MADRID, 11 Abr. (EDIZIONES) -
"Las mujeres, en particular, solemos vernos atrapadas en un ciclo de autoexigencia que está enraizado en la historia de roles de género, donde se espera que seamos perfectas en todos los ámbitos: como profesionales, como madres, como parejas, y como amigas. Es necesario que exploremos cómo esta autoexigencia afecta nuestras vidas, a nuestras relaciones, y a nuestra salud mental".
Así lo defiende en una entrevista con Europa Press Infosalus Júlia Martí, que es psicóloga general sanitaria y psicoterapeuta sistémica, además de especialista en autoexigencia y en gestión emocional. Precisamente, acaba de publicar con Rocaeditorial 'Mujeres que se exigen demasiado', un libro centrado en este 'problema' que viven con gran intensidad muchas mujeres en nuestra sociedad actual y es el de la autoexigencia. Y es que, ¿qué mujer no es autoexigente hoy en día?
Sostiene esta experta que la autoexigencia en la mujer actual es fruto de la presión cultural sobre la maternidad y la parte laboral de la persona: "La autoexigencia realmente no es mala sino que te ayuda a levantarte por la mañana, a hacer tu trabajo; y si no la tuvieras estarías tumbada en el sofá, por ejemplo, y eso sí que sería malo. Entonces es buena siempre que te haga sentir bien, pero si durante días me siento presionada, con ansiedad, e incluso con depresión o no duermes, éstas son las señales de que te has pasado de la raya y has llegado a un punto de autoexigencia que no puedes sostener".
LAS MUJERES VAN SOBREPASADAS
Así, defiende Júlia Martí que en la actualidad las mujeres se autoexigen demasiado y van "muy sobrepasadas", de manera que les cuesta mucho "enlazar" una cosa con otra ante la cantidad de actividades o de tareas que tienen que desempeñar, y la presión que encima mantienen por ello. "Muchas veces, a pesar de todo esto, las mujeres piensan que no hacen nada, cuando para nada es así", asevera esta experta en autoexigencia.
¿De qué manera puede afectarnos o pasar factura a nuestra salud mental la autoexigencia en el día a día? Sostiene esta especialista que de muchas maneras, dado que cada persona tiene su talón de Aquiles, de forma que a algunas les genera un estrés con muchos problemas digestivos, mientras que a otros les ocasiona brotes en la piel, por ejemplo.
Dice que lo normal es ansiedad, e incluso que puedan desarrollar depresión. "Cuando das tanto fuera llega un momento en el que el cuerpo se deprime y no puede más, se muestra sensación de vacío. Has dado mucho fuera y no has recibido nada, te vas quedando vacía porque todo el rato te centras en dar lo mejor a los demás, pero no en ser la mejor amiga de ti misma", resalta.
PRIORIZAR LAS COSAS
Así, defiende como uno de los principales pasos para rebajar esa autoexigencia o "salir de la rueda" lo que ella denomina como un "trabajo de valores", que consiste en establecer un listado de las cosas que la mujer desempeña y destacar cuáles son las que realmente son importantes o la prioridad.
"Si te comparas con la amiga de al lado que hace unas cenas buenísimas o los disfraces de tus hijos a mano llegará un momento en esa comparativa en la que te exigirás más y más, y llegará un momento en el que no vas a poder. Hay que tener claro qué es prioritario para nosotros. Por ejemplo, yo nunca hago disfraces a mano o no les preparo cenas muy ricas o elaboradas, pero para mí sí es importante hacer cosas divertidas con ellos. He seleccionado las tres cosas que son prioritarias para mí con mis hijos", mantiene esta psicóloga general sanitaria.
Con ello, insiste en que es fundamental ver cuáles son las áreas de nuestra vida en las que más nos exigimos, priorizar: "En el caso de la maternidad hay que hacer un trabajo de valores, saber qué es importante para ti, qué tipo de madre quieres ser. Priorizar y pensar qué es importante para ti y lo demás soltarlo y ponerte a ti en el centro. Si no estás bien como persona y no te dedicas este espacio para ti es imposible que hagas bien lo demás. Cuando me voy con amigas a cenar siento cero culpa porque forma parte de esa crianza a mis hijos como yo quiero, que su madre no es mujer sacrificada, sino que es una persona que se cuida para estar bien y poder atenderles".
EL AUTOCUIDADO PERSONAL ES FUNDAMENTAL Y DELEGAR
Entonces, otro paso a seguir para salir de esa ruleta de la autoexigencia en opinión de esta experta sería el tener en cuenta el autocuidado personal, sabiendo que hay épocas en la vida de la persona donde necesitas centrarte más en el trabajo para sacar adelante determinados proyectos, y en otros en los que se necesitará un mayor cuidado personal.
"Rodearte bien también es un punto para salir de la rueda de la autoexigencia. No somos las únicas capitanas del barco y aprender a delegar es muy importante, no debes hacerlo todo tú, y puedes delegar en otra persona. Aquí la otra figura parental es importante, es el 50% de la ecuación, o bien tienes unos abuelos que te pueden ayudar o una tercera persona. Debemos hacernos la vida fácil", subraya.
NUESTROS PADRES HICIERON LO QUE PUDIERON
Aquí hace un apunte Júlia Martí señalando que en este momento generacional machacamos mucho a cómo lo hicieron nuestros padres y madres, y pide observar cuál era su momento generacional, dado que muchos de ellos tuvieron padres que fueron a la guerra, por ejemplo.
"Si pienso eso, realmente entiendo perfectamente por qué hicieron lo que hicieron nuestros padres, y tiene todo el sentido del mundo el enseñarnos a trabajar, a tener comida en casa, estas cosas que damos por supuestas pero nuestras madres no tenían tan asegurado. Hacerlo distinto y aceptar como lo hicieron es lo correcto", incide Martí.