Investigadores trasladan funciones cognitivas a otras partes del cerebro para extraer un tumor sin dañar al paciente

Archivo - La revista científica Frontiers publica un artículo del vicerrector de Investigación de la UCV, José María Tormos, y del neurólogo Álvaro Pascual Leone, catedrático de Harvard (EE. UU.)
Archivo - La revista científica Frontiers publica un artículo del vicerrector de Investigación de la UCV, José María Tormos, y del neurólogo Álvaro Pascual Leone, catedrático de Harvard (EE. UU.) - UCV - Archivo
Publicado: martes, 28 mayo 2024 10:38

VALÈNCIA 28 May. (EUROPA PRESS) -

La revista científica internacional 'Frontiers' ha publicado un artículo de investigación del vicerrector de Investigación de la Universidad Católica de Valencia (UCV), José María Tormos, y el neurólogo Álvaro Pascual Leone, catedrático de la Universidad de Harvard (EE. UU.), codirectores del proyecto Brain Health and Resilience Valencia Challenge.

Antes de la cirugía han conseguido que las funciones desempeñadas por el tejido sano adyacente al tumor las lleve a cabo otra parte del cerebro. De este modo, la extracción del tumor no ha dañado ninguna función cognitiva o motora, segun ha informado la instiución académica.

La cirugía de tumores cerebrales tiene siempre como objetivo lograr la máxima extirpación del tumor y evitar, en lo posible, el daño al tejido cerebral sano. En ese sentido, neurólogos y neurocientíficos de todo el mundo buscan soluciones desde hace años para que los pacientes no pierdan capacidades cognitivas como consecuencia de dichas operaciones.

El tratamiento propuesto en la línea de investigación a la que se circunscribe este estudio consiste en una serie de intervenciones realizadas antes de la cirugía. Se las conoce como prehabilitación cortical, o prehabilitación de la corteza cerebral.

La prehabilitación cortical combina neuroimagen estructural y funcional, estimulación cerebral no invasiva (neuromodulación) y entrenamiento intensivo. El primer paso es determinar las áreas más relevantes para cada función y su proximidad al tumor. El segundo paso es inhibir, mediante "neuromodulación", la actividad de las áreas de activación más próximas al tumor y, por tanto, las que tienen mayor riesgo de generar un déficit en la cirugía.

Inmediatamente después llega el tercer y último paso: realizar entrenamiento intensivo y de alta complejidad, para inducir la utilización otras áreas, alejadas del tumor, para activar la red neuronal responsable de la función. Estos cambios se pueden ver potenciados cuando se asocia actividad física con intervalos de alta intensidad, que promueve la consolidación de los mecanismos de plasticidad neuronal.

Los resultados de este trabajo, donde ya se han estudiado a más de 25 pacientes con resultados muy satisfactorios, se han presentado, asimismo en el Congreso Mundial de Neurorrehabilitación, en Vancouver (Canadá), en un simposio monográfico especialmente destinado a esta intervención innovadora, según las mismas fuentes.

GRAN POTENCIAL DE LA TÉCNICA

"Esta línea de investigación ha puesto de relieve el potencial de establecer nuevas conexiones cerebrales y transferir actividad funcional de un área del cerebro a otra antes de la neurocirugía. No obstante, los mecanismos neuronales subyacentes a estos procesos, particularmente en el contexto de las lesiones que ocupan espacio, siguen sin estar claros", matiza Tormos.

El caso de estudio expuesto en esta investigación es el de un paciente con un tumor cerebral que se sometió a un protocolo de prehabilitación con veinte sesiones de neuromodulación inhibidora no invasiva sobre una región de la red neuronal responsable del lenguaje, junto con un entrenamiento intensivo de tareas. La prehabilitación resultó en un incremento de la distancia entre el tumor y el área de máxima activación en tareas de lenguaje. Además, se observó una mejoría de la conectividad funcional dentro del circuito lingüístico, señalan.

Según explican los autores de la investigación en el propio artículo de Frontiers, "la inhibición del área de la red funcional que rodeaba la lesión cerebral de este paciente resultó en un cambio plástico en la organización espacial de la red, presumiblemente a través del establecimiento de nuevas estrategias de activación que alejan el área más importante para activar la función del sitio de la lesión".

"Si bien estos resultados son prometedores, la prudencia nos obliga a subrayar la necesidad de realizar estudios más amplios para confirmar y generalizar estos hallazgos", añade Tormos.