Más de la mitad de los niños de barrios desfavorecidos tienen un sueño de mala calidad

Archivo - Imagen de archivo de un niño en la cama. - LEMANNA/ ISTOCK - ARCHIVO

MADRID 26 Sep. (EUROPA PRESS) -

El 58 por ciento de los niños de barrios más desfavorecidos y vulnerables tienen un sueño de mala calidad, según indica el estudio 'Condiciones socioeconómicas y sueño', elaborado por la Alianza por el Sueño e IKEA y que ha sido presentado este jueves.

En este sentido, los autores del estudio aseguran que existe evidencia de que los ingresos familiares más altos están asociados con menos problemas de trastornos de sueño infantil. "Los padres con un estatus económico elevado tienden a tener hijos con menos problemas de sueño que aquellos de menor nivel económico, lo que impacta positivamente en el desarrollo cognitivo y académico de estos niños, brindándoles mayores posibilidades de alcanzar un estatus socioeconómico similar al de sus padres o mejor", indican los autores.

Por el contrario, destacan que un nivel educativo más bajo crea un entorno más vulnerable, afectando negativamente el sueño de las personas, las familias y, especialmente, los niños en su conducta social y su desempeño académico.

"Vivir en un barrio desfavorecido, caracterizado por altos índices de desempleo, bajos recursos económicos y un bajo nivel educativo, es un factor de riesgo para que los niños sufran apnea del sueño, y/o insomnio según estudios epidemiológicos. Una mayor incidencia de alergias, asma, inflamación y obesidad y multiplica por 3 la probabilidad de sufrir trastornos mentales. Por ello recordamos la importancia de educar en hábitos de higiene del sueño, y en acudir a un profesional sanitario y no automedicarse sin supervisión de un profesional sanitario", ha explicado la Silvia Gismera, miembro del grupo de Sostenibilidad, Economía y Empresa de la Alianza por el Sueño.

En cuanto al sueño de los adolescentes, el estudio muestra que la generación Z duerme mal, como indican los datos: el 38,5 por ciento de los adolescentes españoles tiene una mala calidad del sueño. Para los autores, esta mala calidad del sueño nocturno aumenta la probabilidad de desencadenar somnolencia diurna, la cual afecta al rendimiento académico, la calidad de vida, los estados de ánimo y el funcionamiento socioemocional.

LAS FAMILIAS CON UN NIVEL SOCIOECONÓMICO BAJO DUERMEN PEOR

En otra parte del estudio, se realizó una encuesta a 2.540 ciudadanos mayores de 18 años sobre la percepción subjetiva del descanso óptimo, en la que se observó la estrecha relación entre el poder adquisitivo y la calidad del sueño.

De este modo, el informe desvela que las familias con un nivel socioeconómico bajo duermen peor y presentan mayores trastornos del sueño. Además, de la investigación se desprende que los factores socioeconómicos generan importantes desigualdades a la hora de satisfacer una necesidad vital como es el sueño, creando oportunidades desiguales para obtener un sueño de calidad y reparador.

Así, como confirma el estudio, en general, un nivel socioeconómico bajo se asocia con mayor somnolencia diurna afectando la funcionalidad diaria de las personas, aumentando el nivel de cansancio, la fatiga y disminuyendo el estado de alerta, la vigilia, la capacidad de reacción y la autogestión emocional.

"Según se desprende de esta encuesta, el porcentaje de personas con un nivel adquisitivo bajo que duermen menos de 5 horas duplica a las de nivel medio y alto. Además, se ve que las personas de nivel socioeconómico bajo y medio tienen más dificultades para conciliar el sueño. Esto se puede deber a múltiples factores desde mayores preocupaciones que impiden una rápida conciliación, hasta condiciones ambientales menos favorecedoras para conciliar el sueño como puede ser el calor o el ruido", explica Álvaro Rol, líder del área de Insights de IKEA en España.

EL NIVEL EDUCATIVO TAMBIÉN AFECTA AL SUEÑO

Además, la revisión sistemática de le evidencia científica publicada elaborada por la Alianza por el Sueño apunta a la importancia del nivel educativo, como otro factor determinante a tener en cuenta. El nivel educativo, que es uno de los indicadores socioeconómicos más significativos, está relacionado también con alteraciones en el sueño, por ejemplo, en poblaciones con menor nivel educativo, la prevalencia de insomnio aumenta del 15,6 al 17,1 por ciento.

En este sentido, el nivel socioeconómico está estrechamente vinculado con la aparición de problemas y trastornos del sueño, como es el insomnio. Según la revisión realizada por la Alianza por el Sueño, existe una relación bidireccional entre menores ingresos y la presencia de insomnio y otros problemas de sueño en general. Además, aquellas que enfrentan dificultades para llegar a fin de mes presentan un mayor riesgo de somnolencia diurna, lo que afecta su funcionalidad diaria y capacidad productiva, creando un círculo vicioso.

"Según se pone de manifiesto en diversos estudios, el nivel educativo impacta directamente en la calidad del sueño de la persona. De esta forma las personas con niveles de estudio inferiores tienen mayor probabilidad de sufrir trastornos del sueño como insomnio y apnea tanto en la calidad como en la cantidad, lo que repercute en su salud física y mental, en sus relaciones personales y en su desarrollo profesional impidiendo tener mejor funcionalidad diurna que le permita acceder a mejores condiciones socioeconómicas. Es importante crear campañas educativas públicas para reducir la vulnerabilidad en estas poblaciones", ha indicado el coordinador del grupo sanitario de la Alianza por el Sueño, Carlos Egea,.

Por otro lado, el informe señala que la falta de sueño conlleva un coste económico significativo, derivado de sus efectos negativos sobre la salud, el bienestar, la seguridad y la productividad. De hecho, respecto a la productividad, los datos, hablan por sí solos, el insomnio hace perder a los españoles 10.703 millones de euros anuales.