El jefe de la OMS pide más inversión en los países africanos para evitar más muertes por malaria

Archivo - El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus - CARSTEN KOALL/DPA - ARCHIVO

MADRID 11 Dic. (EUROPA PRESS) -

El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha pedido este miércoles más inversión en los países africanos para evitar las muertes por malaria, pues estos países se ven afectados "desproporcionadamente" por la enfermedad, todo ello tras publicar el organismo un informe en el que se recogen 263 millones de nuevos casos de malaria en 2023, once millones más respecto al año anterior.

"Nadie debería morir de malaria; sin embargo, la enfermedad sigue afectando desproporcionadamente a las personas que viven en la región africana, especialmente a los niños pequeños y a las mujeres embarazadas. Un paquete ampliado de herramientas para salvar vidas ofrece ahora una mejor protección contra la enfermedad, pero se necesitan mayores inversiones y acciones en los países africanos más afectados para frenar la amenaza", ha expresado Tedros en un comunicado.

El énfasis en África tiene que ver con los datos mostrados en el estudio, pues el 95 por ciento de los casos se encuentran en esta región, que abarca un porcentaje similar de las 597.000 muertes registradas en 2023, que se concentran sobre todo en Nigeria (30,9 por ciento), República Democrática del Congo (RDC) (11,3 por ciento), Níger (5,9 por ciento) y Tanzania (4,3 por ciento).

A pesar de ello, África ha experimentado una reducción de la mortalidad del 16 por ciento desde 2015, si bien sigue siendo "más del doble" del objetivo de 23 muertes por cada 100.000 habitantes, fijado para 2030.

Es por ello por lo que, durante este año, los ministros de Sanidad de Burkina Faso, Camerún, RDC, Ghana, Malí, Mozambique, Níger, Nigeria, Sudán, Tanzania y Uganda (los once países africanos que representan dos tercios de la carga mundial de malaria) firmaron una declaración en la que se comprometían a reducir de manera sostenible y equitativa la carga de la enfermedad, así como a abordar sus causas, y a fortalecer sus sistemas de salud, mejorando la coordinación y garantizando el uso estratégico de la información, entre otras acciones.

Cabe destacar que los países donde la malaria es endémica siguen enfrentándose a sistemas sanitarios frágiles, una vigilancia deficiente y amenazas biológicas crecientes, como la resistencia a los medicamentos y a los insecticidas, lo que se suma a los conflictos, la violencia, los desastres naturales, el cambio climático y los desplazamientos de población que experimentan estas zonas, lo que está "exacerbando" unas desigualdades sanitarias ya generalizadas, especialmente entre las mujeres embarazadas, los niños menores de cinco años, los pueblos indígenas, los migrantes, las personas con discapacidad y las que viven en zonas remotas.

El informe también muestra que la financiación para el control de la malaria a nivel mundial sigue siendo insuficiente para revertir las tendencias actuales, y es que la financiación de 2023, alcanzó unos 4.000 millones de dólares (3.780 millones de euros), una cantidad inferior al objetivo de 8.300 millones de dólares (unos 7.850 millones de euros).

Esta falta de presupuesto ha provocado "importantes lagunas" a la hora de usar herramientas "eficaces" como medicamentos o los mosquiteros de nueva generación, que proporcionan una mejor protección que aquellos que solo contienen piretroides; estos nuevos mosquiteros representan el 78 por ciento de los 195 millones de mosquiteros entregados al África subsahariana, un aumento respecto del 59 por ciento en 2022.

Entre estas herramientas se encuentran también las vacunas infantiles, que 17 países ya han introducido a lo largo de 2024, un número que se espera que siga aumentando para salvar "decenas de miles de vidas de jóvenes" anualmente.

Por todo ello, la OMS insta a dar una respuesta más inclusiva y eficaz para llegar a los más vulnerables, y cree necesario dar prioridad a la Atención Primaria como base de sistemas sanitarios "equitativos" y "eficientes", así como tomar medidas que aborden las causas de la malaria en base a las desigualdades de género.

De igual forma, pide invertir en sistemas de datos que sean capaces de vigilar las desigualdades sanitarias, recopilando y analizando sexo, edad y otros estratificadores sociales.

"La equidad, la igualdad de género y los Derechos Humanos deberían ser las piedras angulares de la innovación antipalúdica, y las personas más afectadas por la enfermedad deberían participar en el diseño y la evaluación de nuevas herramientas y enfoques", ha recalcado el organismo.

A pesar de todo, la OMS ha reconocido los avances realizados en las últimas décadas, pues estima que se han evitado unos 2.200 millones de casos de malaria y 12,7 millones de muertes desde el año 2000.

Además, ha certificado que ya hay 44 países y un territorio libres de malaria, y que muchos más "están avanzando de forma constante" hacia esta meta. De hecho, de los 83 países donde la malaria es endémica, 25 países notifican ahora menos de 10 casos de malaria al año.