MADRID 13 Nov. (EUROPA PRESS) -
El nuevo compuesto IRL-1620 puede ser útil en el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer (EA) al demostrar que previene el deterioro cognitivo y el estrés oxidativo en modelos animales con la patología. Los resultados de esta investigación se presentan este miércoles en la Reunión Anual y Exposición de 2013 de la Asociación Americana de Científicos Farmacéuticos (AAPS, en sus siglas en inglés), que se celebra en San Antonio, Estados Unidos, del 10 al 14 de noviembre.
La enfermedad de Alzheimer es una forma de demencia que empeora con el tiempo, dando lugar a una lenta disminución de las funciones cognitivas y que afecta a la memoria, el pensamiento y el comportamiento. Según la Asociación norteamericana de Alzheimer, más de cinco millones de estadounidenses viven con esta patología.
Los doctores Anil Gulati y Seema Briyal, junto con sus colegas de la Universidad Midwestern, en Estados Unidos, administraron beta-amiloide, un componente principal de algunos depósitos presentes en los cerebros de los pacientes con EA, a ratas normales y diabéticas en los días 1, 7 y 14 del estudio. Se probó su aprendizaje espacial y memoria en un laberinto de agua de Morris, dividiendo la piscina en cuatro cuadrantes iguales, con una plataforma de escape oculta debajo de la superficie en una ubicación fija en uno de los cuadrantes.
Las ratas tenían que encontrar la plataforma en 60 segundos. El tiempo medio que necesitaron a los cuatro días las ratas a las que se administró beta-amiloide para localizar la plataforma fue de 55,05 segundos, aunque la mayoría de este grupo no fue capaz de hallarla en el tiempo designado. Los roedores con beta-amiloide tratados con IRL -1620 fueron capaces de localizar la plataforma en 26,53 segundos, casi en la mitad del tiempo y, después de cinco días, mostraron una mejora del 60 por ciento en el aprendizaje y la memoria.
"Nuestra investigación se basa en la idea de utilizar el sistema de la endotelina (ET) en el tratamiento de la EA --afirma Gulati--. El sistema de ET se conoce tradicionalmente por desempeñar un papel en la regulación del flujo sanguíneo. Esto es importante en el potencial tratamiento de la EA porque las perturbaciones en el flujo de sangre pueden estropear la capacidad del cerebro para eliminar partículas dañinas, provocando una acumulación de sustancias tóxicas y el deterioro cognitivo".