MADRID, 23 May. (EUROPA PRESS) -
El Consejo General de Dentistas asegura que al 25 por ciento de la población le falta, al menos, una de las cuatro muelas del juicio porque no se llegan a formar; y el 10 por ciento carece totalmente de ellas, "debido a que la dieta es cada vez más blanda, lo que ha hecho que no sean necesarias ni una mandíbula tan grande ni tantas piezas dentales", explican.
La boca pasa por varias etapas de la erupción de los dientes. Después de la salida de los temporales, entre los seis meses y los dos años, empiezan a aparecer las primeras muelas definitivas a los seis años. Los dientes permanentes terminan de erupcionar alrededor de los 12 años con la excepción de los terceros molares o muelas del juicio, que suelen salir entre los 17 y los 22 años, razón por la cual se les llama muelas del juicio, porque aparecen a una edad de madurez.
"La afirmación de que las muelas del juicio no sirven para nada es errónea y carece de todo fundamento científico. Los terceros molares deben considerarse unas muelas más, ya que cumplen con la misma finalidad que el resto de los dientes: triturar, masticar y facilitar la digestión de los alimentos", asevera el presidente del Consejo General de Dentistas, el doctor Óscar Castro Reino.
PROBLEMAS FRECUENTES
En ocasiones, la posición de los terceros molares o la falta de espacio originan una serie de problemas. El más común es la infección conocida como pericoronaritis, que es la inflamación alrededor de la corona de la muela del juicio.
Otra de estas complicaciones es el apiñamiento; esto es, el empuje inadecuado de la muela del juicio al intentar salir puede, en ocasiones, originar que los dientes incisivos sufran un apiñamiento. Asimismo, una muela del juicio puede originar la formación de quistes, lo que requerirá una intervención quirúrgica. Otro problema es que la posición inadecuada del tercer molar puede dañar al molar contiguo, produciéndole caries o reabsorbiendo su raíz.
"Si cuanto están saliendo los terceros molares se siente sensación de calor y presión, la encía inflamada, dolor en la muela o de oído y garganta, o un sabor extraño en la boca, se recomienda visitar al dentista lo antes posible", explica el presidente del Consejo General de Dentistas. "Muchas de estas complicaciones pueden resolverse mediante tratamiento con antibióticos y antiinflamatorios, pero en otros casos será necesario extraer la muela del juicio, según criterio del dentista", concluye Castro.