MADRID, 30 Nov. (EUROPA PRESS) -
El tabaco quita la vida a al menos seis millones de personas cada año y, si las tendencias actuales continúan, la Organización Mundial de la Salud (OMS) pronostica más de mil millones de muertes relacionadas con el tabaco en este siglo. Fumar ha sido epidemiológicamente vinculado con al menos 17 tipos de cáncer humano, y el desarrollo de importantes enfermedades cardiovasculares.
Ahora, una investigación, publicada en la edición digital de la revista 'Heart', revela que los fumadores menores de 50 años son más de ocho veces más propensos que los no fumadores a sufrir un ataque cardiaco importante, por lo que son los más vulnerables de cualquier grupo de edad de fumadores.
Todos los fumadores registran un riesgo significativamente mayor de sufrir un ataque al corazón que los no fumadores de la misma edad, pero no estaba claro hasta ahora cuál es la magnitud de ese riesgo entre los diferentes grupos de edad.
Para tratar de cuantificarlo, los investigadores de este nuevo trabajo recurrieron a datos de 1.727 adultos sometidos a tratamiento para un tipo clásico de ataque al corazón conocido como STEMI en un centro especialista cardiotorácico en Sheffield, Yorkshire del Sur, al norte de Inglaterra, entre 2009 y 2012. Un STEMI, o infarto de miocardio con elevación del segmento ST, se refiere al patrón típico visto en un electrocardiograma (ECG), que indica que gran parte del músculo cardiaco está muriendo.
Los científicos también emplearon datos de la Encuesta Integrada de Hogares de la Oficina de Estadísticas Nacionales (ONS-IHS) para la región de Yorkshire del Sur, que recoge, entre otras cuestiones, información sobre la prevalencia del tabaquismo y otros aspectos de salud. Casi la mitad de los 1.727 pacientes (48,5 por ciento) eran fumadores actuales, aproximadamente un cuarto exfumadores (un poco más del 27 por ciento) y un cuarto (poco más del 24 por ciento) no fumadores.
Los fumadores actuales tendían a ser entre diez y 11 años más jóvenes que los ex o no fumadores cuando sufrieron su STEMI y, junto con los exfumadores, tenían dos veces más de probabilidades que los no fumadores de haber tenido episodios previos de enfermedad coronaria. También registraban tres veces más probabilidades que los no fumadores de padecer enfermedad vascular periférica, un trastorno en el que una acumulación de depósitos de grasa en los vasos sanguíneos restringe el suministro de sangre a las piernas.
Según los datos del ONS-IHS, la prevalencia global del tabaquismo en Yorkshire del Sur fue del 22,4 por ciento, con la mayor prevalencia entre los menores de 50 años (poco más del 27 por ciento), pero entre los pacientes con STEMI menores de 50 años, la prevalencia del tabaquismo fue casi del 75 por ciento. En general, el análisis de los datos mostró que los fumadores presentaban más de tres veces más probabilidades de padecer un STEMI que los ex y los no fumadores combinados.
LOS DEPÓSITOS GRASOS ARTERIALES EN FUMADORES JÓVENES, MÁS VULNERABLES A LA RUPTURA
Sin embargo, el riesgo más alto fue entre los menores de 50 años fumadores que eran casi 8,5 veces más propensos a sufrirlo que los ex y no fumadores de la misma edad. Este riesgo disminuyó con el aumento de la edad, cayendo a una diferencia de cinco veces entre los de 50-65 años de edad, y una diferencia de tres veces entre los mayores de 65 años.
Los investigadores dicen que el riesgo mucho mayor de STEMI en los fumadores más jóvenes no es fácil de explicar ya que este grupo de edad, por lo general, no tiene muchos de los otros factores de riesgo contribuyentes que se pueden ver en los fumadores mayores, como presión arterial alta, colesterol alto o diabetes.
El tabaco puede ser el factor de riesgo más importante, sugieren los autores, añadiendo que otras investigaciones muestran que los depósitos grasos que se forman en las arterias de los fumadores difieren de los de los no fumadores y parecen ser más vulnerables a la ruptura. Este estudio se basa en un centro cardiotorácico especialista regional en Inglaterra y no incluía a pacientes que fallecieron antes del ingreso o que se consideraron inadecuados para ser tratados en el centro.
Sin embargo, los hallazgos inducen a los investigadores a pedir mayores esfuerzos para ayudar a los fumadores más jóvenes a dejar su hábito. "Se debe animar a todos los fumadores actuales a seguir una terapia para dejar de fumar con el fin de reducir su riesgo de STEMI agudo, centrándose más en los fumadores más jóvenes, cuyo mayor riesgo a menudo no se reconoce", dicen los investigadores de este trabajo.