MADRID, 4 Nov. (EUROPA PRESS) -
La tasa de mortalidad en pacientes con diabetes tipo 2 ha aumentado, en el último año, un 43 por ciento debido a la pandemia, puesto que, durante la pandemia ha fallecido un dos por ciento más de pacientes al pasar de una mortalidad del 5,6 por ciento a ocho por ciento, tal y como ha desvelado el médico de Atención Primaria en EAP Raval Sud (Barcelona), Josep Franch, quien ha sido el moderador de la charla 'Un A-hora por la diabetes: es el momento de actuar'.
"La pandemia ha jugado un papel muy importante en la evolución de la diabetes. Hay que recordar que, además, la patología es un factor de peor pronóstico de la COVID-19. Los diabéticos tienen una media de edad de 75 años y la pandemia se ha cebado con pacientes mayores, con diabetes, hipertensión, etc", ha lamentado el doctor de Atención Primaria en el CAP La Mina (Barcelona), Manel Mata.
Este acto, que se ha celebrado en Barcelona, ha estado organizado por la Fundación de la Red de Grupos de Estudio de la Diabetes en Atención Primaria (redGDPS). Ambos profesionales han reconocido que la COVID-19 ha representado "un duro golpe" para la sanidad y para la población y han confesado que, durante los primeros meses de la pandemia y hasta la vacunación, los pacientes diabéticos sufrieron un parón en la prevención y control de la enfermedad.
Por ello, y gracias a una base de datos de los pacientes que permite analizar los estándares de calidad asistencial, existen unos indicadores que, para Franch, "son muy sugestivos" debido a que facilita conocer la situación de la enfermedad, lo que facilita saber qué impacto ha tenido el coronavirus.
Por lo tanto, el médico ha desvelado que uno de estos indicadores es el cribado del pie diabético, que es "una complicación terrible de la diabetes", y durante la pandemia se ha disminuido un 24 por ciento el diagnóstico y la prevención, ya que los niveles previos a la pandemia se situaban en un 73 por ciento, lo que ha llevado a que un 66 por ciento menos de pacientes tenga una revisión de sus pies.
"Estas cifras se deben a la ausencia de citas presenciales. Hace unos años se supo que los pacientes diabéticos se contagiaban de sarampión en la sala de espera, por lo que desde el primer caso del virus se comenzó a no permitir venir presencialmente y a tener citas por teléfono", ha asegurado.
En este sentido, otro de los indicadores que han podido observar los profesionales ha sido el cribado de retinopatía que, antes de la pandemia, se situaba en un 81 por ciento los pacientes que tenían cribados periódicos de fondo de ojo pero con la pandemia se redujo hasta el 58 por ciento.
"Se dejaron de hacer todas las retinografías, que es una fotografía del ojo, pero que hay que acercarse mucho al paciente y lógicamente el riesgo era muy elevado. Una vez comenzada la campaña de vacunación ya se han vuelto a realizar la prueba", ha comentado Manel Mata.
Asimismo, el tercer indicador importante con el que se ha contado para aportar más información sobre la situación, ha sido el porcentaje de pacientes que tiene un valor de hemoglobina glicosilada menor de ocho. Antes de la pandemia, en Cataluña, había un 70 por ciento de pacientes que estaban por debajo de ese valor pero con el coronavirus se redujo al 51 por ciento.
RETOMAR LA NORMALIDAD
Para finalizar, el doctor Mata ha insistido en que los pacientes no deben olvidar que la diabetes "está ahí", por lo que ha recalcado la importancia de realizarse dos veces al año una analítica. "Hay que recuperar el seguimiento pero sin olvidar que la situación no es fácil. Los pacientes deben empoderarse", ha afirmado.
En esta línea, Josep Franch ha animado al personal sanitario a "acercarse y buscar a los pacientes" para retomar la prevención y evolución de la enfermedad y ha instado a establecer nuevos modelos de gestión de visita y consulta.
"Los datos reales sirve para tomar las medidas correspondientes para mejorar la calidad de vida de los pacientes. Una medida que ayuda a lograr esto es volver a reconectar con ellos. El paciente ahora debe participar más en las decisiones y tiene que haber más comunicación. Estamos en un buen camino pero tendremos que insistir mucho de la necesidad de volver a buscar a los pacientes", ha concluido.