MADRID 22 Ago. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de Italia han demostrado por primera vez que, entre los niños sometidos a un trasplante de células madre de un donante, la presencia de diversas especies de microorganismos en el tracto intestinal antes del trasplante se tradujo en una supervivencia general del paciente significativamente mejor y en menos complicaciones.
El estudio, publicado en la revista 'Blood', se suma a un conjunto creciente de investigaciones que desentrañan el papel que desempeña la salud intestinal en los resultados sanitarios.
"Nuestro estudio aporta la primera prueba de que existe una relación entre la diversidad microbiana del tracto intestinal antes del trasplante y la supervivencia de los niños tras el trasplante --afirma el doctor Riccardo Masetti, del Departamento de Oncología y Hematología Pediátricas de la Universidad de Bolonia (Italia)--. Este hallazgo sugiere que las intervenciones para mejorar la diversidad microbiana antes del trasplante del donante podrían ayudar a sobrevivir a más niños".
Tanto en niños como en adultos, el trasplante de células hematopoyéticas de un donante compatible (conocido como trasplante alogénico de células madre) es una cura potencial para muchos cánceres de la sangre, así como para una variedad de afecciones no cancerosas.
Sin embargo, factores como los cambios en la dieta y el tratamiento previo al trasplante con antibióticos y quimioterapia pueden provocar una pérdida de la diversidad de la microbiota intestinal y aumentar los niveles de bacterias potencialmente infecciosas, lo que puede contribuir a muchos episodios potencialmente mortales, como infecciones del torrente sanguíneo y complicaciones del sistema inmunitario.
En el estudio actual, el doctor Masetti y sus colegas analizaron muestras de heces recogidas de 90 pacientes pediátricos antes y durante los trasplantes alogénicos de células madre realizados en tres centros de Italia y uno de Polonia entre 2013 y 2020.
La mediana de edad de los pacientes en el momento del trasplante era de nueve años; el 59% eran varones. Más de la mitad de los pacientes se sometieron al trasplante para tratar una leucemia aguda; el resto padecía otros cánceres de la sangre o enfermedades hematológicas clásicas (no malignas).
Los pacientes fueron seguidos durante una mediana de 52 meses. Tras ajustar por edad del paciente, tipo de enfermedad, tipo de donante, tipo de régimen de tratamiento previo al trasplante y ubicación del centro de tratamiento, la supervivencia global estimada a los 52 meses fue del 88,9% para los pacientes que tenían una mayor diversidad de microbiota intestinal antes del trasplante, frente al 62,7% de los que tenían una menor diversidad de microbiota previa al trasplante.
Aquellos con una mayor diversidad de la microbiota también eran significativamente menos propensos a sufrir la enfermedad injerto contra huésped aguda (EICHa), que se produce cuando las células del donante atacan y dañan las células sanas del propio paciente.
Los investigadores descubrieron que la relación entre una mayor diversidad de la microbiota y una mayor supervivencia era similar independientemente de que los pacientes fueran tratados en uno de los tres centros de Italia o en el centro de Polonia, lo que podría indicar que la relación es independiente de la enfermedad o del lugar de tratamiento.
El tracto intestinal humano alberga billones de microorganismos como bacterias, virus y hongos. Conocidos colectivamente como microbiota intestinal, estos microorganismos desempeñan funciones vitales relacionadas con la salud, como proteger frente a enfermedades infecciosas y ayudar al organismo a absorber los nutrientes y la energía de los alimentos.
El doctor Masetti y su equipo señalaron que los próximos pasos tras los resultados del estudio deben incluir la evaluación de los efectos específicos de los factores que influyen en la diversidad de la microbiota (antibióticos y otros fármacos, dieta, etc.) y las estrategias de intervención dirigidas a modificar estos factores.
Sus hallazgos tienen varias limitaciones, explica. Aunque el estudio es el primero y más amplio en examinar el papel de la microbiota intestinal en niños que reciben trasplantes de células madre de donantes, el número de niños estudiados fue relativamente pequeño, los pacientes fueron tratados durante un periodo de siete años por varias enfermedades diferentes y con regímenes farmacológicos previos al trasplante, y sus trasplantes se realizaron con técnicas diferentes.
La edad de los pacientes también oscilaba entre lactantes y adolescentes, y el papel y el comportamiento de la microbiota intestinal pueden diferir en función de la edad, señaló el doctor Masetti.
A pesar de estas limitaciones, añade que estos hallazgos "subrayan la importancia de la diversidad de la microbiota intestinal previa al trasplante para influir en los resultados del trasplante alogénico de células madre en niños".
No obstante, señalan que se necesitan estudios prospectivos más amplios para definir plenamente la importancia clínica de la microbiota intestinal en la determinación de los resultados en pacientes pediátricos.