubicina actúa básicamente dañando el ADN. Eso es útil para tratar el cáncer, pero también puede causar efectos secundarios fuera del objetivo, como la pérdida de cabello y de médula ósea", detalla otro de los responsables de la investigación, el doctor Yuri Peterson.

Los esfuerzos para dirigir el DOX con mayor precisión al lugar del tumor han incluido su encapsulación dentro de nanopartículas sensibles a la temperatura. Estas diminutas partículas están intactas a la temperatura corporal normal y transportan el fármaco por el torrente sanguíneo hasta el tumor. Allí, pueden calentarse con una sonda a unos 105 grados Fahrenheit para liberar su carga de DOX.

Sin embargo, la técnica tiene sus propias limitaciones. Sólo una fracción de las nanopartículas administradas libera su carga cuando se aplica el calor en el lugar del tumor. Una vez que las nanopartículas se descomponen en el organismo, lo que puede tardar tan sólo una hora, el fármaco restante entra en el torrente sanguíneo y puede provocar efectos secundarios.

Este equipo de investigación quería mejorar los resultados de esta técnica desarrollando un dispositivo que eliminara el DOX sobrante después del tratamiento.

Utilizando un modelo de cáncer en roedores, los investigadores inyectaron las nanopartículas de DOX sensibles al calor y aplicaron calor en el lugar del tumor para liberar el DOX.

Tras el tratamiento, limpiaron la sangre de los restos de DOX haciéndola pasar primero por un elemento calefactor para que las nanopartículas liberaran el fármaco y luego por un filtro de carbón activado para eliminar el fármaco de la sangre antes de devolverla a la circulación de los roedores.

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