Tras la mala suerte de Carolina Marín en los JJ.OO.: ¿cómo se trabaja la presión psicológica en deportistas de élite?

Carolina Marin of Spain is injured in the second set and leaves the match against Bing Jiao He of China during Women's Singles Semifinal of the Badminton on La Chapelle Arena Court 1 during the Paris 2024 Olympics Games on August 4, 2024 in Paris, France.
Carolina Marin of Spain is injured in the second set and leaves the match against Bing Jiao He of China during Women's Singles Semifinal of the Badminton on La Chapelle Arena Court 1 during the Paris 2024 Olympics Games on August 4, 2024 in Paris, France. - Oscar J Barroso / AFP7 / Europa Press
Actualizado: jueves, 8 agosto 2024 14:26

   MADRID, 8 Ago. (EDIZIONES) -

   El deporte y la vida a veces son injustos. A todos nos puede venir a la mente la reciente imagen de Carolina Marín, con el oro prácticamente ganado, tener que retirarse del partido porque, de repente, se le rompe la rodilla y debe abandonar estos Juegos Olímpicos de París.

   ¿Cómo afrontar un final tan cruel e inesperado, y con todo el duro trabajo que hay detrás, y además, teniendo en cuenta que el premio que le estaba esperando ya casi lo tenía ganado? En Europa Press Infosalus entrevistamos a un experto en la materia, a Ricardo de la Vega, doctor en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, y licenciado en Psicología, así como profesor del Centro Olímpico de Estudios Superiores, dentro del programa Máster en Alto Rendimiento Deportivo del Comité Olímpico Español.

   Así este experto en alto rendimiento deportivo nos explica que la presión psicológica dentro de este ámbito a veces no es fácil de sobrellevar, y consiste en aquellas demandas a nivel emocional a las que se someten estos deportistas, que hacen que nos atraiga lo que vamos a hacer, o sin embargo, nos genere rechazo o miedo.

   "Pero también la presión psicológica tiene una segunda parte, esa parte cognitiva o aquellos pensamientos que surgen cuando somos sometidos a ciertas demandas. Aquí hay perfiles de deportistas que perciben esas demandas como algo atractivo, o por el contrario, otros que piensan que no pueden fallar, con todo un país detrás, y con niveles elevados de alta presión psicológica", agrega.

CÓMO INFLUYE EN EL RENDIMIENTO DE UN DEPORTISTA

   En este sentido, el también especialista en psicología deportiva del Centro de Medicina Deportiva de Alto Rendimiento Vithas/Invictum, del Hospital Universitario Vithas Madrid Arturo Soria de Madrid, mantiene que en función de cómo sea la percepción de esa demanda psicológica del deportista, y de cómo el se vea capaz de afrontar esa competición o partido, la presión psicológica será mayor o menor.

   Reconoce que, al final, las fuentes de presión psicológica muchas veces son las que el propio deportista se crea: "Yo les digo que son como globos de helio, que muchas veces hay que ser capaces de pinchar. El deportista debe ser consciente de sus puntos fuertes y de cuáles son sus puntos débiles, y no hacerse más presiones de las realmente tienen. Sino ser su mejor versión posible el día de la competición. A veces el rival es mejor, pero si lo he dado todo no debería sentir esa percepción de fracaso porque lo he dado todo".

   Es por ello por lo que insiste De la Vega en que el éxito tiene que ver con dar todo lo posible, con todo lo que son sus competencias y habilidades, más allá del resultado alcanzado. "Muchas veces las presiones en el alto nivel tienen que ver con algo muy injusto, y contra lo que luchamos en la psicología deportiva, que es con la búsqueda del resultado, que no debería ser más que la consecuencia del rendimiento alto al cual llegamos", subraya el también coordinador del Grado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte de la Universidad Autónoma de Madrid.

   Además, Ricardo de la Vega, apunta que la presión psicológica es más frecuente en deportes individuales que en los deportes de equipo, por el aspecto de la difusión de la responsabilidad en estos, donde se puede achacar un rendimiento más deficitario al compañero de pádel, mientras que en el golf cada uno es protagonista de su propio rendimiento.

   Igualmente, señala que influye en el grado de presión psicológica que tenga el deportista la importancia del partido o competición que se vaya a disputar. "Ahora que se están jugando los Juegos Olímpicos de París 2024, un velocista o una carrera de 1.500 donde se juega 4 años de preparación en un único momento, la probabilidad de percepción de presión es más alta porque tienes únicamente esa bala", advierte.

