MADRID, 17 Sep. (EDIZIONES) -
Prácticamente nadie, salvo las pocas personas que superan el centenar de años, habían vivido una pandemia, aunque probablemente ni se acuerden de ello. Estamos sintiendo cosas que quizá nunca antes habíamos sentido y nos cuestionamos muchas veces si es normal lo que nos pasa.
Así, la psiquiatra y psicoterapeuta Belén Jiménez Gómez subraya en una entrevista con Infosalus que tres de las emociones básicas que estamos sintiendo durante estos días de nueva normalidad son "desagradables": Miedo, enfado y tristeza.
"Durante estos días tenemos también la sensación de incertidumbre, de pánico, de desbordamiento, y de descontrol, sensaciones más complejas, que es natural sentirlas y que no hay que negarlas, ni meterlas debajo de la alfombra porque sólo así se acumularán y se exteriorizarán a través de una somatización o en contextos donde no sea sano", agrega.
Con ello, remarca que es fácil, previsible y sano que sintamos estas emociones que, desde el acogimiento podemos procesarlas y despedirnos de ellas. Para ello, resalta que un recurso muy importante que puede ayudar, aunque más dificultoso en esta pandemia, es el recurso social, el sentirnos acompañados, el ser consolados, el poder transmitir a otros qué se nos pasa por la cabeza, aunque sea en formatos más distintos como el teléfono o la videollamada. "Es muy importante sentir la sensación de pertenencia a esta humanidad compartida", agrega la psiquiatra y psicoterapeuta.
Además, refuerza la idea de que no debemos avergonzarnos al sentir estas emociones, porque es algo que no podemos evitarlo, es algo espontáneo y natural, así como algo universal, que nos sucede a todos.
A su juicio, necesitamos identificarlas y procesarlas, no relegarlas ni anestesiarlas, porque sólo así defiende que las acumularemos e iremos construyendo conflictos dentro de nosotros que, en algún momento, explotarán.
Por un lado, Jiménez Gómez explica que el cúmulo de emociones que nos guardamos puede salir a través de la somatización, como por ejemplo al quedarte afónica tras no procesar un enfado; mientras que otra forma es exteriorizar ese acúmulo de sentimientos en escenarios donde no es el lugar más idóneo. "Si tengo miedo de ir a mi lugar de trabajo lo exteriorizaré en mi casa, donde desde fuera se ve como algo desproporcionado", agrega.
PAUTAS PARA LA GESTIÓN EMOCIONAL
Con todo ello, la doctora Jiménez Gómez enumera cuáles deben ser los pasos para esa correcta gestión emocional en esta pandemia:
1.- Es fundamental y parece fácil, pero casi es el más difícil de todos los puntos: La aceptación de nuestra vulnerabilidad. Para poder despedirnos de una emoción lo primero que debemos hacer es darle la bienvenida. Supone el esfuerzo de dejar de lado los prejuicios sobre si soy emotivo, o el pensar que puede que sea frágil o no lo suficientemente fuerte. Es normal tener estas emociones, y más en una pandemia.
2.- Ponerles nombre. Hay muchas emociones, pero 4 básicas son: Alegría, tristeza, miedo y el enfado.
3.- Una vez reconocida una de esas cuatro hay que llevarlas al cuerpo y reconocer su impacto corporal y describirlo. Por ejemplo, cuando conecto con el miedo se me tensa la mandíbula y noto calor en la nuca.
4.- Despedirlas. Hay varias formas de despedirlas, como desde la fantasía convertirlas en una nube que se aleja, o en un avión de papel que se esfuma por el cielo. Podemos también imaginar la palabra 'miedo' desintegrándose; o el poder realizar movimientos de 'adiós' con el cuerpo, entre otras técnicas.
¿Qué es lo que no debemos hacer? En opinión de la experta, es muy importante que en este contexto de gestión emocional en pandemia no nos cerremos en banda, e intentemos anestesiarnos, ni obviar algún impacto que hayamos tenido. "Debemos mirar de frente a algo que nos ha afectado e intentar aceptarlo porque si no lo procesamos ahora, lo haremos de forma no deseada pudiendo pasar meses o incluso años", añade.
Uno de los problemas que trae consigo en este aspecto la pandemia, según reconoce Jiménez Gómez, es que lleva ya un recorrido largo y "suficientemente impactante", y para el que no tenía recursos casi nadie. Además, dice que se trata de un proceso que no se ha cerrado, sino que sigue abierto, y que no sabemos qué es lo que nos viene de futuro.
A su vez, destaca que también puede darse la gestión de la culpa durante esta pandemia, y que se genera frente a situaciones traumáticas y genera un dolor añadido a la aceptación que de por sí trae la pandemia.
Belén Jiménez Gómez acaba de publicar 'Manual de gestión emocional para médicos y profesionales de la salud' (Desclée De Brouwer), un manual preventivo y terapéutico para la asistencia sanitaria, que de por sí trae situaciones agudas de emergencia emocional, y que puede aplicarse a la población general.