"Más allá del cociente intelectual": Mario Belda, psicólogo experto en altas capacidades explica cómo identificarlas

Archivo - Niña mirando por un microscopio.
Archivo - Niña mirando por un microscopio. - DRAGONIMAGES/ISTOCK - Archivo
Publicado: sábado, 15 marzo 2025 7:59

   MADRID, 15 Mar. (EDIZIONES) -

   El concepto de las altas capacidades (a partir de ahora AA.CC.) lamentablemente es aún confuso para nuestra sociedad y suele generar muchos recelos entre quienes no lo conocen bien. Precisamente por eso, para concienciar sobre las necesidades personales, emocionales, y educativas de las personas que gozan de esta condición, un “don” para muchos, o un “regalo” que implica una única forma de ver el mundo, el 14 de marzo se celebra el Día Internacional de las Altas Capacidades para concienciar sobre ello.

   En Europa Press Infosalus entrevistamos a Mario Belda, uno de los mayores expertos en esta materia de nuestro país, adulto además con altas capacidades, psicólogo de AACC, aparte de ser ingeniero informático, padre de niños con AACC, y experto que actualmente asesora y guía a familias de hijos con AACC a través de la Fundación Jasón, con sede en Madrid y en San Sebastián.

   Junto a Beatriz Belinchón, adulta con AACC y madre de una niña con AACC, y a Maider Belda, psicopedagoga con AACC, han escrito ‘Hijos con Altas Capacidades. Educarlos felices’ (RBA), un manual que pretende resolver muchas de las dudas que surgen con la crianza de estos menores, un reto en muchas ocasiones nada fácil.

QUÉ SON LAS ALTAS CAPACIDADES

   Nos explica Mario Belda que las altas capacidades se corresponden con una forma diferente de procesar la información: “Normalmente, los signos por los que se detectan las AACC se corresponden con una mayor intensidad en todo lo que acontece al niño, desde el plano emocional, hasta el físico. La AACC es un potenciador, de manera que si eres inquieto, si tienes AACC te inquietarás más, y esto hace que el niño funcione de forma diferente en el entorno y en el colegio”.

   Según prosigue, los primeros signos tienen que ver con que el niño no se adapta a lo que se demanda en el colegio, con que le cuesta estar quieto, pregunta lo que no toca, y estos signos son por los que se empieza a detectar.

   “El mundo no está preparado para las AACC. Digamos que es como medir 2,2 y las puertas no están preparadas para ti. Otra cosa es que te dediques al baloncesto y saques tu potencial, o te quejes al chocarte todo el rato en la puerta. Son chavales que se aburren y con comportamientos disruptivos, que no están quietos, que no atienden, o que incordian”, remarca este psicólogo experto.

   Destaca en este sentido que “se nace con las AACC”, y que éstas gozan de un “factor genético muy grande”. Ahora bien, sí subraya que tener esta condición “no es sinónimo de un alto rendimiento”, sino que representa “un potencial” que, si no lo cuidas, no va a florecer como un alto rendimiento o algo que puedas aprovechar, que hay trabajarlo y cultivarlo con el tiempo.

   “Si no tienes ese potencial, por mucho que estudies no vas a convertirte en una persona con altas capacidades. Pero si el potencial está, y lo quieres convertir en algo de provecho lo debes cultivar, sobre todo en aspectos transversales, porque normalmente no es homogéneo, no se está por encima de la media en todos los aspectos, y esto genera disincronías, sobre todo en la infancia y en la adolescencia”, advierte Belda.

   Por ejemplo, cuenta el caso de un niño de 3 años que vive con angustia por que sus padres puedan morir en cualquier momento. “El menor intelectualmente lo entiende, te pregunta cuándo te vas a morir, pero a su vez, al tener tres años, no concibe una vida sin sus padres; con 4-5 años la noche de Reyes es probable que la vivan muchos menores con altas capacidades con terror porque va a entrar un desconocido en su casa”, señala.

SIGNOS DE SOSPECHA

   En concreto, en el libro señalan que hay algunos indicadores que, frecuentemente, se presentan en niños con altas capacidades:

   ·Aprendizaje más rápido y profundo.

   ·Vocabulario muy amplio y con gran precisión.

   ·Memoria.

