MADRID, 19 Oct. (EDIZIONES) -
Cuando una mujer va a dar a luz siempre le recomiendan que no se pinte las uñas, pero que tampoco lleve lentillas por si aparecen complicaciones en el parto y es necesario anestesiarla. También son muchas las que dudan de si ponerse la epidural o no.
Para aclarar un poco estas ideas entrevistamos en Infosalus al doctor Nicolás Brogly, vicepresidente de la sección de Obstetricia de la Sociedad Española de Anestesiología, Reanimación y Terapéutica del dolor (SEDAR), quien aconseja acudir siempre a un anestesiólogo antes de dar a luz, algo que no siempre es frecuente.
"Antes de dar a luz es fundamental acudir al anestesiólogo para saber qué es la analgesia del parto, que es una analgesia epidural, cómo funciona, y en qué condiciones se puede poner. En Internet puedes encontrar mucha información, pero realmente los anestesiólogos obstétricos podemos dar a la paciente la información individualizada, porque ésta puede tener necesidades diferentes a la hora de parir, en función de qué parto vaya a tener, de sus factores de riesgo, o de si tiene una enfermedad. Por lo tanto, es importante estar bien informada para saber a qué puede aspirar a nivel de la anestesia en el parto una mujer", sostiene esta especialista.
PRINCIPALES RECOMENDACIONES
Entre otras recomendaciones de cara al parto y relacionadas con la anestesia desaconseja que la mujer lleve lentillas porque en cualquier momento hay que ir al quirófano, y con lentillas se puede secar el ojo y provocar una infección, así como mucho disconfort para la paciente.
Por otro lado, dice que estaría el tema de las uñas pintadas, no deben estarlo, y según argumenta esto es debido a la monitorización: "Si hay un parto instrumental o una cesárea, el esmalte interfiere con la medición del oxígeno en sangre, y puede alterar las mediciones durante la monitorización y por eso se recomienda que las uñas, o al menos una, no estén pintadas para poder colocar el pulsioxímetro".
Una cosa que puede ralentizar a la hora de poner una epidural es no tener una analítica del tercer trimestre, sobre todo a nivel de plaquetas y de coagulación, prosigue este especialista: "Si tenemos una alteración puede ser una contraindicación de la epidural y no podemos arriesgarnos a poner una epidural sin estos datos por los riesgos de hematomas en la espalda. Habitualmente, en una mujer sana sin antecedentes, se necesita la analítica del último trimestre para comprobar que todo esté bien".
A su vez, el doctor Brogly ve conveniente acudir a una consulta con el anestesista en caso de patologías previas, o de enfermedades que puedan interferir con el parto, si bien reconoce que con el seguimiento que hoy en día realizan los obstetras sobre la mujer embarazada estos ya valoran si hay un caso de alto riesgo el derivar a la mujer al anestesiólogo antes de dar a luz.
LA ANESTESIA NO TIENE POR QUÉ DAÑAR AL BEBÉ
En último lugar, preguntamos a este anestesiólogo sobre si la anestesia puede perjudicar al bebé y a las madres. Reconoce que las repercusiones de la anestesia sobre estos han disminuido mucho en las dos o tres últimas décadas, en gran parte porque ahora se realizan menos anestesias generales, especialmente en casos de cesáreas urgentes, o en partos instrumentales, y también porque se están obteniendo niveles de epidurales en las mujeres españolas, por encima del 80% en casi todo el territorio.
"Esto nos da mucha seguridad, a nivel de la repercusión sobre la madre, pero también sobre el feto. Los bebés no tienen por qué sufrir con la anestesia", remarca el vicepresidente de la sección de Obstetricia de la Sociedad Española de Anestesiología, Reanimación y Terapéutica del dolor (SEDAR).
Desde la SEDAR, desde la sección de Obstetricia, se recomienda la epidural en las mujeres no solo para su confort, sino también para su seguridad, según advierte, porque si ocurre cualquier complicación esta analgesia permite evitar una anestesia general y tratar cualquier complicación de forma más llevadera.
Hoy en día celebra que a nivel de seguridad de la propia técnica se han bajado mucho las dosis y concentraciones de medicación y esto hace que las mujeres tengan más posibilidad de notar las contracciones y de participar en el parto bajo la analgesia epidural, así como de movilizarse cada vez más en muchos casos. "La epidural da una seguridad que no da el no tenerla, por si hubiera complicaciones, que puede ocurrir incluso en un parto que se presume inicialmente normal", concluye el doctor Nicolás Brogly.