MADRID 26 Oct. (EUROPA PRESS) -
Más de 200 revistas de salud de todo el mundo se han unido para publicar simultáneamente un editorial en el que se hace un llamamiento a los líderes mundiales y a los profesionales de la salud para que reconozcan que el cambio climático y la pérdida de biodiversidad son una crisis indivisible y deben abordarse conjuntamente para preservar la salud y evitar la catástrofe.
Los autores afirman que es un "peligroso error" responder a la crisis climática y a la crisis de la naturaleza como si fueran retos separados, e instan a la Organización Mundial de la Salud a declarar esta crisis indivisible como una emergencia sanitaria mundial.
El editorial se publica en importantes cabeceras de todo el mundo, como 'The BMJ', 'The Lancet', 'JAMA', 'Medical Journal of Australia', 'East African Medical Journal', 'National Medical Journal of India' y 'Dubai Medical Journal', entre otras.
La salud humana se ve perjudicada directamente tanto por la crisis climática como por la crisis de la naturaleza, y las comunidades más pobres y vulnerables suelen soportar la carga más pesada, escriben. El aumento de las temperaturas, los fenómenos meteorológicos extremos, la contaminación atmosférica y la propagación de enfermedades infecciosas son algunas de las principales amenazas para la salud agravadas por el cambio climático.
Por ejemplo, el acceso al agua potable es fundamental para la salud humana, pero la contaminación ha dañado la calidad del agua provocando un aumento de las enfermedades transmitidas por el agua, y la acidificación de los océanos ha reducido la calidad y cantidad del marisco del que dependen miles de millones de personas para su alimentación y su sustento.
La pérdida de biodiversidad también socava la buena nutrición y limita el descubrimiento de nuevos medicamentos derivados de la naturaleza, mientras que los cambios en el uso de la tierra han obligado a decenas de miles de especies a entrar en contacto más estrecho, aumentando el intercambio de patógenos y la aparición de nuevas enfermedades y pandemias.
Las comunidades son más saludables si tienen acceso a espacios verdes de alta calidad que ayuden a filtrar la contaminación atmosférica, reduzcan la temperatura del aire y del suelo y ofrezcan oportunidades para la actividad física. La conexión con la naturaleza también reduce el estrés, la soledad y la depresión, al tiempo que fomenta la interacción social, beneficios que se ven amenazados por el continuo aumento de la urbanización.
En diciembre de 2022, la Conferencia sobre Biodiversidad (COP) acordó la conservación y gestión efectivas de al menos el 30% de las tierras, zonas costeras y océanos del mundo para 2030. Sin embargo, los autores señalan que los científicos del clima y de la naturaleza que aportan las pruebas para las COP están en gran medida separados y muchos compromisos no se han cumplido.
"Esto ha permitido llevar a los ecosistemas aún más al borde del abismo, aumentando enormemente el riesgo de rupturas en el funcionamiento de la naturaleza --advierten--. Incluso si pudiéramos mantener el calentamiento global por debajo de un aumento de 1,5?C sobre los niveles preindustriales, aún podríamos causar daños catastróficos a la salud destruyendo la naturaleza".
Este riesgo, combinado con los graves impactos en la salud que ya se están produciendo, significa que la Organización Mundial de la Salud debería declarar la crisis indivisible del clima y la naturaleza como una emergencia sanitaria mundial, antes o en la Asamblea Mundial de la Salud de mayo de 2024, escriben.
Para hacer frente a esta emergencia es necesario armonizar los procesos de la COP, añaden. Como primer paso, las respectivas convenciones deben impulsar una mejor integración de los planes climáticos nacionales con los equivalentes en materia de biodiversidad.
"Los profesionales de la salud deben ser poderosos defensores tanto de la restauración de la biodiversidad como de la lucha contra el cambio climático por el bien de la salud, mientras que los líderes políticos deben reconocer tanto las graves amenazas para la salud derivadas de la crisis planetaria como los beneficios que pueden derivarse para la salud de hacer frente a la crisis --afirman--, pero antes, debemos reconocer esta crisis como lo que es: una emergencia sanitaria mundial".
Kamran Abbasi, redactor jefe de 'The BMJ', afirma que, "tanto la crisis climática como la pérdida de biodiversidad perjudican a la salud humana, y están interrelacionadas, por eso debemos considerarlas conjuntamente y declarar una emergencia sanitaria mundial. No tiene sentido que los científicos del clima y la naturaleza y los políticos consideren las crisis de la salud y la naturaleza en silos separados", subraya.
Y añade que "los profesionales de la salud gozan de una gran confianza por parte del público, y tienen un papel central que desempeñar a la hora de articular este importante mensaje y abogar por que los políticos reconozcan y tomen medidas urgentes para hacer frente a la emergencia sanitaria mundial. Más de 200 revistas de salud envían hoy un mensaje inequívoco".
Los editores de las revistas han apoyado una petición para que la OMS declare una emergencia de salud pública mundial en la Asamblea Mundial de la Salud de mayo de 2024, que se ha lanzado coincidiendo con la publicación del editorial.