MADRID, 27 Oct. (EDIZIONES) -
Beatriz Maya es logopeda, maestra especialista en pedagogía terapéutica y directora de CREE (Centro de Rehabilitación y Educación Especializada). Nos concede una entrevista a Infosalus en la que charlamos con ella sobre las principales dudas que pueden surgir a los padres sobre el desarrollo de sus hijos y el bilingüismo, ahora tan de moda.
¿Que un niño crezca en un entorno donde se maneja más de un idioma puede ser contraproducente para su desarrollo del lenguaje? ¿Empezará a hablar más tarde? ¿Y si no empieza a hablar? "El bilingüismo nunca va a ser la causa de un retraso en el desarrollo del lenguaje o de las dificultades que puedan surgir en este proceso; y retirar uno de los idiomas practicados no es la solución si aparecen los problemas", responde esta experta.
Aunque podemos adquirir un nuevo idioma en cualquier momento de nuestra vida, Maya sostiene que cuanto antes estemos expuestos al idioma nuevo en cuestión mejor, y especialmente en las edades más tempranas de la vida, gracias a la plasticidad neuronal de los menores hasta los seis años, que facilitará su adquisición y desarrollo.
"Desde el nacimiento es lo ideal, pero el bilingüismo debe estar bien planteado porque siempre hay familias que se comunican en castellano y ven la televisión en inglés, o bien reciben clases. Todo esto está fenomenal porque mejor que nada es, pero sí que es verdad que no es un bilingüismo real", manifiesta la logopeda.
Se recomienda, según prosigue, que el pequeño esté expuesto a ambos idiomas en cantidades muy similares, como por ejemplo que en casa se hable castellano y en el colegio en inglés. "Tiene que pasar este tiempo expuesto para que se considere bilingüismo real y bien implantado. Nunca es tarde, pero mejor si somos capaces de adquirirlo antes de la edad adulta", agrega.
VENTAJAS DE CRECER EN UN AMBIENTE BILINGÜE
Por eso, Beatriz Maya insiste en que la cada vez más frecuente implantación de colegios bilingües está bien para el desarrollo del lenguaje de los menores, y no dificulta el aprendizaje de los pequeños en esta área.
Al final destaca que los beneficios que aporta el que un menor crezca en un entorno bilingüe son sobre todo culturales, pero también sociales y económicos, y aquí los detalla:
1. Mayor materia gris los hablantes de varias lenguas y un mayor número de conexiones neuronales, lo que además aporta una reserva cognitiva que disminuye los efectos cognitivos asociados a la vejez.
2. Las personas bilingües tienen un mayor control ejecutivo y muestran mayor flexibilidad cognitiva, adaptándose mejor a los cambios, y no solo a los relacionados con el lenguaje.
3. A su vez, tienen un mayor control atencional, una mayor capacidad para focalizar la atención en la información relevante, dejando de lado cualquier interferencia.
POSIBLES INCONVENIENTES
Eso sí, aunque asegura que el bilingüismo no afecta al desarrollo del lenguaje de los pequeños, sí que enumera ciertas desventajas, aunque remarca que "menores". "Se ha visto que estos menores tienen menos vocabulario en las fases iniciales de desarrollo, si bien después el nivel se equipara sin problema", agrega.
Además, señala que las personas bilingües son más lentas a la hora de nombrar objetos, tienen una menor fluidez verbal, al tiempo que experimentan en mayor medida esa frase de 'tener en la punta de la lengua' una palabra. Por otro lado, Beatriz Maya resalta que se ha demostrado también que estos hablantes son más lentos a la hora de producir frases o palabras e incluso oraciones simples.
¿Esto por qué puede ser? Explica que por que cuando hablan o escuchan activan no solo una lengua sino las dos a la vez, lo que representa un esfuerzo cognitivo mayor que el de una persona que es monolingüe.
QUÉ HACEMOS SI VEMOS QUE NUESTRO HIJO NO EMPIEZA A HABLAR
Por eso, insiste esta logopeda en que, si vemos que a nuestro hijo le cuesta a hablar, que no se arranca a hacerlo, el retirar un segundo idioma nunca va a ser la solución. En estos casos, se debe contactar con un logopeda e iniciar un tratamiento, y a partir de ahí trabajar las dificultades que desde los dos idiomas puedan surgir, pero nunca la solución será quitar uno de ellos.
Beatriz Maya, que precisamente, acaba de publicar 'Crecer sano, crecer feliz' (Zenith), una guía de crianza para niños de 0 a 3, donde trata este asunto, insiste en última instancia en que, si podemos ofrecer a nuestros pequeños un entorno en el que convivir con más de un idioma no lo dudemos nunca.