MADRID, 19 Feb. (EDIZIONES) -
"Hemos fracasado. Las nuevas generaciones no están preparadas para la vida. Muchos jóvenes y adolescentes viven en un estado de insatisfacción permanente, se hunden ante cualquier complicación, son incapaces de afrontar las frustraciones, y la decepción se ha convertido en una constante en sus vidas".
Así lo defiende en su último libro 'Que nadie manipule tus emociones' (La Esfera de los Libros) María Jesús Álava Reyes, psicóloga y experta en psicoterapia por la Federación Europea de asociaciones de Psicólogos, así como profesora colaboradora de la UCM y de la Universidad de Navarra entre otros cargos.
Reconoce en una entrevista con Europa Press Infosalus que se trata de un mensaje que lleva transmitiendo desde hace años, el hecho de que los padres están fracasando en la educación de las nuevas generaciones porque se les ha sobreprotegido demasiado, ante esta vida llena de prisas, y de falta de tiempo de muchos padres.
FALTA EDUCACIÓN EMOCIONAL
"Muchos padres intentan compensar esas carencias y falta de disponibilidad con la sobreprotección con los hijos, por eso desde pequeños les estamos convirtiendo en tiranos, en adolescentes manipuladores, y en jóvenes desesperanzados", lamenta esta experta.
En consecuencia, dice que los jóvenes no tienen recursos ante las primeras dificultades o contrariedades de la vida, se hunden: "Nunca hemos tenido tantos jóvenes y adolescentes y en tan malas condiciones, con autolesiones que les quitan la tensión interna, y totalmente desesperanzados ante las primeras dificultades en la adolescencia, como que tienen un grupo de amigos que le han echado, o el amigo más importante les ha fallado, o cuando el primer amor ha sido un fracaso".
Considera, por tanto, que "la sobreprotección ha sustituido al esfuerzo", y que a los jóvenes se les está privado de que aprendan a afrontar las dificultades, el que desarrollen sus recursos emocionales, o que disfruten superando obstáculos y que con ello puedan ganarse la confianza, la seguridad, y la autoestima que necesitarán en su vida, en su día a día.
UNO DE LOS ASPECTOS QUE MÁS LE PREOCUPA COMO PSICÓLOGA
Es más, cree que así les privamos de alcanzar estabilidad y las habilidades emocionales que les ayuden a vivir con ilusión y con esperanza, y que les permitan profundizar en su conocimiento, y que sus experiencias se conviertan en aprendizajes.
De esta manera, incide en que a los jóvenes les hemos dejado sin esas habilidades o recursos, según prosigue esta afamada psicóloga. "Si ante las primeras dificultades les hemos dejado huérfanos emocionalmente el panorama es preocupante, es una de las cosas que como psicóloga más me preocupa", afirma.
Ante los primeros signos de dificultad, ante algo que comentan, en lugar de analizar la situación y ver qué pasa con ese amigo, y pensar cómo se siente el amigo y cómo cree que debería actuar, los adultos pensamos en solucionarles directamente el problema, sostiene. "Nunca hemos tenido tantos padres que han ido al colegio a solucionar el problema con el profesor, en lugar de darles a nuestros hijos las herramientas para que los solucionen ellos mismos", asevera esta especialista.
LA INFLUENCIA DE LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS
Si están tristes y quieren algo en un momento concreto son muchos los padres que se lo conceden al instante, lamenta igualmente María Jesús Álava. "Les damos todo sin necesidad de esforzarse, pero también están metidos en un universo donde la influencia de las nuevas tecnologías es tremenda y no tienen recursos para gestionarlo", advierte.
Aquí destaca que una de las cosas que más le dicen los padres es que de lo que más se arrepienten es del día en el que le compraron el móvil a su hijo. "A través de los portátiles, de las tabletas, o de los móviles les entra tanta información, y para la que no están preparados, que esto les hace ser más frágiles y vulnerables. No hemos sido capaces de reaccionar frente a la gravedad que conlleva el tema, y por ejemplo ya hay niños en nuestro país de 9 años que ven porno, o son receptores de mensajes del mundo consumista", indica.
Esto provoca, según alerta, el que no valoren el esfuerzo, incluso en algún momento a las personas, "hace que no valoren nada" y les enseña como que no tienen que esforzarse por nada, incluido a nivel escolar. "Por eso también en España se da el mayor índice de Europa en fracaso escolar. Aunque también son una generación a la que les cuesta motivarse e ilusionarse, y son edades que tendrían que estar contentos y llenos de energía y no lo están", añade.
SIEMPRE ESTAMOS A TIEMPO DE ACTUAR
No obstante, esta psicóloga de referencia celebra que los padres, y la sociedad en general, "siempre estamos a tiempo de actuar" y lo que habría que hacer, según defiende, y sea cual sea su edad, es fomentar educación emocional, el enseñarles, por ejemplo, a analizar las cosas, a ser críticos desde el principio, a cuestionar las cosas que les dicen, a ver las diferentes opciones, y a fomentar ese pensamiento crítico y de reflexión permanente.
"Los que damos clase a las nuevas generaciones y empiezas a hacerles planteamientos les cuesta reflexionar sobre algo. Les hemos dejado que sean sujetos pasivos a los que les llega información por múltiples fuentes que la acogen con pinzas y después en ningún momento la cuestionan, y por eso son tan manipulables. Los jóvenes nunca han estado tan indefensos, y la educación emocional, el enseñarles a pensar, a reflexionar, a cuestionar, y a que sean críticos con todo lo que les llega, esto en función de su edad, es una de las primeras cosas a hacer", defiende Álava.
Por otro lado, aconseja fomentar el sentido común que hemos atrofiado, y la alegría ante la vida, el empezar a acoger y que vuelvan a dar valor a las cosas que la tienen, y que las cosas dependan de su esfuerzo, y no de que se las demos nosotros: "Cuando consiguen las cosas por ellos mismo se sienten bien y ante el resto de personas hay que estar muy atentos. Hay que intentar con cualquier situación el que empiecen a pensar por ellos mismos. No hay que darles las cosas masticadas porque si no no tendrán defensas ni recursos".
Otro de los consejos de María Jesús Álava es que debemos valorar lo que hacen los jóvenes, de acuerdo con su potencial, y no podemos tratar a todos por igual. "Cada persona es única y por tanto hay que hacer un traje a medida. Cuanta más confianza les des en ellos mismos, haciendo que valoren lo más genuino, cogerán más confianza y dejarán de ser tan manipulables", concluye esta especialista.