MADRID, 31 Ene. (EDIZIONES) -
Hace semanas el presidente del Gobierno Pedro Sánchez anunció la redacción de una nueva ley para proteger a los menores de edad del porno. Parece que el primer acceso en España se encontraría a partir de los 9 o 10, y por accidente, no porque los menores lo busquen de forma deseada, y por eso es tan importante este planteamiento legal. De hecho, el 91% del acceso es a través del móvil.
Así, en este artículo charlamos con dos de los principales expertos del país en la materia, quienes nos adentran sobre los peligros del consumo del porno para el desarrollo de los menores, al mismo tiempo que nos desgranan los que, en su opinión, deben ser los puntos fundamentales de esa futura, y necesaria, ley.
En primer lugar, de parte del Colegio de Psicólogos de España contactamos en Infosalus con Alejandro Villena, autor del libro '¿Por qué no? Cómo prevenir y ayuda en la adicción a la pornografía' (Alienta), y psicólogo y sexólogo clínico de la Asociacion Dale una vuelta.
IMPACTA EN SU SALUD MENTAL
Dice que es peligroso que un menor vea porno "por muchas causas", entre las que destaca en primer lugar por el impacto que tiene en su salud mental: "Con el consumo de pornografía se aumentan los índices de soledad no deseada, de aislamiento, deteriora toda la red de apoyo de los adolescentes, porque las personas se encierran más en sí mismas y esto va deteriorando su capacidad para relacionarse con otros de forma social".
Igualmente, disminuye la capacidad de las funciones ejecutivas, que se están desarrollando con la adolescencia, y que están relacionadas con el control de los impulsos, con la toma de decisiones, la organización, la planificación, la voluntad, o la conciencia ética; "todas estas habilidades se ven interferidas por el consumo de porno", advierte este sexólogo clínico.
Después, dice que la adicción a la pornografía, o la 'adicción mentirosa' como el la llama, promete placer, información sobre sexualidad y técnicas, el regular algunas emociones, pero luego les engaña porque les acaba distorsionando la visión real de la sexualidad. "Viendo pornografía no aprenderán de sexualidad. El sexo aporta y el porno aparta. Esa visión sesgada que van incorporando de la pornografía tiene mensajes peligrosos, desde que las personas somos objetos y cosas, es decir, lo convierte en un producto en lugar de una experiencia compartida, donde hay respeto, responsabilidad afectiva, y convierte al ser humano en un objeto que se puede usar y tirar", agrega este psicólogo.
A su vez, lamenta Alejandro Villena que el porno manda mensajes de agresividad, de instrumentación de la mujer, de denigración: "Sabemos que la probabilidad de incorporar modelos agresivos, tanto a nivel físico como verbal, cuanto mayor es el consumo está demostrado en la investigación científica, así como una mayor probabilidad de incorporar estereotipos de género, de incorporar los mitos de la violación, y una mayor probabilidad de desarrollar un guión sexual basado en el sometimiento y en la dominancia debido a esa erotización y a esa normalización de la violencia, donde la mujer siempre pierde, y donde ésta se convierte en un vehículo para el placer del hombre y no hay equidad".
Por su parte, Jorge Gutiérrez, director de la asociación Dale Una Vuelta, y autor del libro La trampa del sexo digital (Almuzara), sí aclara que el porno es peligroso en los niños, pero también lo es en los adultos. Ahora bien, subraya que en el caso de los menores son ma*s propensos a sentir como reales los actos que ven.
"Además, la corteza prefrontal, encargada de algunas funciones cognitivas, está aún en desarrollo, por tanto su cerebro es más moldeable y vulnerable. La excesiva sensibilidad del cerebro adolescente a la recompensa también significa que son más vulnerables a la adicción. También hay que añadir que el umbral de la gratificación de un adolescente es más alto que el de un adulto y por tanto necesita más estímulos para llegar al mismo placer", remarca.
APARECEN LOS PROBLEMAS SEXUALES
Igualmente, recuerda Gutiérrez que hay suficientes estudios que relacionan el consumo de pornografía con una menor satisfacción sexual, a la vez que son frecuentes las disfunciones sexuales derivadas de la pornografía.
"Por ejemplo, según el reciente libro traducido al español Tu cerebro pornificado, hasta 2002 los casos de disfunción eréctil (DE) en hombres menores de 40 se mantenían entre el 2% y el 3% de forma consistente y el porcentaje no aumentaba hasta superar esa franja de edad. Sin embargo, desde 2010, seis estudios han encontrado índices de entre el 14% y el 33% en hombres jóvenes, un aumento del mil por ciento en los últimos 15 años", avierte este experto.
