MADRID 30 Sep. (EUROPA PRESS) -
Es conocido que las personas con síndrome de Down tienen un mayor riesgo de desarrollar leucemia, pero hasta ahora se desconocía la razón biológica de este hecho. Ahora, investigadores de la Universidad de Copenhague (Dinamarca) y de la Universidad de Stanford (Estados Unidos) explican por qué, identificando cambios específicos en las células sanguíneas de las personas con síndrome de Down, en un estudio que se publica en 'Nature'.
En el mundo, uno de cada 700 niños nace con síndrome de Down, un síndrome en el que el niño tiene una copia adicional del cromosoma 21, lo que da como resultado 47 cromosomas en lugar de 46. Esto suele dar lugar a rasgos físicos característicos y a algún grado de discapacidad de aprendizaje. Pero los recién nacidos con síndrome de Down también tienden a tener un número elevado de glóbulos rojos y, a medida que crecen, enfrentan un riesgo 150 veces mayor de desarrollar leucemia en comparación con aquellos que no padecen la afección.
"Nuestro estudio reveló que el cromosoma 21 adicional altera la forma en que se empaqueta el ADN dentro de las células. Esta diferencia afecta a la forma en que se regulan ciertos genes y puede contribuir al desarrollo de la leucemia", explica Rebecca Moller, una de las investigadoras de la Universidad de Copenhague que está detrás del nuevo estudio.
Para comprender con mayor precisión el impacto del cromosoma 21 adicional, los investigadores secuenciaron los genes de más de 1,1 millones de células de fetos con y sin síndrome de Down. "Curiosamente, las desregulaciones no son uniformes y varían según el tipo de célula y su entorno. Por ejemplo, hemos descubierto que las células madre sanguíneas de personas con síndrome de Down presentan desregulaciones de los genes implicados en la producción de glóbulos rojos, lo que explica los síntomas en los recién nacidos", relata la profesora Ana Cvejic, científica principal de la Universidad de Copenhague.
Los investigadores también identificaron otra diferencia crucial en las células madre sanguíneas de las personas con síndrome de Down: un mayor número de mitocondrias, las "centrales energéticas" de las células que generan energía. Si bien la producción de energía es vital, demasiadas mitocondrias pueden dañar una célula y su ADN al producir moléculas dañinas.
"Se sabe que estas moléculas dañinas, llamadas especies reactivas de oxígeno, atacan el ADN creando mutaciones que pueden provocar preleucemia y, eventualmente, leucemia", explica el doctor Andrew Marderstein, de la Universidad de Stanford y primer autor del estudio. Los hallazgos del estudio subrayan la importancia de comprender la intrincada relación entre la genética y el entorno celular de las células sanguíneas en personas con síndrome de Down.
"Este estudio es el más grande de su tipo y demuestra que el entorno y la composición genética de las células son cruciales para comprender cómo se desarrollan las células sanguíneas y la leucemia. Comprender estos mecanismos es esencial para orientar las futuras investigaciones en biología de células madre y cáncer", concluye la profesora Ana Cvejic, quien enfatiza que estos conocimientos abren el camino para una mejor comprensión del desarrollo de la enfermedad en el síndrome de Down.