MADRID, 3 Ene. (EUROPA PRESS) -
Los linfocitos B que combaten la infección conservan mejor la memoria de la proteína de la espiga del coronavirus en los pacientes que se recuperan de casos menos graves de COVID-19 que en los que se recuperan de COVID-19 grave, según un nuevo estudio del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas en San Antonio (Estados Unidos) publicado en la revista 'Plos One'.
El estudio se centró en las células B de memoria que reaccionan contra la proteína de la espiga del SARS-CoV-2. Se analizaron muestras de sangre un mes después del inicio de los síntomas y cinco meses después. Al cabo de un mes, una proporción significativa de células B específicas de la espiga estaban activas.
Sin embargo, las muestras de ocho personas que se recuperaron de la enfermedad menos grave mostraron una mayor expresión de marcadores asociados a la memoria duradera de las células B en comparación con los individuos que se recuperaron de la enfermedad grave, escribieron los autores. Los marcadores incluyen T-bet y FcRL5.
Los autores señalaron que los linfocitos B positivos para T-bet y específicos para la proteína de la espiga del virus casi desaparecieron de las muestras de sangre cinco meses después de la aparición de los síntomas. En general, se observa una respuesta de las células B más disfuncional en los casos graves de la enfermedad.
Los casos no graves se definieron como aquellos que no requerían oxígeno suplementario o ventilación invasiva, mientras que los casos graves necesitaban ventilación mecánica invasiva u oxigenación por membrana extracorpórea (ECMO).
"La definición de enfermedad grave se basó en la necesidad de ventilación mecánica o ECMO, ya que esto distingue a los pacientes más críticos, que son los que tienen más probabilidades de desarrollar respuestas inmunitarias deterioradas", explica el autor principal del estudio, el doctor Thomas Patterson, profesor y jefe de enfermedades infecciosas de UT Health San Antonio.
"El mayor porcentaje de células B asociado a la inmunidad de larga duración en los pacientes con COVID-19 no grave puede tener consecuencias para la inmunidad a largo plazo contra la reinfección de SARS-CoV-2 o la gravedad de la enfermedad resultante", esgrimen los autores.