MADRID, 6 Ene. (EDIZIONES) -
¿Es cierto que con el frío surgen dolores en las articulares, y más que en otras épocas del año? ¿Realmente los huesos pueden dolernos por el frío? ¿De qué manera el frío afecta a nuestras articulaciones?
La doctora Cristina Macía es portavoz de la Sociedad Española de Reumatología (SER) y reumatóloga del Hospital Universitario Severo Ochoa de Leganés (Comunidad de Madrid). La entrevistamos en Infosalus para poder comprender un poco mejor de qué manera el frío puede afectar a nuestras articulaciones.
Según afirma, es frecuente que los pacientes comenten en la consulta que en los meses de frío el dolor de determinadas enfermedades articulares empeore, algo que dice que suele ocurrir especialmente en el caso de la artrosis. "Esto a veces nos obliga a ajustarles temporalmente el tratamiento para el dolor", subraya.
El frío no produce enfermedades reumáticas 'per se', según asevera, si bien indica que, en ocasiones, sí desencadena algunos de sus síntomas, como el fenómeno de Raynaud, que puede aparecer en algunas enfermedades reumáticas autoinmunes sistémicas.
Fruto de las bajas temperaturas este fenómeno se caracteriza por una disminución de la circulación sanguínea en los dedos de las manos y de los pies, porque los vasos sanguíneos se cierran y no llevan la sangre a la mano. Provoca dolor, la piel de los dedos se vuelve blanquecina (muy pálida) y, si progresa mucho el periodo sin riego, se pueden llegar a producir úlceras digitales.
CAMBIOS DE PRESIÓN Y DE TEMPERATURA
En este sentido, la reumatóloga subraya que, a nivel articular, algunos estudios científicos han visto que con los cambios de presión y de temperatura ambientales se modifica la viscosidad del líquido sinovial (el líquido que tenemos en las articulaciones) pudiendo activarse los receptores del dolor y liberándose moléculas de inflamación en las articulaciones.
"Aunque otros estudios no han confirmado estos hechos podrían justificar por qué hay personas que en invierno tienen más dolores articulares, sobre todo si esas articulaciones ya están dañadas por una enfermedad reumatológica", informa la portavoz de la SER.
EL FRÍO, LA LLUVIA, Y LOS CAMBIOS BRUSCOS DE TEMPERATURA
En este sentido, la SER advierte de que el frío, la lluvia y el cambio de la presión atmosférica no producen enfermedades reumáticas, pero sí que son factores que influyen en el agravamiento de los síntomas de muchas de ellas, ya que algunos pacientes tienen una mayor sensación de dolor. En concreto, cita que son dos procesos reumáticos los principales afectados: el fenómeno de 'Raynaud' antes mencionado y los cuadros de dolor miosfacial.
Por su parte, el doctor Jesús Tornero, también portavoz de la SER y jefe de sección de Reumatología del Hospital Universitario de Guadalajara, asegura que "las épocas de frío suelen caracterizarse por un tiempo inestable y cambiante", de forma que cambia muy bruscamente la presión atmosférica y las articulaciones y ligamentos enfermos por reumatismo duelen más y se notan más rígidos y menos activos; un empeoramiento, eso sí, "transitorio".
Por otra parte, dice que la humedad y los cambios barométricos de la presión atmosférica (cuando va a cambiar el tiempo) también pueden influir en los pacientes con daño en las articulaciones, ya que tienen receptores de presión alterados en las mismas, capaces de detectar los cambios súbitos de presión atmosférica.
Al mismo tiempo, reconoce que estos pueden sentir más dolor cuando cambia bruscamente el tiempo. "En las zonas geográficas en las que llueve más y el tiempo suele ser más cambiante, los afectados reumáticos están más sintomáticos, pero no se ha demostrado que haya grandes diferencias de incidencia de este tipo de enfermedades por este motivo", agrega.
CUANDO IR AL ESPECIALISTA
Aquí la doctora Cristina Macía subraya que el diagnóstico y el tratamiento precoz en las enfermedades reumáticas es esencial, no solo para evitar sufrimiento al paciente, sino también a la hora de mejorar significativamente el pronóstico.
Sí pide tener en cuenta también que cuando la gente dice que le duelen los huesos suele ser más que le duelen las articulaciones (tobillos, rodillas, dedos, muñecas, codos) porque no saben muy bien qué les pasa.
"Posiblemente muchas veces cuando la gente se refiere a los huesos les duelen las articulaciones y esto, por ejemplo, puede ser por artrosis, lo más frecuente en la población, una degeneración del cartílago por la edad, por el paso del tiempo o porque usamos muchos las articulaciones", aclara la especialista.
Con ello, subraya que al especialista hay que ir cuando hay algo más, hay inflamación, esa articulación se pone roja, hinchada, caliente; también cuando hay rigidez de más de media hora por la mañana, la persona se levanta y le cuesta moverse; cuando es un dolor inflamatorio, aquel que cuando la persona hace cosas se encuentra correctamente, y en cambio cuando se queda quieto es cuando está fastidiado, cuando se encuentra peor.