   Pero también añade que representa una variable a la hora de tener más o menos presión psicológica en el deporte cómo sea la personalidad del deportista, cómo este percibe la competición y sus posibilidades, si es un deportista con ansiedad o que duda sobre sus capacidades; "todo esto también influirá en cómo percibe el deportista esa presión psicológica".

CUANDO EL RENDIMIENTO NO ES IGUAL EN EL ENTRENAMIENTO

   Por otro lado, le preguntamos a este experto de Vithas sobre el hecho de que muchos deportistas son capaces de demostrar sus habilidades en los entrenamientos, pero no consiguen hacer lo mismo durante los partidos o competiciones. ¿Esto puede ser debido a la presión psicológica?

   "Este efecto es uno de los aspectos que en la psicología del rendimiento ha recibido una atención más elevada: por un lado, tenemos la parte fisiológica, el cómo está mi cuerpo, si estoy nervioso o no, por ejemplo; y luego, una manifestación cognitiva, y cómo estamos de preocupados cuando hacemos algo. Cuando tengo que rendir en el entrenamiento esos niveles son bajos, porque no nos jugamos el resultado. Yo entreno hoy, pero puedo corregir de cara al partido, o a la próxima competición. Tengo un margen de error que en la competición no está. De forma que la percepción sobre lo que tiene que ver con sus parámetros de rendimiento es más elevada cuando hay que competir", relata.

   Esto explicaría, a juicio de este psicólogo deportivo y doctor en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, que esa activación fisiológica y ese nivel de preocupación en el partido, o en la competición, sea más alta: "Si el deportista no aprende a controlar ambos niveles es más probable que en competición tenga un rendimiento menor a sus posibilidades, y esto para el deportista es un problema. En psicología del deporte es el caso más frecuente por el que los deportistas acuden a programas de entrenamiento psicológico".

   Destaca De la Vega que, actualmente, es completamente normal que los deportistas de alto rendimiento realicen un entrenamiento psicológico, que no sólo esté orientado a la salud mental, sino también vinculado a la optimización de los propios recursos: "El deportista de alto nivel, comparativamente con la media poblacional, es más sano a nivel psicológico, y no sólo a nivel de salud mental, sino también como cuestión de optimizar recursos; y esto ha hecho que sea frecuente que el deportista tenga su nutricionista, su analista, su preparador físico, y por supuesto, el psicólogo deportivo al que acudir para optimizar estos procesos".

SE PUEDE ENTRENAR LA PRESIÓN PSICOLÓGICA

   Con todo ello, cuestionamos al especialista en psicología deportiva del Centro de Medicina Deportiva de Alto Rendimiento Vithas/Invictum, del Hospital Universitario Vithas Madrid Arturo Soria de Madrid, sobre cómo se puede trabajar esta presión psicológica, indicando que hay toda una serie de técnicas de tipo cognitivas, con las que educar el pensamiento.

   "Aproximadamente tenemos unos 35.000 pensamientos y decisiones por día, ni siquiera cuando dormimos dejamos de pensar. Hay que ponerle a todo un orden, ese manejo de la parte cognitiva de forma eficaz y positiva, qué puedes hacer para modular tus pensamientos. Al deportista hay que enseñarle a pensar de forma positiva y eficaz, y dentro de esta parte cognitiva se emplea la visualización, relacionada con proyectarnos en lo que hacemos en competición; y así ganamos más habilidad y confianza", relata.

   Pero después menciona otras técnicas relacionadas con las estrategias de afrontamiento, de control emocional ante las situaciones de mayor presión psicológica, y que, tal y como asegura, ayudan a que el deportista se adapte mejor a las competiciones.

   A su vez, dice que se encontraría una tercera área, el entrenamiento psicofisiológico, donde se le enseña a regular la frecuencia cardiaca, la respiración, se toma la respuesta hormonal en cortisol o adrenalina por ejemplo dentro del contexto deportivo, y empleando, por ejemplo, técnicas de 'biofeedback', y donde se le enseña a regular esa respuesta para prepararse para la competición.

   Habría una cuarta área de técnicas conductuales, con las que enseñarle a regular sus comportamientos en competición, según prosigue Ricardo De La Vega, para recordar, igualmente, la importancia de los procesos motivacionales en los deportistas, la motivación que siguen, y que orientan su conducta, "y sobre los que hay que ayudar a canalizar y a regular".