MADRID, 20 Ago. (EUROPA PRESS) -
Las personas que acuden al trabajo de forma activa, por ejemplo, caminando o en bicicleta, o usando el transporte público tienen menos peso corporal y grasa en el cuerpo en comparación con los individuos que utilizan el transporte privado, según sugiere un estudio británico publicado en 'BMJ'.
Los investigadores de este trabajo señalan que los beneficios fueron similares para las personas que van a sus lugares de trabajo de forma activa, a pie o en bicicleta, y aquellas que utilizan el transporte público, lo que puede tener implicaciones importantes para las políticas de transporte y salud.
Un equipo de investigadores de la Escuela de Londres de Higiene y Medicina Tropical y 'University College London', ambas en Reino Unido, se propusieron investigar la relación entre el traslado activo y dos marcadores conocidos para la obesidad: el índice de masa corporal (IMC) y el porcentaje de grasa corporal.
Para ello, analizaron 7.534 mediciones de IMC y 7.424 medidas del porcentaje de grasa corporal en los hombres y las mujeres que participaron en el 'Understanding Society, the United Kingdom Household Longitudinal Study', un gran conjunto de datos representativos a nivel nacional.
El 76 por ciento de los hombres y el 72 por ciento de las mujeres acudió al trabajo en transporte privado motorizado, el 10 por ciento de los hombres y el 11 por ciento de las mujeres dijeron utilizar el transporte público y el 14 por ciento de los hombres y el 17 por ciento de las mujeres fue caminando o en bicicleta a su empleo.
La puntuación global del IMC para los hombres fue de 28 y para las mujeres, de 27. Generalmente, un IMC de entre 18,5 y 24,9 indica un peso óptimo, mientras que uno inferior a 18,5 sugiere que la persona está baja peso; por encima de 25 puede señalar que la persona tiene sobrepeso y superior a 30, que la persona es obesa.
En comparación con el uso del transporte privado, los desplazamientos en medios de transporte públicos y de manera activa apuntaron significativa e independientemente a menor índice de masa corporal y una composición corporal más saludable, tanto para hombres como para mujeres.
Los hombres que viajaban a diario en transporte público o de forma activa tenían puntuaciones de IMC en torno a 1 punto más bajas que los que utilizaban el transporte privado, lo que equivale a una diferencia de peso de 3 kilogramos para la media del hombre. En el caso de las mujeres, las que optaron por desplazarse activamente o en medios públicos tenían 0,7 puntos menos de IMC que las que iban en coche privado, una diferencia de 2,5 kilogramos.
Los resultados para el porcentaje de grasa corporal fueron similares en tamaño y significado y las asociaciones se mantuvieron después de ajustar por varios posibles factores de confusión, como la edad, la presencia de una enfermedad o discapacidad incapacitante, el ingreso mensual, la clase social, el nivel de actividad física en el lugar de trabajo y la dieta.
Los investigadores consideran que estas diferencias son "más grandes que las que se observan en la mayoría de las dietas diseñadas de forma individual y las intervenciones de actividad física para prevenir el sobrepeso y la obesidad". No obstante, dicen que aunque el estudio era grande, no se pueden extraer conclusiones definitivas sobre la causa directa y el efecto.
Tras sugerir la necesidad de realizar más análisis para confirmar la causalidad en la relación entre los desplazamientos activos y el peso corporal, los autores afirman, en todo caso, que el uso del transporte público y caminar y montar en bicicleta para moverse hacia y desde el trabajo "debe considerarse como parte de las estrategias para reducir la carga de la obesidad y las condiciones de salud relacionadas".