MADRID, 26 Nov. (EDIZIONES) -
Uno de los efectos nocivos que ha conllevado el confinamiento es el aumento de las miopías en los niños. A esto, además, habría que sumarle la alta incidencia de miopías infantiles que se registran en España, donde se estima que 1,5 millones de niños son miopes, es decir, que 1 de cada 5 niños en edad escolar es miope.
El último gran estudio realizado por Visión y Vida certificó que ya 6 de cada 10 jóvenes (62,5%) universitarios (de entre 17 y 27 años) son miopes, al mismo tiempo que recogía que esta relación es mayor entre las mujeres (65,4%) que entre los hombres (54,7%), posiblemente debido a un estilo de vida más sedentario en la infancia, y a un uso más intenso de la visión próxima. Al mismo tiempo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que para 2050, una de cada 2 personas será miope.
En una entrevista con Infosalus el doctor Francisco Javier Hurtado, oftalmólogo de la Clínica Rementería de Madrid, y miembro de la Sociedad Española de Oftalmología Pediátrica, explica que el ojo de los niños se desarrolla hasta los 18 años de edad, estos nacen con un ojo pequeño que va creciendo hasta alcanzar su tamaño normal en torno a los 18.
"Los niños nacen con hipermetropía, y la van perdiendo porque el ojo va creciendo. Pero hay niños que desarrollan un ojo más grande de lo normal y son miopes, por lo que cuanto más crezcan, más crecerá la miopía. A esto habría que sumarle que el ojo tiene una particuliaridad y es que se acomoda a la vida que el niño hace, es decir, si está todo el día mirando cosas de cerca su ojo se desarrollará para ver bien cosas de cerca, es decir, será un ojo miope. A los 5-6 años ya aparece la miopía, y con 18 tendrán muchísima miopía si no haga nada para evitarlo", explica el experto.
Se puede sospechar de que un niño es miope si en torno a los 5-6 no ve bien de lejos, le cuesta mirar a la televisión sentado desde el sofá, o en clase no ve bien. "Se puede comprobar fácilmente en consulta con una revisión. Los niños no se quejan como los adultos y los padres notan problemas de visión de sus hijos cuando son graves o ha pasado mucho tiempo. La fase de progresión más rápida de la miopía se encuentra entre los 8 y los 12. La detección temprana es fundamental porque podemos poder remedio fácilmente a problemas futuros", resalta.
Entre otras 'medidas simples' para que la miopía no aumente se encontraría el que no se acerquen a las cosas, que en general puede ser un móvil o un libro, o el pasar el mayor tiempo posible al aire libre, así como por supuesto una revisión anual a partir de los 5 años al oftalmólogo: "Se recomienda, al menos, que sean dos horas de aire libre al día, porque ha demostrado retrasar la aparición de miopía en los menores, así como el avance de ésta por dos motivos. Primero por estar mirando de lejos, un estímulo que favorece su correcto crecimiento, y después la luz ultravioleta, que ha demostrado retrasar el avance".
Hasta ahora, el tratamiento para la miopía era la prescripción de gafas o de lentillas para corregir la visión a medida que las dioptrías crecían. No obstante, la Ciencia avanza y el oftalmólogo recuerda que en la actualidad ya hay tres tratamientos para frenarla:
1.- Lentillas por la noche. Es rígida, y en los niños a veces cuesta ponerla. Duración de un año entero. Hay que tener, por tanto, más higiene porque hay mayor probabilidad de infección.
2.- La lentilla misight 1day, de CooperVision, las únicas avaladas por la UE y la Agencia Estadounidense del Medicamento (FDA) que frenan la progresión de la miopía en un 59%de media. Se trata de una lentilla blanda de uso diario, que por la noche se la quitan y la tiran a la papelera, con lo cual es más sencilla de manejar, no molesta, y el riesgo de infección es muy bajo, al ser de remplazo diario. A partir de los 5-6 años se podría utilizar.