   ·Creativos e imaginativos.

   ·Presentan intereses variados y con una gran profundidad.

   ·Tienen un pensamiento crítico y analítico.

   ·Les gusta aprender de forma autónoma, prefiriendo trabajar de manera individual e independiente.

   ·Son perfeccionistas.

   ·Resuelven problemas de forma original.

   ·Son altamente sensibles y empáticos.

   “Todo esto les lleva a sentirse diferentes, siendo conscientes de su diferencia a edades muy tempranas, y encontrando que sus intereses difieren de los del resto de sus compañeros con una edad biológica similar”, subrayan en el libro los autores.

   Es más, advierten de que es fundamental en los casos de menores con AACC la identificación de sus necesidades educativas, sociales, y emocionales porque si no podrán desmotivarse a lo largo de la etapa educativa y perder el interés por el aprendizaje. “Si no trabajamos su autoconcepto y autoestima es posible que esa diferencia respecto de sus padres biológicos los lleve a sentir culpa. Eso sí, hay que tener claro que además estos menores no destacan por igual en todas las áreas”, resalta.

LA BARRERA DEL COCIENTE INTELECTUAL

   Ante la duda de si un niño o no presenta altas capacidades, Mario Belda recomienda la elaboración de un informe psicopedagógico, y a partir de los 6 años: “Aunque desde los 4 años se hacen pruebas cuando hay alguna dificultad, o disincronías con lo que se espera del menor desde el colegio, o desde el entorno familiar”.

   Aquí lamenta la barrera del cociente intelectual total (CIT) del 130 para considerar a las altas capacidades ya que, según defiende, carece hoy en día de base científica para seguir defendiéndolo como un mero punto de corte. “La AACC es algo mucho más complejo que un cociente intelectual. Es importante hacer una identificación completa y más allá del cociente intelectual”, insiste, apuntando a otros aspectos como la entrevista a la familia, la creatividad, el perfil emocional o sensorial del menor entre otros.

   Igualmente, mantiene que los test estandarizados de inteligencia tienen una fiabilidad que alcanza el 95%, si bien sostiene que “están diseñados para detectar el talento en la población neurotípica”. Al mismo tiempo, resalta que para que la prueba sea efectiva es “esencial” que el profesional que realiza la evaluación tenga experiencia previa en perfiles que presenten alta capacidad o doble excepcionalidad, aplicando los test más adecuados para cada caso concreto.

LA DOBLE EXCEPCIONALIDAD EN LAS ALTAS CAPACIDADES

   ¿Qué es la doble excepcionalidad tan frecuente en las AACC? Mario Belda señala que consiste en que las altas capacidades convivan con alguna patología, o trastorno, “aunque esto no tiene por qué ser así, pero a veces ocurre”.

   Dice que las más comunes son el trastorno del espectro autista (TEA), el TDAH, la dislexia, o la discalculia, entre otras. “Son circunstancias que se ‘autoocultan’ la una a la otra, pero un niño con dislexia puede rendir en el colegio con esfuerzo, pero no se trabaja ninguna de las dos por no identificar la doble excepcionalidad”, apostilla este psicólogo y fundador de la Fundación Jasón.

LO MÁS IMPORTANTE EN LAS AACC: LA VALIDACIÓN EMOCIONAL

   Con todo ello, aconseja este experto que a la hora de criar a un menor con altas capacidades lo más importante es la validación emocional en su vida en general; y concretamente, un punto que, en su opinión, a veces se confunde con no establecer límites en la crianza y no es así. “Cuando un niño con AACC tiene una reacción emocional exagerada o incomprendida, o fuera de contexto, algunas frases que no son nada constructivas son por ejemplo el ‘no te pongas así por esta tontería’. Hay que validar las emociones, decirles que las entendemos”, subraya.

   En su opinión, otro error frecuente que se comete en la crianza de niños con altas capacidades es el hecho de ocultar este potencial: “Debemos contar a nuestros hijos que tienen AACC, y ajustándolo a la edad que tienen, y enfocándolo a que es una forma de ser y de pensar diferente, ni más ni menos que nadie, pero sí que hay cosas que hacen más rápido o de manera más intuitiva que otros, algo que les puede aportar cierta ventaja en ciertos campos, o una desventaja también”.

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