El motivo por el que esquizofrenia y la apatía van de la mano

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Publicado: viernes, 12 julio 2024 18:44

MADRID 12 Jul. (EUROPA PRESS) -

Un equipo de la Universidad de Ginebra y los Hospitales Universitarios de Ginebra (Suiza), en colaboración con investigadores del Hospital Charité Berlín (Alemania), ha descifrado que los cerebros de las personas que padecen esquizofrenia son incapaces de discriminar entre distintos niveles de recompensa de forma suficientemente sutil, lo que dificulta su motivación para realizar tareas cotidianas.

Estos hallazgos, publicados en la revista 'Brain', sugieren varios tratamientos potenciales, entre ellos la estimulación cerebral y la psicoterapia dirigida.

La esquizofrenia, que afecta hasta al 1 por ciento de la población, es un trastorno neuropsiquiátrico caracterizado por múltiples síntomas. Uno de los más comunes, y para el que no existe tratamiento, es la apatía y la falta de motivación.

"La falta de motivación está en la raíz de las dificultades que encuentran las personas con esquizofrenia para proseguir sus estudios, mantener un empleo o entablar contactos sociales", ha explicado el catedrático del Departamento de Psiquiatría y del Centro Synapsy de Investigación en Neurociencia y Salud Mental de la Facultad de Medicina de la Universidad de Ginebra y Jefe del Departamento de Psiquiatría de los Hospitales Universitarios de Ginebra, Stefan Kaiser, que dirigió esta investigación.

"Además, los antipsicóticos prescritos para los fenómenos alucinatorios y los delirios no tienen ningún efecto sobre la motivación, para la que actualmente no existe ningún tratamiento eficaz", ha añadido Kaiser.

Mediante resonancia magnética, los científicos se propusieron averiguar si las personas con esquizofrenia presentan respuestas neuronales distintas a las de las personas sin trastorno mental, y si estas respuestas se correlacionan con las observaciones clínicas.

Los investigadores reclutaron a 152 voluntarios -86 personas con esquizofrenia y 66 'controles' de edad y sexo similares- para participar en un juego de recompensa en un escáner de resonancia magnética y observar la activación de sus regiones cerebrales. El experimento se desarrolló en tres etapas: una evaluación de la motivación en diferentes contextos, una sesión inicial de juego y, tres meses después, una segunda sesión idéntica a la primera para medir la estabilidad de la respuesta cerebral a lo largo del tiempo.

Para estimular las redes de recompensa, el juego permite ganar dinero, hasta unos 40 francos suizos. "Al principio de cada sesión, aparece un círculo que indica la posible recompensa: un círculo vacío (ganancia 0), un círculo con una barra (ganancia entre 0 y 0,4 francos ) o un círculo con 2 barras (ganancia entre 0 y 2 francos)", ha explicado la investigadora del Departamento de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de la Univesridad de Ginebra y primera autora de esta investigación, Mariia Kaliuzhna.

"Luego aparecen otros tres círculos. El de la derecha o el de la izquierda difieren de los otros dos; los jugadores deben pulsar el botón correspondiente lo más rápido posible. Por último, una barra roja muestra lo alta que ha sido la recompensa, momento en el que se activa la red neuronal. Las pruebas se prolongaron así durante unos quince minutos", ha detallado.

INCAPACES DE ADAPTARSE AL CONTEXTO DE RECOMPENSA

Durante la primera sesión, los individuos con esquizofrenia mostraron niveles de activación más bajos en comparación con los 'controles', sobre todo cuando la recompensa era baja, como si sus cerebros lucharan por activarse. En cambio, durante la segunda sesión, muchos de ellos vieron aumentar considerablemente su actividad cerebral, incluso por encima del grupo de control, que mantuvo el mismo nivel de activación.

A pesar de las apariencias, estos resultados no son contradictorios. En realidad, indican que en las personas con esquizofrenia, la respuesta neuronal es incapaz de adaptarse al contexto de recompensa. Hay hipoactivación o saturación, lo que señala un fallo en la regulación de esta estructura cerebral. En ambos casos, la persona no puede evaluar correctamente la recompensa para adaptar su comportamiento.

"El resultado es una incapacidad para responder a pequeñas gratificaciones cotidianas, como una comida con amigos o un paseo agradable, típicas del comportamiento apático", explica Kaliuzhna.

"Estos datos abren una serie de vías terapéuticas que se dirigirían precisamente a este defecto de activación neuronal. Por ejemplo, la psicoterapia dirigida a la percepción de la recompensa y el placer para reforzar la motivación hacia el comportamiento social, o el uso de la estimulación cerebral no invasiva, una técnica que ya se utiliza para tratar la depresión", ha subrayando Kaliuzhna.

"Sin embargo, estas técnicas son complejas y deben validarse en ensayos clínicos antes de su aplicación clínica", ha finalizado.

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