Al mismo tiempo, el director de la asociación Dale Una Vuelta, lamenta que igualmente se podría hablar de las conductas sexuales de riesgo que aleccionan también tantos contenidos pornográficos.
CONSEJOS PARA TRATAR EL TEMA DEL PORNO CON LOS MENORES
Con ello, y a la hora de tratar el tema del porno con los menores, el director de la asociación Dale Una Vuelta cree que los más importante es transmitir confianza, ser cercano y escuchar antes de hablar: "Qué sabe, cuánto sabe, de dónde lo sabe, quién le ha contado qué. Después buscar el momento y el lugar adecuado, y tener conversaciones uno a uno, no en grupo. Y por supuesto, no extrañarse, juzgar o mostrar enfado o excesiva preocupación. Lo mejor es pensar que se trata de una ocasión de oro para aumentar el vínculo entre hijo y los padres".
Coincide Alejandro Villena con él en la necesidad de "hablar, hablar, y hablar", para forjar una "educación sexualmente sensible", y a su juicio "una buena vacuna para prevenir las consecuencias de la pornografía, o de todo lo que se encuentran en Internet".
Sostiene también que desde casa podemos controlar todo el acceso a la tecnología, que ésta sea progresiva, y con una serie de pautas y de normas: "Se habla de un contrato de la tecnología para dejar claro dónde acceder a Internet, que aplicaciones usar y cuáles no, qué pasa si no se cumplen estas normas, y dónde se desarrollan estas pautas con las que la familia trabajar".
QUE DEBE INCLUIR LA LEY QUE HA PROMETIDO EL GOBIERNO
En último lugar, pedimos a los dos expertos por los puntos clave que en su opinión deben formar parte de la ley prometida por el Gobierno. En primer lugar, Alejandro Villena cree que debe contener el certificado digital, "es fundamental, aunque pueda tener sus limitaciones o no ser una medida definitiva, sí es un gran paso en la protección de la infancia porque protege la privacidad de los usuarios y, a la vez, es capaz de detectar a los adultos".
Hay otras formas de acceder a la pornografía, por lo que también ve aconsejable el controlar a la propia industria: "Los algoritmos de redes sociales deberían tener un control y mecanismos éticos para proteger a la infancia, para detectar perfiles de adolescentes y menores para que no se les impacte con los con todos los contenidos sexuales explícitos, y podría ser una medida interesante".
A su vez, dice que tenemos que atajar el tema de la prevención, la detección, desde el ámbito familiar y educativo, con planes de intervención y con protocolos de detección del uso problemático de la pornografía en el aula, como ocurre con el bullying y el acoso escolas. "Así dotamos de herramientas a colegios o familias para que sean capaces de detectar este consumo; y saber qué hacer ante un consumo problemático o adicción", añade.
El director de Dale Una Vuelta, Jorge Gutiérrez, recuerda que desde su asociación han ofrecido 10 medidas para proteger al menor de la pornografía, que abarcan distintos ámbitos (familiar, social, sanitario, educativo y legal):
1. Sistema de verificación de edad, con certificado digital o similar, que proteja a su vez todo lo posible el anonimato y el archivo de datos personales.
2. Uso del dominio '.xxx' en todos aquellos websites en los que má del 30% de su contenido sea sexual.
3. Colaboración con empresas de telefonía para dispositivos con control de contenidos ya previamente instalados.
4. Sanciones económicas ejemplarizantes a las plataformas de contenido pornográfico si no cumplen la ley.
5. Utilización y difusión de medios públicos para denuncias, como el de la AEPD o el INCIBE.
6. Mejorar el control de los algoritmos en los contenidos sexualizados en redes sociales y videojuegos, y de los perfiles de creadores de contenido sexual que se encuentran ocultos.
7. Investigación sobre el impacto en el neurodesarrollo de los menores, a travás de pantallas y pornografía en el ámbito afectivo-sexual.
8. Recursos en atencián primaria y salud pública para detección, prevención e intervención.
9. Talleres de educación afectivo-sexual y uso de la tecnología para prevenir el consumo de porno, donde es necesario el trabajo conjunto entre familias y centros educativos.
10. Protocolos de detección y actuación en el aula y en ámbito educativo ante el consumo de la pornografía.