Las noches muy calurosas aumentan la mortalidad entre los ciudadanos de Barcelona

Noche en Barcelona
WALKERSSK/SINC
Publicado: miércoles, 1 agosto 2018 10:29

   MADRID, 1 Ago. (EUROPA PRESS) -

   Las noches muy calurosas aumentan la mortalidad por causas naturales, respiratorias y cardiovasculares entre los ciudadanos de Barcelona, según ha mostrado una investigación liderada por el profesor de la Universidad de Santiago de Compostela, Dominic Royé.

   El trabajo, publicado en el 'International Journal of Biometeorology' y recogido por la plataforma Sinc, ha utilizado los datos horarios de temperatura registrados entre los años 2003 y 2013 para definir dos índices: uno que valora la intensidad (suma de las temperaturas que se alcanzan) y otro la duración (número de horas que superan 23ºC) del calor durante las noches.

   "En general, en un sentido clásico, las noches tropicales son aquellas en las que su temperatura mínima no baja de los 20 grados centígrados, pero en este trabajo se establece un umbral relativo de 23 grados centígrados, lo que permite tener en cuenta la aclimatación de la población a las temperaturas de Barcelona", ha explicado el investigador.

   Por otra parte, el investigador ha recopilado la información oficial facilitada por el Departamento de Salud de la Generalitat de Cataluña sobre las tasas de mortalidad en Barcelona, Badalona y L'Hospitalet de Llobregat durante el periodo 2003-2013. Los fallecimientos se clasificaron en tres categorías: por causas naturales (todas las patologías salvo accidentes), enfermedades cardiovasculares y respiratorias.

   Posteriormente, se aplicó un modelo estadístico para saber si existe una vinculación entre estos datos y los dos índices. "Las asociaciones para las variables de exposición al calor y la mortalidad muestran una relación con valores altos y medios que persisten significativamente hasta uno o dos días después del episodio", ha destacado el experto.

   Concretamente, se observó que la mortalidad por causas naturales aumenta un 1,1 por ciento por cada 10 por ciento de la noche en la que se superan los 23 grados centígrados, y hasta un 9,2 por ciento en las raras ocasiones en las que no se baja de esa temperatura en toda la noche.

   Los efectos de las altas temperaturas nocturnas sobre la mortalidad por causas cardiovasculares son parecidos, pero en el caso de los fallecimientos debidos a problemas respiratorios son todavía más altos.

   En la actualidad, Royé participa en un estudio internacional para comparar lo que ocurre en otras ciudades europeas, como Madrid. Ahora bien, el experto ha recordado que el riesgo de mortalidad por calor no es igual para toda la población, siendo las poblaciones más vulnerables las personas mayores, niños, pacientes con enfermedades crónicas y personas con un nivel socioeconómico bajo.

   Royé y otros investigadores de la Universidad de Compostela también han aplicado las técnicas estadísticas para analizar por primera vez en España los efectos del calor y el frío en la venta de medicamentos para enfermedades respiratorias. Este otro estudio, realizado con datos de A Coruña y publicado en la revista 'Pharmacoepidemiology and Drug Safety', confirma que el riesgo de consumir estos fármacos se reduce en verano y aumenta durante los meses más fríos.

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