MADRID, 21 Dic. (EUROPA PRESS) -
El óptico-optometrista y vicepresidente de Visión y Vida, Lluís Bielsa, señala que los niños "no deberían acercarse a las pantallas hasta que cumpliesen los siete años" ya que el sistema visual de un menor no se considera prácticamente desarrollado hasta esta edad y, por ello, la exigencia que tiene el menor a la hora de visualizar la pantalla (muy cerca de su cara) es demasiado alta obligando a un esfuerzo excesivo en la convergencia ocular (centrado) y acomodación (enfoque).
Además, dado que la pantalla mide poco, limita los movimientos oculares amplios del menor y, como consecuencia, reduce su motilidad ocular. Asimismo, la pantalla emite luz artificial que el menor recibe en sus ojos desde el dispositivo, una condición antinatura, dado que sus ojos observan las cosas por el impacto de la luz en las mismas y no en su sistema visual.
Si a esto se le une que las pantallas carecen de visión tridimensional, tal y como dice Bielsa, "se está fomentando que un menor usuario de pantallas crea que el mundo es plano". "El campo visual del menor está sobre-estimulado cuando usa pantallas, por lo que pierde su conciencia visual del espacio", advierte el especialista, señalando que esto es uno de los motivos principales que derivan en miopía.
Finalmente, la frecuencia de parpadeo frente a la visualización de pantallas se reduce de manera significativa, produciendo falta de hidratación ocular. "Este déficit lagrimal afecta a la calidad visual, además de provocar irritación ocular y molestias", concluye Bielsa.
Según se desprende del informe 'El estado de la salud visual de los adolescentes en España', realizado en colaboración con Fundación Mapfre y Correos Express, la mitad de los jóvenes de 12 a 16 años cree que ve mal y el 29,6 por ciento se considera miope. Además, desde 2017, en promedio, a estos adolescentes les ha aumentado su graduación en dos dioptrías.
Por otra parte, los datos muestran que muchos están entrando en valores de riesgo, la miopía magna (+ de 6 dioptrías). En la muestra estudiada, en estos cinco años, ha pasado de afectar del 1,3 por ciento al 8,2 por ciento, en promedio de los dos ojos.
En este contexto, el especialista incide en que el uso intensivo de pantallas, así como otros factores fisiológicos y naturales, están haciendo aumentar las tasas de miopía de manera alarmante. "Sin tener en cuenta otros factores que están sucediendo, como las disfunciones binoculares, acomodativas y de motilidad ocular de cerca", añade Bielsa.
Entre los principales consejos para evitar el uso de dispositivos en menores de siete años los expertos destacan: evitar tiempos prolongados de uso de pantallas retroiluminadas, aplicar la regla 20/20/20 (de cada 20 minutos de uso, 20 segundos de descanso mirando a 20 pies de lejos -7 metros-), establecer límites de tiempo por edad y evitar pantallas antes de acostarse.