MADRID, 26 Abr. (EDIZIONES) -
¿Por qué es tan importante limpiar la lengua cuando nos cepillamos los dientes? ¿Hasta qué punto un raspador o limpiador lingual son imprescindibles en nuestra higiene dental? ¿Es más eficaz que la limpieza que se pueda hacer con un cepillo de dientes?
Para desvelar todas estas cuestiones entrevistamos al doctor Óscar Castro Reino, presidente del Consejo General de Dentistas de España quien recuerda en primer lugar que la lengua es un órgano muy importante puesto que de ella dependen muchas funciones de la boca como el habla, la función masticatoria, el tragar, y la percepción del gusto, de la textura, y de la temperatura de los alimentos que ingerimos.
"Se trata de una estructura móvil, fundamentalmente muscular y sensorial (las papilas gustativas). Sobre la superficie de la lengua van acumulándose células muertas, restos de comida, y gran cantidad de bacterias orales. Si todos estos depósitos se acumulan sin que los retiremos pueden originar varios problemas, siendo la caries, las enfermedades periodontales y los problemas de mal aliento los más habituales", advierte este experto.
Así, recuerda que la higiene bucodental incluye una serie de técnicas que son complementarias: el cepillado eficaz, al menos, dos veces al día con pasta dentífrica fluorada es algo básico. Si bien advierte de que este cepillado no consigue eliminar las bacterias acumuladas a nivel interdentario, ni las que se depositan en la lengua.
"De ahí que existan dispositivos específicos diseñados para ello: los cepillos interdentales, o la seda dental, para limpiar los espacios entre diente y diente, y los raspadores linguales. El utilizar el cepillo de dientes a nivel de la lengua solo permite frotar y barrer, pero no raspar. Si bien es mejor hacer esto que la opción de no hacer nada, se ha comprobado que los raspadores linguales son mucho más eficaces para esa misión, al estar diseñados para ello", subraya el presidente de los dentistas.
CUÁNDO HAY QUE USARLOS
Sobre la frecuencia y el momento en el que emplearlos, Reina indica que todo depende de las expectativas que cada uno tenga con su nivel de higiene bucodental. Dice que para algunos el uso del raspador lingual se convierte en un hábito más de la higiene y lo usarán después de cada cepillado.
"Otros preferirán usarlo con menor frecuencia. Obviamente, cuanto mayor sea la frecuencia de uso, menos depósitos se acumularán en la lengua. Si se opta por una única utilización diaria, la más recomendable es la nocturna, antes de acostarse. Durante el sueño se produce una disminución fisiológica en la producción de saliva, de ahí que sea muy importante mantener la lengua limpia porque durante esas horas perdemos la valiosa protección de nuestra saliva", afirma el dentista.
Aquí el doctor Castro destaca que existen una gran variedad de raspadores linguales para elegir, dependiendo de su forma, diseño, tamaño e incluso del material del que están confeccionados. "En cuanto a la forma, diseño y tamaño es importante que cada cual opte por el que le sea más cómodo, aquel que le produzca menos náuseas a la hora de usarlo. La mayoría de los raspadores tienen forma de U o de Y. Con relación al material, básicamente los hay de plástico y metálicos, siendo estos últimos más duraderos y fáciles de limpiar y de desinfectar", explica.
¿CADA CUÁNTO CAMBIARLOS?
A diferencia del cepillo de dientes que debe renovarse cada 3-4 meses (incluso antes en algunas ocasiones) debido a la propia estructura de las cerdas que se van deformando y perdiendo eficacia, los raspadores linguales pueden durar mucho más tiempo (en torno a 1 año), según precisa el presidente presidente del Consejo General de Dentistas de España.
A su juicio, es muy importante limpiarlos y secarlos bien después de su uso y conservarlos en un estuche para que no se contaminen: "Lo importante a la hora de decidir cuándo cambiarlo es comprobar que continúa cumpliendo adecuadamente su función de raspar, que no se ha deformado, o que se haya doblado o partido".
PAUTAS PARA LIMPIARSE LA LENGUA CORRECTAMENTE
Y, ¿cómo funcionan los raspadores linguales? El dentista detalla que debemos ponernos delante del espejo, abrir al máximo la boca, y sacar completamente la lengua. A continuación, indica que se debe pasar el raspador lingual con movimientos desde la parte interna de la lengua hacía la punta de la misma.
"Hay que repetir este movimiento varias veces hasta asegurarse de haber raspado completamente la lengua. Al introducir el raspador hay que intentar abarcar la parte más interna posible de la lengua, lo que puede originar náuseas en algunas personas. Es importante ir progresivamente y respirando por la nariz para disminuir ese efecto. No hay que olvidar limpiar y enjuagar bien el raspador una vez se termina y guardarlo en su estuche", subraya el doctor Castro.
En definitiva, este experto insiste en que lo importante es entender que la higiene bucodental incluye toda una serie de herramientas que son complementarias y que permiten, usadas adecuadamente, mantener la salud.
"El cepillado dental con pasta fluorada, el uso de dispositivos para la higiene interdental, la adecuada higiene de la lengua, y el uso de determinados colutorios cuando están indicados y prescritos, permiten una salud oral óptima y esto reduce los riesgos no solamente de patologías orales, sino también sistémicas al estar claramente demostrada la asociación de unas con otras", sentencia el presidente del Consejo General de Dentistas de España.