MADRID, 24 Mar. (EUROPA PRESS) -
Una nueva investigación ha revelado que los líderes con baja autoestima son propensos a causar estrés "tóxico" en el trabajo, según publican el profesor Simon L. Dolan experto en bienestar, orador, autor y académico internacional en gestión de recursos humanos, comportamiento organizacional.
Hay numerosas pruebas que demuestran que el estrés es una de las principales causas de enfermedades comunes y letales, como ataques al corazón, diabetes, asma, cáncer, osteoporosis, ansiedad, depresión, insomnio, pérdida de memoria y envejecimiento prematuro. Datos recientes han demostrado que tres quintas partes de los trabajadores del mundo afirman que su trabajo afecta a su salud mental más que cualquier otra cosa.
Respaldado por 40 años de investigación, psicología del trabajo y competencias interculturales, afirma que los líderes con baja autoestima tienen más probabilidades de transmitir el estrés a sus equipos.
"Siempre ha habido mucho en juego en el liderazgo --afirma--, pero saber que estás afectando a la salud mental de las personas es motivo para que los líderes hagan balance y se aseguren de que están haciendo todo lo posible para ser lo mejor posible y tener los efectos más positivos en las personas".
Casi todos los trabajadores adultos habrán tenido un mal jefe en algún momento de su carrera profesional. Pero el investigador se preguntaba en qué momento un mal jefe se convierte en un líder realmente tóxico y qué se puede hacer al respecto.
Por ello el profesor Dolan, presidente de honor de ZINQUO, centro internacional de formación en valores y presidente de la fundación think tank The Global Future of Work, ha analizado décadas de investigación para crear 'De-Stress at Work', una guía diseñada para ayudar a las personas a entender si su jefe o líder afecta a su salud mental, y qué pueden hacer para afrontarlo.
"El liderazgo puede hacer o deshacer una organización --afirma--, los buenos líderes motivan a los equipos para que sean creativos y productivos. Pero en la otra cara de la moneda, un mal líder puede desmotivar a los equipos, causar baja moral y el efecto en los equipos puede ser devastador".
Tras una exhaustiva investigación, el profesor Dolan sugiere que las principales características para identificar a un líder tóxico son aquellas que: sienten celos del éxito de su equipo; están constantemente preocupados por la competencia o los "enemigos" del lugar de trabajo; suelen atribuirse el mérito del trabajo de los demás; se comparan constantemente con los demás o consideran que su autoestima depende únicamente de sus últimos resultados.
"A sabiendas o no, un líder tóxico es aquel que abusa de su autoridad y viola la confianza para satisfacer su propio ego", prosigue.
Según señala, el liderazgo exige un trabajo duro y puede existir el estereotipo de que los líderes tienen características casi sobrehumanas de resistencia y fuerza.
Y añade que "esto puede ser realmente perjudicial, porque se les exige que oculten sus sentimientos incluso cuando están sometidos a una inmensa presión. Pretender ser un superhombre causa mucho daño a la mente y al cuerpo; en realidad, la clave está en ser realista sobre tus puntos fuertes y débiles".
"Un líder tiene que ser capaz de gestionar proactivamente sus emociones lo suficientemente bien como para proyectar calma y racionalidad a sus equipos", añade. Para ello, deben dotarse de herramientas de regulación emocional, sugiere.
En 'De-Stress At Work', Dolan ofrece soluciones prácticas para afrontar el estrés laboral tanto a nivel individual como organizativo, desde métodos de comunicación para empresas hasta técnicas individuales de relajación para empleados.
"Sin embargo, aunque se espera que los líderes tengan confianza en sí mismos, es importante no confundir esto con un exceso de confianza --advierte--. Un gran líder debe ser respetuoso, apoyar y fomentar el crecimiento, no sólo alguien seguro de sí mismo".
También destaca la importancia de la validación: los líderes que ofrecen reconocimiento por un trabajo bien hecho pueden proporcionar una fuente esencial de percepción del éxito psicológico y la autoestima de las personas.
El profesor sostiene que las características hereditarias específicas, las experiencias tempranas en la vida y las predisposiciones cognitivas aprendidas hacen que las personas sean susceptibles a los efectos de los factores estresantes.
"Hay muchos factores que contribuyen a una personalidad tóxica, incluida una necesidad compulsiva de mostrar su valía a los demás, pero sobre todo por una falta de autoestima profundamente arraigada --explica--. Suele ser la culminación de una falta de desarrollo ético y emocional a lo largo de su vida".
Las reacciones típicas al estrés varían en función de los rasgos de personalidad, como la ansiedad neurótica, la introversión y la extroversión, la rigidez, la flexibilidad y la ambición, pero el factor principal, según el profesor Dolan, es la percepción de control de cada persona.
Alguien que siente que controla su vida, su entorno y sus acciones está menos estresado --explica el profesor Dolan--, éste es realmente el núcleo de la inteligencia emocional. Aunque alguien no tenga una confianza innata, es posible cambiar su percepción interna para que sienta que tiene más control".