MADRID, 17 Jul. (EUROPA PRESS) -
Investigadores españoles han confirmado la efectividad del ejercicio físico en adultos mayores con depresión leve a moderada, no obstante al comparar ésta con la efectividad del tratamiento con fármacos antidepresivos habitualmente utilizados en la práctica clínica, han observado que a medio largo plazo los beneficios fueron mayores con el tratamiento farmacológico.
Los investigadores de la facultad de Medicina de la Universidad de Castilla-La Mancha llevaron a cabo un ensayo clínico aleatorizado de 347 adultos mayores de 65 años con depresión leve a moderada, comparando la eficacia del ejercicio físico y los antidepresivos como métodos de tratamiento. Los participantes del estudio fueron asignados a un grupo que realizaba ejercicio físico (AF) supervisado o a un grupo que recibió tratamiento antidepresivo (AT) por parte de sus médicos generales.
El ejercicio físico supervisado consistió en un programa de actividad física de dos sesiones semanales de 1 hora durante un período de 6 meses (un total de 48 sesiones en grupos de 10-12 personas), a cargo de un instructor deportivo totalmente calificado con título en física.
A lo largo de las sesiones, los participantes fueron entrenados para aumentar su nivel de actividad física y alcanzar un punto en el que realizarían al menos 30 minutos de ejercicio moderadamente intenso todos los días. Esta intervención se implementó desde una perspectiva conductual, con el objetivo de intentar motivar a los participantes a cambiar y mejorar sus hábitos de actividad física.
En cuanto a los tratamientos prescritos en el grupo AT, el médico de cabecera de cada paciente eligió el fármaco más adecuado, teniendo en cuenta las características del paciente.
Los síntomas depresivos no fueron significativamente diferentes después de un mes entre los dos grupos. Sin embargo, después de tres y seis meses, las personas que mostraron una mayor mejoría fue significativamente mayor en el grupo de antidepresivos.
Los autores señalan que el número de participantes que se retiraron del estudio fue mayor en el grupo de actividad física, mientras que se informaron más efectos secundarios adversos en el grupo tratado con antidepresivos.
No obstante, los autores sintieron que la edad avanzada de los participantes y los problemas de salud o limitaciones funcionales comunes a los adultos mayores pueden haber influido negativamente en la adherencia a un programa de actividad física de seis meses.
Para los investigadores, el estudio es concluyente en cuando a que, tanto la AT como la AF, realizadas en sesiones grupales, son capaces de disminuir la sintomatología depresiva en personas de 65 años diagnosticadas en Atención Primaria de trastorno depresivo leve-moderado.
Aunque la mejora resultante en los síntomas depresivos fue inicialmente similar para ambas opciones de tratamiento, la TA fue superior a medio plazo. A pesar de que los efectos adversos fueron significativamente mayores en el grupo de AT, los participantes encontraron que ambas intervenciones eran satisfactorias y afectaron favorablemente su estado de salud autopercibido.