MADRID, 7 Dic. (EUROPA PRESS) -
El actual ritmo de vida es acelerado y con carencias en cuanto a ocio y descanso. Falta de sueño, horarios de comida desordenados y poco rutinarios, ir corriendo de casa al trabajo, del trabajo al colegio, a la compra o al gimnasio... hace que los niveles de estrés de la población se disparen.
La Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS) define el estrés como una reacción de alerta y activación ante cualquier situación a la que una persona no puede atender si no incrementa su actividad cognitiva, fisiológica y conductual. Las reacciones de estrés suelen englobar distintas respuestas emocionales, especialmente de ansiedad.
Sin embargo, la SEAS puntualiza que la mente y el cuerpo no pueden permanecer activos indefinidamente. Si la activación por ansiedad y estrés es muy intensa y, sobre todo, se prolonga en exceso, se producen consecuencias negativas a tres niveles: disminución del rendimiento, problemas de salud física y problemas de salud mental.
La American Psychological Association añade que reacciones al estrés a largo plazo pueden alterar el sistema inmunológico del cuerpo asociado a condiciones de envejecimiento como la fragilidad, el descenso en la funcionalidad, las enfermedades coronarias, osteoporosis, artritis inflamatoria, diabetes tipo 2 y algunos tipos de cáncer.
"Es por ello que cada vez más personas optan por actividades de menor activación y/o relajantes para desconectar los fines de semana, en contraposición al ritmo frenético semanal", ha explicado el psicólogo de Blua de Sanitas, Andrés Córdoba.
A esta tendencia se le denomina 'nesting' y pretende buscar refugio en el hogar. 'Nest' en inglés significa nido y es un concepto que hace referencia al 'cocooning' que en los años 80 acuñó la futurista Faith Popcorn para "convertir tu casa en un nido seguro cuando el exterior se vuelve algo aterrador". Es decir, pasar el fin de semana en casa, reservar momentos para uno mismo y dedicarlos a la cotidianidad del hogar.
CÓMO PRACTICAR NESTING
El experto recomienda llevar a cabo actividades relajantes según el gusto de cada uno o lo que le funcione más. También se puede no hacer nada.
- Disfrutar de un libro.
- Tejer.
- Ver series.
- Cocinar.
- Hacer manualidades.
- Hacer jardinería. Un estudio publicado en el 'Journal of Health Psycology' ha demostrado que la jardinería es la mejor terapia para reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés.
- No hacer nada. Puede ser de lo más placentera para muchos o extremadamente estresante para otros. No hacer nada requiere de cierta actitud y autoconocimiento.
"En esta sociedad tan acelerada y de consumo continuo, algunas personas tienen auténtico pánico al aburrimiento, sin darse cuenta de que el aburrimiento ocasional también tiene su función. En vez de estresarnos por pensar que no estamos haciendo nada productivo, o culpándonos por ello, podemos aprovechar esos momentos para conocernos mejor, reflexionar, tomar decisiones, o simplemente, soñar despiertos", ha asegurado el psicólogo.