MADRID, 28 Feb. (EDIZIONES) -
El mesotelioma es un tumor derivado de las células mesoteliales. Aunque puede originarse en el peritoneo y pericardio, el 80 por ciento de los casos tienen su origen en pleura, que es la membrana que rodea los pulmones. Aunque constituye un tipo de cáncer poco frecuente su incidencia está en aumento por la exposición al amianto, y se espera alcance sus máximas tasas durante los próximos años en muchos países desarrollados.
Constituye aproximadamente el 3 por ciento de las neoplasias malignas de pleura y, cuando se confirma su diagnóstico, su curso es normalmente fatal a largo plazo, señalan desde la Clínica Universitaria de Navarra. Se estima que el porcentaje de personas que sobreviven al menos cinco años una vez detectado el cáncer es de aproximadamente el 10 por ciento.
No obstante, hay que tener en cuenta que el diagnóstico suele ser tardío, cuando ya se encuentran en una fase muy avanzada y no es posible realizar un tratamiento curativo; esto supone que un gran número de casos tengan un promedio de supervivencia bajo.
¿QUÉ CAUSA EL CÁNCER DE PLEURA?
En un 80 por ciento de los casos, su etiología es la exposición a polvo de asbestos o amiantos, con un período de latencia de 20 a 40 años desde el inicio de la exposición. Otras posibles causas de mesotelioma son la radioterapia y algunos tipos de virus.
Desde la web de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) recuerdan que el asbesto es un grupo de minerales naturales que se encuentran en la naturaleza. Debido a sus fibras fuertes y flexibles, el asbesto era comúnmente añadido al cemento, aislamiento, tejas y otros productos. Las personas implicadas en la fabricación de productos que contengan amianto o en su instalación y mantenimiento pueden respirar o tragar fibras de amianto.
Estas fibras también pueden ser transportadas en forma de polvo de asbesto en la ropa o artículos personales, pudiendo exponer a los familiares de los trabajadores a niveles potencialmente elevados de este mineral. Las normas de seguridad vigentes obligan a las personas que trabajan con amianto a usar equipos de protección y a ducharse y cambiarse de ropa antes de abandonar el lugar de trabajo.
¿CUÁL ES EL PERFIL DEL PACIENTE?
Este cáncer es tres veces más frecuente en hombres que en mujeres, y suele darse un diagnóstico entre los 60 y los 70 años de edad. Como recuerdan desde la SEOM, tiene un largo período latente entre la exposición al asbesto y el comienzo de la lesión o enfermedad. El período latente puede ser de 15 a 50 años, esto significa que una persona recientemente diagnosticada con mesotelioma lo más probable es que haya estado expuesta hace décadas.
Los profesionales con mayor riesgo para son aquello que han trabajado en minas de amianto, en fábricas de fibrocementos, trabajadores de lavanderías y limpieza en seco, en la industria naval, conductores de material de riesgo y ajustadores eléctricos. En un segundo lugar, con menor riesgo, podrían señalarse a soldadores, plombistas, fontaneros y trabajadores de la construcción.
¿CUÁLES SON LOS SÍNTOMAS?
La presentación clínica más frecuente es dolor torácico difuso, que puede ser de tipo pleurítico o irradiado al hombro acompañado de derrame pleural. La disnea, tos, debilidad, malestar y fatiga suelen ser también síntomas asociados a esta enfermedad.
La intensidad del dolor irá en aumento según la extensión tumoral y la infiltración de la pared torácica. Además, de manera menos frecuentes se puede observar fiebre, sudoración, astenia, anorexia, pérdida de peso, sensación de pesadez en el tórax, ronquera y expectoración hemoptoica cuando existe afectación de la pleura visceral.
¿CÓMO SE DIAGNÓSTICA?
Desde la Clínica Universitaria de Navarra recuerdan que el diagnóstico del mesotelioma pleural se evidencia cuando se encuentra engrosamiento pleural que rodea el pulmón atrapándolo y fijándolo al mediastino. El diagnóstico se inicia con la revisión de la historia médica del paciente, seguida de un examen físico completo que incluye una radiografía de tórax y estudios de la función respiratoria.
La tomografía computarizada (TAC) y la tomografía por emisión de positrones (PET) son muy útiles para determinar la extensión y localización de la lesión. Y para confirmar el diagnóstico es necesaria la biopsia. Una vez confirmado el diagnóstico, se debe determinar en qué estadio se encuentra la enfermedad con el objeto de proceder a su mejor tratamiento.
CLASIFICACIÓN DEL TUMOR
Desde el punto de vista histológico, el mesotelioma se clasifica en 3 tipos: Sarcomatoide: del 7 al 20% de los casos; Epiteloide: abarca el 50% de los casos y es, en general, el de mejor pronóstico y expectativa de vida; y mixto o bifásico: del 20 al 35% de los casos.