3.- Una gota que se llama 'atropina' al 0,01%. No se sabe bien cómo actúa pero el efecto final es frenar químicamente el crecimiento del ojo. Una gota todas las noches en los dos ojos durante al menos dos años. No se puede paralizar hasta pasados los dos años porque se ha descrito un efecto rebote. No se saben sus resultados hasta pasados dos años.Tiene algunos efectos secundarios como dilatar la pupila, ver mal de cerca, o que produzca picor en los ojos. No quita la graduación, es decir si la uso seguiré siendo miope, por lo que tendré que usar gafas o lentillas diarias o nocturnas; aparte de que es una formula magistral, no un colirio que se pueda conseguir fácilmente en la farmacia, hay que fabricarlo y no todas las farmacias lo hacen. Sí está cubierto por la seguridad social.
"Generalmente los padres son más proclives a las lentillas blandas, ya que presentan un menor riesgo de infección, al ser de uso diario. Tienen otra ventaja porque con la lentilla nocturna se la compras para un año pero si le cambias la graduación a los 6 meses es más complicado y costoso cambiarla, mientras que la blanda se puede cambiar fácilmente", agrega el doctor Hurtado.
Otro beneficio del empleo de lentillas es que no se les empañan las gafas con el uso de la mascarilla, el campo visual con la lentilla es mayor, al mismo tiempo que defiende el oftalmólogo de Clínica Rementería que al hacer deporte también les es más cómodo a los menores. "Además, la calidad de la visión es mejor cuanto más pegada la graduación al ojo. Con la gafa es calidad buena, con la lentilla mejor, y con la cirugía refractiva es mejor, sobre todo con la graduación alta", aprecia.
En este punto, el experto pide desterrar el mito de que los niños de 5-6 años son pequeños para el uso de lentillas, cuando vista su experiencia, y la evidencia científica, esto no sucede así.
Asimismo, lamenta que es necesario frenar las dioptrías de miopía a tiempo, puesto que esta patología representa una causa de ceguera en el mundo, y conlleva problemas asociados como las cataratas, el glaucoma, el desprendimiento de retina y la degeneración macular por la miopía.
"Con dos padres miopes, el 60-80% de los hijos serán miopes. Con uno es menos probable, en torno a un 40%. Pero en realidad todo suma. Si no hay antecedente, se pueden esperar a los 4 años, cuando aprende letras y colabora, y se sabe cómo va a ser su futuro en una consulta. Un niño miope como ve mal de lejos se acerca a la televisión, o tiene que cerrar los ojos porque no ve bien. De cerca no tiene un problema", recuerda el doctor Hurtado.
¿CÓMO UNA LENTILLA PUEDE FRENAR LA PROGRESIÓN DE LA MIOPÍA?
En última instancia, este experto detalla que una lentilla es capaz de frenar la progresión de la miopía infantil porque se ha diseñado de tal forma que es capaz de "engañar al ojo" para que éste crea que está mirando de lejos, o no está mirando de cerca. "Es un desenfoque a propósito que no perjudica la visión del menor pero sí desestimula el crecimiento del ojo para evitar esa miopía", apostilla.
"Estas lentes de contacto diarias tienen un diseño bifocal que se asemeja al de una diana en la que el centro de la lentilla está diseñado y graduado para ver de lejos, el siguiente anillo para ver de cerca, el siguiente para ver de lejos; lo que provoca que los niños que las llevan vean bien porque la graduación en el centro es la correcta, pero a la vez provoca una especie de 'borrosidad' en unas zonas determinadas de la retina para engañar al ojo y que no crezca, no produzca más alargamiento del ojo, y más miopía", señala. De esta forma, indica que, además de corregir el desequilibrio visual, estas lentillas controlan la progresión de la miopía, actuando como una lente-tratamiento para el ojo.
Según subraya, la miopía infantil es una anomalía que no se puede erradicar, pero también es un problema visual que se puede solucionar a través de una detección temprana, un correcto tratamiento y el uso de lentes adecuadas.