MADRID, 31 Ene. (EUROPA PRESS) -
El tejido mamario es dinámico y cambia con el tiempo durante la pubertad, el embarazo, la lactancia y el envejecimiento. Un nuevo estudio, dirigido por investigadores del Wellcome-MRC Cambridge Stem Cell Institute (CSCI) y del Departamento de Farmacología de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) y publicado en la revista 'Nature Communications', apunta a que células vivas descubiertas en la leche materna humana podrían ayudar a la investigación del cáncer de mama.
Concretamente, la investigación se centra en los cambios que se producen durante la lactancia investigando las células que se encuentran en la leche humana. Dirigida por la doctora Alecia-Jane Twigger, descubrió que las células de la leche, que antes se creían muertas o moribundas, están en realidad muy vivas. Estas células vivas ofrecen a los investigadores la posibilidad de estudiar no sólo los cambios que se producen en los tejidos mamarios durante la lactancia, sino también de conocer un posible indicador precoz del desarrollo de un futuro cáncer de mama.
"Creo que estudiando las células de la leche humana podremos responder a algunas de las preguntas más fundamentales en torno a la función de la glándula mamaria, como por ejemplo: ¿cómo se produce la leche? ¿Por qué algunas mujeres tienen dificultades para producir leche? y ¿qué estrategias pueden emplearse para mejorar los resultados de la lactancia materna en las mujeres?", añade Twigger.
Los investigadores recogieron muestras voluntarias de leche materna de mujeres lactantes, así como muestras de tejido mamario no lactante donado por mujeres que optaron por someterse a una cirugía estética de reducción mamaria.
Mediante un análisis de secuenciación de ARN unicelular, el equipo llevó a cabo una novedosa comparación de la composición de las células mamarias tomadas con estos dos métodos, identificando las diferencias entre las glándulas mamarias humanas lactantes y no lactantes.
Mientras que el acceso al tejido mamario para su estudio depende de donantes ya operadas, las muestras de leche materna son mucho más sencillas de adquirir. Las donantes de leche materna se contratan a través de comadronas o redes de mujeres (una tarea que se ha hecho más difícil debido a la pandemia) y aceptan compartir sus muestras a lo largo del tiempo.
La producción diaria típica de las mujeres lactantes es de entre 750 y 800 ml, y el tamaño de la muestra para la investigación de Twigger es de apenas 50 ml, una cantidad que puede contener cientos de miles de células para su estudio.
Al recoger estas muestras donadas por mujeres lactantes -muestras que ahora se sabe que contienen células vivas y viables-, los investigadores tienen la oportunidad de capturar células dinámicas de forma no invasiva. Esta mayor facilidad de acceso a las células mamarias puede abrir la puerta a más estudios sobre la salud de la mujer en el futuro.
"La primera vez que Alecia me dijo que había encontrado células vivas en la leche me sorprendí y me entusiasmé con las posibilidades. Esperamos que este hallazgo permita realizar futuros estudios sobre los primeros pasos del cáncer de mama", recuerda el doctor Walid Khaled, del Instituto de Células Madre de Wellcome-MRC y del Departamento de Farmacología de la Universidad de Cambridge, que también participó en el estudio.