MADRID, 13 Abr. (EUROPA PRESS) -
El tabaquismo es la principal causa de cáncer de pulmón, y sin embargo sólo una minoría de los fumadores desarrolla la enfermedad. Un estudio dirigido por científicos de la Facultad de Medicina Albert Einstein, en Nueva York (Estados Unidos) y publicado en línea en la revista 'Nature Genetics' sugiere que algunos fumadores pueden tener fuerte mecanismos que los protegen del cáncer de pulmón al limitar las mutaciones.
Los hallazgos podrían ayudar a identificar a aquellos fumadores que tienen un mayor riesgo de padecer la enfermedad y que, por tanto, merecen un seguimiento especialmente estrecho, destacan los investigadores.
"Esto puede suponer un paso importante hacia la prevención y la detección precoz del riesgo de cáncer de pulmón y alejarnos de los hercúleos esfuerzos actuales necesarios para combatir la enfermedad en sus últimas fases, en las que se producen la mayor parte de los gastos sanitarios y de la miseria", afirma el doctor Simon Spivack, coautor del estudio, profesor de medicina, epidemiología y salud de la población, y de genética en el Einstein, y neumólogo del Sistema de Salud Montefiore.
Durante mucho tiempo se ha asumido que el tabaquismo conduce al cáncer de pulmón al desencadenar mutaciones en el ADN de las células pulmonares normales. "Pero eso no se había podido demostrar hasta nuestro estudio, ya que no había forma de cuantificar con precisión las mutaciones en las células normales", destaca el doctor Jan Vijg, coautor del estudio, catedrático de genética, profesor de oftalmología y ciencias visuales y titular de la cátedra Lola y Saul Kramer de genética molecular en el Einstein y en el Centro de Ómicas unicelulares de la Facultad de Medicina de la Universidad Jiaotong de Shanghai (China). Vijg superó ese obstáculo hace unos años al desarrollar un método mejorado para secuenciar los genomas completos de células individuales.
Los métodos de secuenciación del genoma completo de células individuales pueden introducir errores de secuenciación difíciles de distinguir de las verdaderas mutaciones, un grave defecto cuando se analizan células que contienen mutaciones raras y aleatorias.
El doctor Vijg resolvió este problema desarrollando una nueva técnica de secuenciación llamada amplificación de desplazamiento múltiple de una sola célula (SCMDA). Como se informó en 'Nature Methods' en 2017, este método tiene en cuenta y reduce los errores de secuenciación.
Los investigadores de Einstein utilizaron SCMDA para comparar el paisaje mutacional de las células epiteliales pulmonares normales (es decir, las células que recubren el pulmón) de dos tipos de personas: 14 nunca fumadores, de 11 a 86 años; y 19 fumadores, de 44 a 81 años, que habían fumado un máximo de 116 paquetes de años. (Un paquete de años de tabaquismo equivale a un paquete de cigarrillos fumado al día durante un año).
Las células se recogieron de pacientes que se sometieron a una broncoscopia para realizar pruebas de diagnóstico no relacionadas con el cáncer. "Estas células pulmonares sobreviven durante años, incluso décadas, y, por tanto, pueden acumular mutaciones tanto con la edad como con el tabaquismo --explica Spivack--. De todos los tipos de células del pulmón, éstas se encuentran entre las más propensas a convertirse en cancerosas".
Los investigadores descubrieron que las mutaciones (variantes de un solo nucleótido y pequeñas inserciones y deleciones) se acumulaban en las células pulmonares de los no fumadores a medida que envejecían, y que se encontraban muchas más mutaciones en las células pulmonares de los fumadores.
"Esto confirma experimentalmente que el tabaquismo aumenta el riesgo de cáncer de pulmón al incrementar la frecuencia de las mutaciones, tal y como se había planteado anteriormente --subraya--. Esta es probablemente una de las razones por las que tan pocos no fumadores padecen cáncer de pulmón, mientras que entre el 10% y el 20% de los fumadores de toda la vida lo hacen".
Otro hallazgo del estudio es que el número de mutaciones celulares detectadas en las células pulmonares aumentó en línea recta con el número de años de fumar y, presumiblemente, el riesgo de cáncer de pulmón también aumentó. Pero, curiosamente, el aumento de las mutaciones celulares se detuvo después de 23 años de exposición.
"Los fumadores más intensos no tenían la mayor carga de mutaciones --destaca Spivack--. Nuestros datos sugieren que estos individuos pueden haber sobrevivido tanto tiempo a pesar de su elevado consumo de tabaco porque consiguieron suprimir una mayor acumulación de mutaciones. Esta nivelación de las mutaciones podría deberse a que estas personas tienen sistemas muy competentes para reparar el daño del ADN o desintoxicar el humo del cigarrillo".
El hallazgo ha conducido a una nueva dirección de investigación. "Ahora queremos desarrollar nuevos ensayos que puedan medir la capacidad de reparación del ADN o de desintoxicación de una persona, lo que podría ofrecer una nueva forma de evaluar el riesgo de cáncer de pulmón", concluye el doctor Vijg.