MADRID, 4 Abr. (EUROPA PRESS) -
Un nuevo estudio que ha analizado los niveles de antioxidantes y marcadores de estrés en la sangre revela que podrían conducir a una nueva herramienta de diagnóstico del cáncer de mama. Sus resultados se han presentado en la reunión anual de la Sociedad Americana de Fisiología (APS) en el marco de Biología Experimental 2022.
El cáncer de mama es el más frecuente en el mundo. La Organización Mundial de la Salud estima que en 2020 habrá casi 8 millones de mujeres con cáncer de mama que han sido diagnosticadas en los últimos cinco años.
La identificación de nuevas técnicas de diagnóstico es de gran importancia para los esfuerzos que pretenden minimizar los efectos devastadores de la enfermedad. Investigadores de la Universidad de Lahore (Pakistán) estudiaron el papel que pueden desempeñar los marcadores inflamatorios y de estrés en el desarrollo y la progresión del cáncer de mama.
El equipo examinó muestras de sangre de mujeres premenopáusicas diagnosticadas de cáncer de mama. En comparación con controles de la misma edad sin cáncer, las pacientes con cáncer de mama presentaban niveles significativamente mayores de marcadores inflamatorios.
Entre los marcadores sobreexpresados estaban la proteína proinflamatoria interleucina-1, la metaloproteinasa de matriz 9 -una enzima que se sobreexpresa en varias enfermedades- y la proteína de choque térmico 27. Esta proteína actúa como un antioxidante que suele prevenir o reducir la muerte celular. Sin embargo, en algunos estados de enfermedad -como el cáncer- se ha descubierto que la proteína de choque térmico 27 es tanto protectora como destructiva.
Además, el grupo con cáncer de mama tenía niveles bajos de compuestos protectores como las vitaminas A, C y D, la catalasa -una enzima que protege a las células del estrés oxidativo- y los antioxidantes superóxido dismutasa y glutatión.
"La fisiopatología del cáncer de mama incluía un desequilibrio de oxidantes o marcadores de estrés y un desequilibrio de antioxidantes", explica Samina Malik, primera autora del estudio. Esta proporción de componentes pro y antiinflamatorios podría desempeñar "un papel crucial en la metástasis del cáncer de mama" y podría ser útil como marcador de diagnóstico de la enfermedad, subrayan los investigadores.