MADRID 15 Abr. (EUROPA PRESS) -
A raíz de la pandemia de COVID-19, muchas familias se preocuparon por los efectos a largo plazo que plantea el virus SARS-COV-2. Ahora, investigadores del Hospital Infantil de Filadelfia (CHOP) en Estados Unidos descubrieron que una infección por SARS-COV-2 probablemente no aumenta el riesgo de desarrollo de asma en pacientes pediátricos. Los hallazgos se publican en la revista 'Pediatrics'
Las infecciones virales respiratorias en las primeras etapas de la vida son factores de riesgo de asma. Dado que el virus SARS-COV-2 puede causar inflamación pulmonar grave y síntomas respiratorios prolongados en ciertos pacientes, a muchas familias les preocupaba si el COVID-19 podría desencadenar un diagnóstico de asma en sus hijos. CHOP estableció un equipo para evaluar más a fondo estas preocupaciones.
Han pasado más de cuatro años desde que se informaron las infecciones iniciales en los Estados Unidos, y al comienzo de la pandemia se realizaron pruebas de COVID-19 con frecuencia. Estas circunstancias crearon el conjunto perfecto de circunstancias para un gran estudio de cohorte retrospectivo.
"Durante los primeros días de la pandemia, pudimos aislar los efectos del COVID-19 de otros virus y seguir a estos pacientes el tiempo suficiente para observar la aparición del asma", comenta el primer autor del estudio, James P. Senter, asistente médico del Departamento de Pediatría de CHOP. "También hacíamos pruebas con tanta frecuencia que teníamos un grupo de control incorporado para comparar los síntomas del asma y si el COVID-19 era un factor crítico".
Este estudio de cohorte retrospectivo incluyó a más de 27 000 pacientes pediátricos que se sometieron a una prueba de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) para detectar el SARS-COV-2 entre el 1 de marzo de 2020 y el 28 de febrero de 2021. Los pacientes fueron seguidos durante un período de 18 meses.
El análisis encontró que una prueba positiva para SARS-COV-2 no tuvo un efecto significativo sobre la probabilidad de un nuevo diagnóstico de asma. Sin embargo, los niños con factores de riesgo conocidos de desarrollar asma pediátrica, como raza, alergias alimentarias, rinitis alérgica (o fiebre del heno) y parto prematuro, tenían más probabilidades de asociarse con nuevos diagnósticos de SARS-COV-2.
Dado que el estudio se centró únicamente en pacientes pediátricos, no en pacientes adultos, será necesario realizar más investigaciones para evaluar a los pacientes de diferentes edades y en intervalos más largos para confirmar que no existe una relación entre el SARS-COV-2 y el desarrollo del asma. Aunque han surgido nuevas variantes desde que se realizó el estudio, muchos de los elementos fundamentales del virus original, que parecen reducir la respuesta alérgica producida en pacientes infectados, se han mantenido intactos en las variantes actuales.
"Este estudio bien elaborado reafirma los factores de riesgo que sabemos que contribuyen al desarrollo del asma y proporciona información clínicamente útil a los pediatras y proveedores sobre la ausencia de riesgo de desarrollar asma como resultado del COVID-19", concluye el autor principal del estudio, David A. Hill, médico tratante de la División de Alergia e Inmunología de CHOP. "Tenemos la esperanza de que este estudio resuelva una pregunta pendiente en la mente de muchas de sus familias".