MADRID, 25 Abr. (INFOSALUS) -
En la mente de la mayoría de personas la presión sanguínea y la tasa cardíaca van de la mano, al fin y al cabo, estos dos 'signos vitales' se miden juntos en la consulta del médico. Sin embargo, ambas lecturas miden factores distintos asociadas a la salud cardíaca.
La presión sanguínea es la fuerza de la sangre fluyendo contra las paredes de las arterias mientras que la tasa cardíaca, o pulso, es el número de veces que tu corazón late cada minuto.
El especialista Michael Faulx, cardiólogo de la Clínica Cleveland de Estados Unidos, explica en el blog de esta institución médica algunas de las diferencias clave entre ambas medidas y, al mismo tiempo, destierra algunos mitos comunes.
1. Presión sanguínea y tasa cardíaca están siempre vinculadas: falso
Es verdad que la presión sanguínea y la tasa cardíaca a menudo suben y bajan juntas, señala el doctor Faulx. Al enfrentar algún peligro, por ejemplo, presión sanguínea y pulso podrían subir a la vez. Sin embargo, si la tasa cardíaca sube no significa que automáticamente suba la presión sanguínea o viceversa.
"Cuando las dos medidas están desconectadas, podrías estar enfrentándote a un problema específico. Por ejemplo, si la presión sanguínea está alta pero la tasa cardíaca se mantiene en sus valores típicos, necesitaremos buscar tratamiento específico para la presión sanguínea alta", señala Faulx.
2. Existen unos valores fijos para presión sanguínea y tasa cardíaca: falso
Aunque existen guías clínicas que especifican los valores medios normales, estos valores pueden variar de persona a persona. La presión sanguínea óptima suele definirse como 120 mm Hg en la sistólica (el número más elevado, que es la presión cuando el corazón late) sobre 80 mm Hg de diastólica (el número más bajo, que es la presión cuando el corazón se relaja). La tasa cardíaca en estado de descanso se sitúa entre 60 y 100 latidos por minuto.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que según señala Faulx, "tanto la tasa cardíaca como la presión sanguínea son una medida personal. Necesitas hablar con tu médico para determinar una línea base que sea normal para ti. ¿Te sientes cansado y débil? Las medidas en sí mismas no significan nada, es su asociación con cómo te sientes y los síntomas que podrías tener".
3. Cuando las medidas descienden siempre indican un problema: falso
Lo que es saludable para una persona podría indicar algo grave para otra. Por ejemplo, una persona joven y en buena forma podría tener una tasa cardíaca en descanso de 50 o incluso de 40. "En realidad puede ser un distintivo, un signo de estar en muy buena forma", indica Faulx.
La presión sanguínea baja puede ser un poco más delicada, en especial entre los mayores y aquellos con enfermedad cardíaca. Si se está en riesgo de tener una presión sanguínea baja, el organismo lo advierte. "En realidad se trata de cómo te sientas, las medidas y los síntomas que tengas", reitera el cardiólogo.
4. Presión sanguínea o tasa cardíaca altas indican un peligro probable: cierto
De nuevo, la normalidad se adapta a cada persona en particular. Pero el doctor Faulx señala que existe suficiente evidencia clínica para sugerir que cuando la presión sanguínea está incluso sólo un poco por encima de la media habitual con el paso del tiempo, el riesgo de enfermedad cardíaca e ictus sube. Los efectos físicos de la presión sanguínea alta tienen su efecto sobre los vasos sanguíneos.
La tasa cardíaca elevada puede ser un signo de peligro también pero la relación causa-efecto no está clara. "Los estudios muestran que las personas con una tasa cardíaca más rápida son más propensas a tener problemas cardíacos y muerte cardíaca prematura pero no estamos seguros de si esto es la causa del problema o sólo un signo de lo que está sucediendo", apunta el doctor Faulx.
5. Tus lecturas ambulatorias cuentan: cierto
Para medir tu tasa cardíaca en descanso y tu presión sanguínea, elige un momento en el que te sientas relajado, aconseja el doctor Faulx. Tomar de forma aleatoria ambas medidas a lo largo del día puede ayudar a alcanzar una media. No hay que realizar las medidas justo después de hacer ejercicio, a menos que se intente establecer una línea base para la presión sanguínea y la tasa cardíaca en activo.
Qué medida sea más importante depende también de la salud personal. Para los pacientes con fibrilación atrial, la tasa cardíaca podría ser más importante de mirar pero para muchas otras enfermedades cardíacas es más importante la presión sanguínea. Para estar seguros, mejor tomar las dos.
"Casi todos los equipos automáticos que pueden adquirirse en el mercado van a proporcionar la presión sanguínea y la tasa cardíaca en la misma lectura. Es conveniente y no hay razón para no estar al corriente de ambas medidas", concluye Faulx.