MADRID, 10 Abr. (EUROPA PRESS) -
El problema de las bacterias intestinales es complejo. Por un lado, dependemos de los microorganismos, ya que son los que digieren los alimentos en nuestro intestino. Por otro lado, también existen numerosos patógenos presentes entre las bacterias.
Algunos de estos patógenos pueden causar diarrea, mientras que otros dependen de las circunstancias: pueden pasar desapercibidos en el intestino durante mucho tiempo, pero se vuelven peligrosos si el sistema inmunitario está debilitado, la pared intestinal está dañada o entran en la sangre a través de heridas. Esto puede provocar una septicemia o una inflamación potencialmente mortal de los órganos.
UN NUEVO CONCEPTO DE VACUNA PARA PROTEGER LA MICROBIOTA
Durante mucho tiempo, los científicos han investigado vacunas contra microbios patógenos intestinales, en particular aquellos contra los cuales los antibióticos se han vuelto ineficaces debido a la resistencia. Sin embargo, no es una tarea sencilla, ya que el sistema inmunitario intestinal funciona de forma diferente al del resto del cuerpo y la ciencia aún no ha descifrado por completo el sistema inmunitario intestinal.
Expertos de la Politécnica Federal de Zúrich (ETH) y de la Universidad de Basilea (ambas en Suiza) plantean novedades en el abordaje de las bacterias intestinales, a través de vacunas orales en un nuevo trabajo en 'Science'.
Ahora, Emma Slack, profesora de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (ETH) y de la Escuela de Patología Sir William Dunn de la Universidad de Oxford, junto con Médéric Diard, profesor del Biozentrum de la Universidad de Basilea, y un equipo internacional de investigadores, han demostrado cómo se pueden formular vacunas orales altamente eficaces contra patógenos intestinales: no solo administrando la vacuna, sino también combinándola con bacterias inofensivas que compiten con los microbios patógenos por el alimento y, por lo tanto, los matan de hambre.
Con su enfoque combinado, los investigadores lograron no solo prevenir la colonización por salmonela en los ratones, sino también combatir eficazmente la bacteria E. coli ya establecida . En ambos casos, la vacunación o la administración aislada de bacterias inofensivas tuvo un impacto significativamente menor.
PODRÍA LOGRARSE UNA PROTECCIÓN EFICAZ
Para que las cepas rivales puedan competir con éxito con los microbios patógenos, es vital que crezcan en condiciones lo más similares posibles, es decir, deben vivir en la misma sección del intestino, ser capaces de soportar la misma acidez y nivel de oxígeno y utilizar los mismos nutrientes.
Los investigadores seleccionaron o produjeron cepas competidoras adecuadas según corresponda. En el marco del estudio, demostraron en el laboratorio que es posible producir una cepa competidora de la salmonela altamente eficaz mediante ingeniería genética. Sin embargo, esto también puede lograrse sin ingeniería genética si se seleccionan y combinan con destreza cepas naturales, como demostraron los investigadores con una mezcla de tres cepas naturales de E. coli .
Como han demostrado estudios previos, la flora intestinal de algunas personas incluye de forma natural cepas bacterianas que compiten con las bacterias patógenas y, por lo tanto, las mantienen bajo control. En estas personas, las vacunas contra patógenos intestinales ya han dado buenos resultados en el pasado. Al administrar las cepas competidoras junto con la vacunación como parte del nuevo enfoque, podría lograrse una protección eficaz incluso en personas que no presentan cepas competidoras de este tipo.
Una ventaja importante del nuevo enfoque es que desplaza las bacterias patógenas sin necesidad de antibióticos. También es eficaz contra los gérmenes resistentes a los antibióticos, que se están convirtiendo en un problema de salud cada vez mayor.
PRETENDEN APLICAR CEPAS MICROBIANAS CLÍNICAMENTE RELEVANTES
Con este nuevo enfoque, se podrían eliminar bacterias patógenas o incluso resistentes a los antibióticos del intestino de los pacientes antes de las intervenciones quirúrgicas. Esto sería especialmente importante, por ejemplo, en el caso de trasplantes de órganos, en los que los pacientes deben tomar inmunosupresores. Los investigadores destacan que esto facilitaría la reducción del uso de antibióticos.
Este enfoque también podría ser útil antes de viajar a países lejanos donde circulan cepas bacterianas para las que el sistema inmunitario no está preparado. Algún día, las personas podrían tragar una cápsula que contenga la vacuna y las bacterias competidoras, por ejemplo. Sin embargo, se necesita más investigación antes de que este enfoque pueda aplicarse en humanos.
En el estudio actual, los científicos utilizaron patógenos modelo para demostrar que era posible eliminarlos del intestino. Ahora, la gran tarea de los investigadores es aplicar sus hallazgos a cepas microbianas clínicamente relevantes, así como a las personas.