Mitos sobre la anestesia pediátrica que debes borrar ya de tu mente

Archivo - Mano de niño en hospital
Archivo - Mano de niño en hospital - AGFANG/ ISTOCK - Archivo
Publicado: viernes, 11 febrero 2022 8:15

   MADRID, 11 Feb. (EDIZIONES) -

   Antes de someternos los adultos a una operación nos inquietamos, pero más podemos hacerlo si es nuestro hijo el que tiene que pasar por quirófano. La anestesia preocupa en muchos casos y son muchos los mitos que rondan en torno a la misma y vamos a intentar desterrarlos con este artículo.

   No obstante, son varios los procedimientos médicos en los que la anestesia es necesaria, según advierte la Academia Americana de Pediatría, como la obtención de imágenes médicas, y determinadas pruebas de estómago o intestinos.

   "La anestesia es un medicamento que permite que una cirugía, una prueba médica o un tratamiento médico se realice sin dolor, recuerdo, ni movimiento. Dormirá a su hijo temporalmente. El tipo de anestesia que se administre dependerá de la salud y de las necesidades especiales de su hijo, así como del procedimiento", subraya la sociedad científica.

   Aquí remarca que la comodidad y la seguridad de los niños son muy importantes y, antes, durante y después de la anestesia se controlará la frecuencia cardíaca, la presión arterial, la respiración, la temperatura y el nivel de oxígeno en la sangre de los menores.

El doctor David Callejo es médico especialista en Anestesiología, reanimación y terapéutica del dolor del Hospital Universitario Gregorio Marañón de Madrid, y miembro del grupo de Anestesia cardíaca infantil. Se dedica en su día a día realizar cirugías cardíacas infantiles y precisamente acaba de publicar 'Lo primero, la vida' (Planeta), un manual en el que recoge su día a día como especialista en la materia, y aprovechamos este lanzamiento para entrevistarle y desmitificar esos posibles mitos que rondan en torno a la anestesia pediátrica.

   Según destaca, los niños no son adultos pequeños, y por ello remarca que "son más delicados" de cara a la anestesia: "Se pueden dar complicaciones en la vía aérea cuando están dormidos. Con ellos hay que hacer un ajuste más fino de los fármacos".

   Por otro lado, cuenta que en el caso de los menores no se cogen vías a los niños hasta que no están dormidos, mientras que si eres adulto desde el primer momento se coloca una vía por la que se introduce la medicación. "Esto con los niños no es así. Con ellos se entra en el quirófano y aquí se les pone una mascarilla para que respiren por ahí y con eso se quedan dormidos. Es entonces cuando se les coge la vía, y se les ponen los fármacos. Con estos el niño dejará de respirar por sí mismo y habrá que intubarle o colocar algún dispositivo, y una vez que está todo controlado el cirujano pasará a hacer la cirugía", detalla.

CÓMO SE ELIMINA LA ANESTESIA DEL CUERPO

   El también divulgador en redes sociales, que le ha valido el premio al Mejor Divulgador del 2020 por el portal web de referencia #SaludsinBulos, resalta que uno de los mitos que ronda en torno a la anestesia es que esta para eliminarla del cuerpo se orina o se vomita, cuando no es así, estos son efectos adversos de la misma, pero para desecharla nuestro cuerpo lo hace a través de la respiración o del metabolismo hepático. Dice que tampoco provoca retención urinaria como se cree.

   Asimismo, el especialista en Anestesiología subraya la importancia del ayuno previo, porque si no no se puede realizar la cirugía: "Si un niño tiene contenido alimenticio en el estómago, con la anestesia, al hacer las inducciones que se hacen ese contenido podría pasar a los pulmones y provocar una neumonía. Entonces es fundamental que estén en ayunas, de 6 horas para la comida, de 4 horas para la leche materna, y de dos horas para el agua".

ES SEGURA Y EL NIÑO NO SE ENTERA DE NADA

   En la consulta de anestesia se les informa de todo el procedimiento, según prosigue el doctor Callejo, y se insiste en que el niño no se va a enterar de nada. "Se les cuenta que se les va a dar un jarabe antes de operar que le dejará con sensación de que está 'borrachín' para que se pueda separar de los padres en el momento en el que se le va a dormir. El niño no se enterará de nada".

   Otra de las diferencias con la anestesia de los adultos es que cuando acaba la cirugía en los adultos se despierta al paciente y después se le traslada a la unidad de reanimación. "En niños se consigue que vuelva a respirar por sí mismo, se le retiran todos los dispositivos de la vía aérea, pero que siga completamente dormido, y es en reanimación cuando se despertará con los padres", precisa.

   Sobre las posibles complicaciones que puedan darse con la anestesia pediátrica, este experto reconoce que en la consulta previa a una operación siempre intenta realizar con los padres un símil con el hecho de montar en coche: "Si tienes un buen coche, sales un día soleado a conducir, no has bebido alcohol, y conduces con prudencia, las posibilidades de accidente son muy bajas, pero no cero. Entonces siempre se intenta hacer entender que vamos a ser ese buen conductor, vamos a ir con un buen coche y con prudencia, en un día soleado, de forma que se van a conseguir todas las condiciones posibles para que la cirugía vaya bien, aunque aun así va a ser un mínimo riesgo. No obstante, hay que tener claro que la anestesia en niños es algo completamente seguro".

   En este sentido, la Academia Americana de Pediatría sostiene que la anestesia es muy segura, pero siempre existen riesgos como los hay con cualquier medicamento. "Los efectos secundarios menores de la anestesia, tales como dolor de garganta, náuseas y vómitos, pueden ser comunes. Las complicaciones graves de la anestesia son poco comunes. Si tiene inquietudes, hable con su anestesista", sentencia.

   En última instancia ve importante comunicar al médico cualquiera de los puntos siguientes: alergias, medicación, problemas respiratorios, enfermedades recientes, problemas médicos que se hayan tenido.