MADRID, 16 Ene. (EUROPA PRESS) -
La mayoría de la población presenta metales pesados en su organismo que pueden derivar en enfermedades graves renales, cardiovasculares, neurológicas y óseas, entre otras, según una investigación publicada de Biosalud Day Hospital.
Entre el 50 y el 70 por ciento de la población general presenta intoxicación por metales pesados y este porcentaje se eleva en quienes presentan síntomas de cansancio o dolor e inflamación persistentes. En una muestra realizada entre 169 personas que habían acudido a la clínica entre 2022 y 2023 con esta sintomatología se encontraron concentraciones elevadas de metales pesados en el 99 por ciento de los casos. Los metales más frecuentes fueron, por este orden, mercurio, níquel, aluminio, estaño, plata y plomo.
La intoxicación por metales pesados se produce cuando una persona está expuesta a niveles excesivos de ciertos metales en su organismo, ya sea a través de la inhalación, ingestión o absorción cutánea. "Algunos más comunes son el plomo, el mercurio, el cadmio y el arsénico que, junto a otras sustancias químicas, pueden estar presentes en la alimentación, el agua, la ropa, dispositivos tecnológicos y todo el entorno que nos rodea", ha explicado el director de Biosalud Day Hospital, Mariano Bueno.
EL 70% DE LA POBLACIÓN EN BARCELONA PRESENTA METALES PESADOS
Un estudio multicéntrico dirigido por el Hospital del Mar y publicado este mes de enero muestra que un 70 por ciento de la población de Barcelona presenta metales pesados como plomo, plata, arsénico, cadmio, mercurio, antimonio, estroncio, talio y seis oligoelementos esenciales. Un trabajo anterior, de 2020, dirigido por la Universidad de Granada, encontró concentraciones de metales pesados en el 51 por ciento de la población.
Así, por ejemplo, el plomo puede encontrarse en las tuberías, polvo contaminado, fuentes de agua, suelo, etc. El mercurio se encuentra en pescados azules y mariscos, particularmente en aquellos de gran tamaño y depredadores. Mientras tanto, el cadmio puede estar presente también en mariscos, cereales, verduras de hojas verdes, debido a la contaminación del suelo y el agua; y en el tabaco. El arsénico puede encontrarse en el agua potable, el arroz y productos derivados de mariscos. El aluminio en las vacunas actuales y cosméticos, como los desodorantes.
"Los síntomas de la intoxicación por metales pesados varían según el metal específico y la cantidad presente en el organismo", ha explicado Bueno. Aunque algunos síntomas comunes y efectos incluyen problemas neurológicos, daño renal, problemas gastrointestinales, daño hepático, hipertensión arterial y enfermedades cardiovasculares, daño óseo (fracturas u osteoporosis), problemas dermatológicos (incluyendo cáncer) y efectos perjudiciales para los fetos (malformaciones congénitas, falta de desarrollo). Las características sociodemográficas y físicas (sexo, edad, clase social, cambio de peso) influyen en las concentraciones de algunas sustancias químicas.
INUSPHERESIS
"La detección de metales pesados puede realizarse con un simple test del cabello. Para eliminar los metales pesados del organismo existen diferentes técnicas. La más efectiva llamada inuspheresis, que, mediante un doble filtrado del plasma sanguíneo, elimina del organismo una gran parte de estos metales, causantes de numerosas patologías y síntomas", ha comentado Bueno.
Se trata de una técnica de alta tecnología que, "mediante un circuito de circulación extracorpórea en el que se realiza una depuración sanguínea, extrae y elimina los tóxicos y componentes patógenos causantes de una enfermedad o de sus manifestaciones clínicas, sin afectar a electrolitos u otros componentes necesarios", añade.
Además, uno de los metales de los que se han publicado más evidencias sobre su toxicidad en el organismo es el cadmio. En los últimos meses se han publicado varios estudios que relacionan su presencia en diferentes poblaciones, a veces acompañado de otros metales como el plomo, el arsénico y el mercurio, con el riesgo de fracturas en no fumadores (Suecia), elevación de hormonas paratiroideas (China), enfermedad renal en pacientes diabéticos (China), cáncer de próstata (Corea del Sur), fallecimiento en pacientes con EPOC (Estados Unidos), depresión (China), enfermedades cardiovasculares (India), enfermedades renales (Italia), adelanto de la menarquía y, por tanto, mayor riesgo renal y cardiovascular (Corea); y pérdida auditiva (China), entre otros.