MADRID, 13 May. (EDIZIONES) -
El cerebro fundamentalmente toma decisiones que nos ayudan a sobrevivir, a adaptarnos, a crecer, a evolucionar y a alcanzar nuestra plenitud, igual que el árbol debe tener sistemas que le ayuden a adaptarse y a crecer para ser el tipo de árbol que puede llegar a ser.
"En estos casos hay que hablar de la interacción mente-cerebro porque la mente no se puede explicar solo como un proceso que emerge del cerebro, sino que es un proceso informativo tremendo donde interviene el cuerpo, el contexto. En realidad, hay muchos elementos que de alguna manera crean esa red de información que conocemos como mente", subraya en una entrevista con Infosalus el doctor Mario Alonso Puig, médico especialista en cirugía general y aparato digestivo y chairman del Center for Health, Well-Being and Happinesss del IE University.
Acaba de publicar 'Resetea tu mente' (Espasa), un manual con el que confiesa que pretende "ayudar a muchas personas que sufren, a veces de forma callada, a entender que no hay nada en ellas que sea defectuoso, que no son seres defectuosos sino seres capaces, dignos de ser felices y amados, y de prosperar en la vida a todos los niveles".
Según advierte, el problema no está en quiénes son ellos, sino en qué está funcionando dentro de ellos, para qué y de qué forma, para que no estén experimentando realmente la grandeza que hay en ellos. "Lo que ocurre es que el cerebro siempre tiene que tener en cuenta tres objetivos: sobrevivir adecuadamente, adaptarse, y el poder crecer y evolucionar. El problema es que la mente genera muchas distorsiones en el funcionamiento del cerebro y por eso con frecuencia vivimos una contradicción interior, con impacto muy grande en nuestra salud y en la relación con las personas", agrega.
En su opinión, lo ideal sería que como cada sistema operativo del cerebro ve una dimensión de la realidad, las diferentes perspectivas se pudieran entregar para encontrar la decisiones más eficientes al menor coste posible, "sabiendo que esto no es así porque la mayor parte de las decisiones ni son inteligentes, ni tampoco saludables".
"El objetivo del libro muestra, por ejemplo, cómo los dos hemisferios del cerebro entran en conflicto, y el izquierdo intenta suprimir gran parte de lo que le llega del cerebro, y cómo el hemisferio derecho intenta encontrar su camino para que la persona haga algo importante para su desarrollo. Esto nos sirve para comprender por qué una persona no sabe sobrellevar su éxito, y comienza por ejemplo a sentir ansiedad, o por qué a veces nos vemos como personas malas o inadecuadas. En esto es en lo que trabaja este libro, ayudar a las personas para entender cuál es la dinámica que está operando en ellos, y sin que ellos lo sepan", describe el doctor Alonso Puig.
Formado en medicina mente-cuerpo en el Instituto Mente-Cuerpo de la Universidad de Harvard, y en coaching sistémico por el Instituto Tavistock de Londres y en Hipnosis ericksoniana por el Instituto Milton Erickson de Scottsdale, en Arizona, Alonso Puig sostiene que es como si el cerebro fuera un ordenador con programas, que en lugar de estas integrados para dar una mayor eficiencia, cada uno siguiera su propio camino.
Por ello, defiende que el resultado global de ese cerebro es mucho menor del que podría dar. Es algo que nos pasa a todos, aunque depende mucho del nivel de madurez, de la consciencia de una persona. "Hay personas que tienen un nivel tan brutal que viven en un estado constante de amargura, de ansiedad, de depresión y de sospecha para todo, mientras que otras no están en ese nivel pero sí arrastran un lastre poderoso que les impide disfrutar del nivel de bienestar, o de una felicidad", detalla.
En cambio, dice que hay personas que han conseguido integrar los distintos sistemas operativos del cerebro, y gozan de una gran serenidad mental, de la llamada "paz interior", por la que permanecen estables en momentos de excepcional dificultad, gozan de alegría sea cual sea la circunstancia, así como de gran creatividad. "Tienen también muy marcado el desarrollo de tres capacidades: empatía, compasión y la capacidad de perdón. Lo cual es esencial en toda relación humana, porque si somos incapaces del sentir de otra persona, pero nos es indiferente, o somos incapaces de perdonar, entonces imposible que se genere confianza y colaboración", agrega.
POR QUÉ VEMOS COMO VEMOS Y NOS MONTAMOS PELÍCULAS
¿Por qué vemos entonces las cosas como las vemos? El doctor Alonso Puig subraya que la forma más poderosa de ver no es a través de los sentidos, sino por lo que el cerebro es capaz de crear con lo que le llega por los sentidos. Por ejemplo, aquí cita que una de las cosas más impactantes en investigación de neurociencia es que las áreas occipitales dedicadas exclusivamente a la visión, se activan y captan luz, color, movimiento o distancia.
"Lo que sorprendió fue que había áreas que se activaban también y que no tenían nada que ver con la visión, áreas que estaban con los lóbulos temporales relacionados con las emociones y con los recuerdos. Lo que entra por sentidos al final se combina con nuestros recuerdos, emociones, y este conjunto es lo que vemos, y esto se llama percepción. Por eso vemos el mundo que somos", remarca.
Ahora bien, precisa que tendemos a montarnos películas muchas veces de las cosas debido a una "serie de errores en los procesos mentales", no así en el cerebro, descritos hace más de 5.000 años: "La mente tienen un sesgo inconsciente a fijarse en lo que falta, en lo que no está bien o no alcanzamos".
Según explica el experto en mente-cuerpo, el problema con este sistema de pensamiento es que se apropia de la actividad cerebral y tiende o hace que nos fijemos en aquello que lejos de ayudarnos nos limita. "Por ejemplo, ante un problema lo único que nos ayudaría a superarlo es una vez reconocido llevar el foco a la solución. Sin embargo, por este sesgo negativo ante el problema nos quedamos pegados al problema, 'qué desgraciado soy, qué he hecho yo para merecerlo, algo que nos impide encontrar la solución", subraya.
Justifica también que esto depende mucho de la persona y tiene una gran base genética, de forma que las personas que nacen con una dominancia del hemisferio superior derecho tienden a ver el vaso medio vacío, mientras que aquellas cuya dominancia sea la del hemisferio superior izquierdo tiendan siempre a ver el vaso medio lleno.
Después, el doctor Alonso Puig menciona que se encontrarían el condicionamiento cultural y social, así como la manera en la que una persona interpreta una determinda realidad: "Puedo intentar algo nuevo, tener un fracaso y puedo hacer dos interpretaciones, que soy un fracasado, y ya no voy a tener nunca éxito, y la segunda, que he tenido valentía de probar algo nuevo, que puedo aprender para hacerlo mejor la próxima vez".
Para salir adelante en estos casos, el doctor Alonso Puig defiende que hay 4 fases: conocerse, comprenderse, superarse y trascenderse. "Conocer cómo opera la mente en su relación con el cerebro, el conocimiento nos ayuda, aunque no es la única solución. También estaría el comprenderse, es decir, el superar esa tendencia tan frecuente de juzgarnos, de encontrarnos culpables, de condenarnos y castigarnos", indica.
La tercera parte consistiría en superarnos, por eso en el libro dice que aporta un camino para que la autoconsciencia que está anclada en el hemisferio izquierdo empiece a conectar con otra consciencia del hemisferio derecho. "Un paso que debo dar desde la humildad y el reconocimiento y sin deseo de controlar lo que sucede en el inconsciente", apostilla. Sobre el último paso, el trascenderse, Alongo Puig mantiene que consiste en ir más allá del conflicto para unificar ambos hemisferios.