MADRID 7 Jul. (EUROPA PRESS) -
Los juegos de mesa basados en números, como el 'Monopoly' o el 'Otelo', hacen que los niños pequeños mejoren en matemáticas, según una revisión exhaustiva de las investigaciones publicadas sobre el tema en los últimos 23 años.
Ya se sabe que los juegos de mesa mejoran el aprendizaje y el desarrollo, incluidas la lectura y la alfabetización. Ahora, este nuevo estudio, publicado en la revista 'Early Years', concluye que, en niños de tres a nueve años, el formato de los juegos de mesa basados en números ayuda a mejorar el conteo, la suma y la capacidad de reconocer si un número es mayor o menor que otro.
Los investigadores afirman que los niños se benefician de programas --o intervenciones-- en los que juegan a juegos de mesa varias veces a la semana supervisados por un profesor u otro adulto formado.
"Los juegos de mesa mejoran las capacidades matemáticas de los niños pequeños", afirma el autor principal, el doctor Jaime Balladares, de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
"El uso de juegos de mesa puede considerarse una estrategia con efectos potenciales en las habilidades matemáticas básicas y complejas --explica--. Los juegos de mesa pueden adaptarse fácilmente para incluir objetivos de aprendizaje relacionados con habilidades matemáticas u otros dominios".
Los juegos en los que los jugadores se turnan para mover piezas por un tablero difieren de los que implican habilidades específicas o apuestas.
Las reglas de los juegos de mesa son fijas, lo que limita las actividades de los jugadores, y los movimientos en el tablero suelen determinar la situación general del juego. Sin embargo, los centros preescolares rara vez utilizan juegos de mesa. Este estudio pretendía recopilar las pruebas disponibles sobre sus efectos en los niños.
Los investigadores se propusieron estudiar la magnitud de los efectos de los juegos de mesa físicos en el fomento del aprendizaje en los niños pequeños.
Basaron sus conclusiones en una revisión de 19 estudios publicados a partir del año 2000 en los que participaron niños de edades comprendidas entre los tres y los nueve años. Todos los estudios, excepto uno, se centraban en la relación entre los juegos de mesa y las habilidades matemáticas.
Todos los niños que participaron en los estudios recibieron sesiones especiales de juegos de mesa que tenían lugar una media de dos veces por semana durante 20 minutos a lo largo de un mes y medio. Entre los adultos que dirigían estas sesiones había profesores, terapeutas o padres.
En algunos de los 19 estudios, se agrupó a los niños en el juego de mesa numérico o en un juego de mesa que no se centraba en las habilidades numéricas. En otros, todos los niños participaban en juegos de mesa numéricos pero se les asignaban distintos tipos, por ejemplo, el dominó.
Se evaluó el rendimiento matemático de todos los niños antes y después de las sesiones de intervención, diseñadas para fomentar habilidades como contar en voz alta.
Los autores califican el éxito según cuatro categorías, incluida la competencia numérica básica, como la capacidad de nombrar números, y la comprensión numérica básica, por ejemplo, "nueve es mayor que tres". Las otras categorías son la profundización en la comprensión numérica, cuando un niño puede sumar y restar con precisión- y el interés por las matemáticas.
En algunos casos, los padres asistieron a una sesión de formación para aprender aritmética que luego podían utilizar en los juegos.
Los resultados mostraron que las habilidades matemáticas de los niños mejoraron significativamente tras las sesiones en más de la mitad (52%) de las tareas analizadas.
En casi un tercio (32%) de los casos, los niños de los grupos de intervención obtuvieron mejores resultados que los que no participaron en la intervención con juegos de mesa.
Los resultados también muestran que, de los estudios analizados hasta la fecha, los juegos de mesa sobre las áreas de lenguaje o lectoescritura, aunque se implementaron, no incluyeron una evaluación científica (es decir, comparando los grupos de control con los de intervención, o antes y después de la intervención) para evaluar su impacto en los niños.
Diseñar e implementar juegos de mesa junto con procedimientos científicos para evaluar su eficacia, por tanto, son "tareas urgentes a desarrollar en los próximos años", argumenta el doctor Balladares. Y éste, ahora, es el próximo proyecto que están investigando.
El doctor Balladares concluye que "futuros estudios deberían diseñarse para explorar los efectos que estos juegos podrían tener en otras habilidades cognitivas y de desarrollo . En los próximos años debería abrirse un interesante espacio para el desarrollo de la intervención y evaluación de los juegos de mesa, dada la complejidad de los juegos y la necesidad de diseñar más y mejores juegos con fines educativos", sugiere.