MADRID 19 Ene. (EUROPA PRESS) -
Un nuevo tratamiento oncológico personalizado puede mejorar radicalmente las perspectivas de algunos pacientes con cáncer de vías biliares, según un ensayo multicéntrico internacional, con participación de investigadores españoles, publicado en la revista 'New England Journal of Medicine'.
El ensayo clínico abierto de fase II --cuya rama europea fue dirigida por investigadores del University College de Londres (UCL), en Reino Unido-- descubrió que los pacientes que, de otro modo, se enfrentarían a cuidados terminales sobrevivían hasta dos años cuando eran tratados con el fármaco futibatinib.
En septiembre del año pasado, los datos del ensayo FOENIX-CCA2 llevaron a la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) a aprobar el futibatinib, aunque el Instituto Nacional para la Excelencia Clínica del Reino Unido aún no ha estudiado el fármaco. El futibatinib se dirige contra una alteración genética concreta, denominada fusión FGFR2, que se encuentra en alrededor del 14% de los cánceres de vías biliares.
El ensayo fue realizado en 13 países-- Alemania, Australia, Canadá, España, Estados Unidos, Francia, Hong Kong, Italia, Japón, Corea del Sur, Países Bajos, Reino Unido y Taiwán--, y patrocinado por Taiho Oncology.
De las personas diagnosticadas anualmente en el Reino Unido de cáncer de vías biliares, que comprende el colangiocarcinoma y el cáncer de vesícula biliar, aproximadamente 300 presentarán esta alteración genética. En Estados Unidos son 8.000. Existen muy pocas opciones de tratamiento para el cáncer de vías biliares y la supervivencia es escasa, con una media de sólo 12 meses. Aunque se trata de un cáncer poco frecuente, su incidencia está aumentando en todo el mundo.
Este ensayo internacional reclutó a 103 pacientes con cáncer de vías biliares que habían recibido al menos un tratamiento de quimioterapia, pero cuyo cáncer se había vuelto resistente. Los tumores cancerosos de los pacientes habían sido analizados genéticamente (perfilados molecularmente) para comprobar que presentaban una alteración en un grupo concreto de genes, conocidos como receptores del factor de crecimiento de fibroblastos (FGFR). El fármaco se conoce como inhibidor del FGFR-2, ya que actúa contra esta alteración genética.
Cuando los pacientes fueron tratados con futibatinib (comprimido oral), los resultados fueron sorprendentes, aseguran los investigadores. El fármaco fue más eficaz a la hora de reducir el tamaño del tumor, ya que el cáncer se redujo en más de un 40%, frente al 25% de la quimioterapia. También produjo efectos secundarios modestos en comparación con la quimioterapia.
Los pacientes que recibieron el tratamiento sobrevivieron hasta dos años, a pesar de que padecían un cáncer avanzado y en ocasiones habían probado hasta cinco tratamientos más antes de entrar en el ensayo. Sin este tratamiento, a la mayoría de los pacientes se les habría ofrecido el mejor tratamiento de apoyo.
En palabras del profesor John Bridgewater, del Instituto del Cáncer del UCL y University College London Hospitals NHS Foundation Trust y autor principal del estudio, "estos resultados ponen patas arriba el tratamiento de este grupo de pacientes. En lugar de tratarlos con el trabuco que es la quimioterapia, que ataca a las células sanas junto con el cáncer, podemos ofrecer un tratamiento personalizado que sólo se dirige a una alteración específica dentro del cáncer".
"Los beneficios que los pacientes observaron en el ensayo fueron notables --prosigue--. Es importante que los pacientes con cáncer de vías biliares se sometan a pruebas para averiguar si presentan esta anomalía. No podemos permitirnos pasar por alto una de estas alteraciones: la diferencia que podrían suponer en los resultados del tratamiento es drástica".
En la actualidad existen otros inhibidores del FGFR que ya se utilizan clínicamente, entre ellos uno llamado pemigatinib, cuyo uso ha sido aprobado en el Reino Unido por el Instituto Nacional para la Atención y la Excelencia Sanitarias (NICE). Sin embargo, se sabe que los inhibidores del FGFR existentes son susceptibles de generar resistencia en el cáncer. Las pruebas de laboratorio han demostrado que es menos probable que esto sea un problema con futibatinib, ya que se dirige a la anomalía del FGFR de una manera más específica, por lo que es probable que sea más eficaz que los fármacos existentes.
Ya se están realizando ensayos para estudiar la posibilidad de utilizar inhibidores del FGFR2 como tratamiento de primera línea en lugar de la quimioterapia. Según el profesor Bridgewater, "la pregunta que deben responder ahora estos ensayos no es si los pacientes deben recibir este tratamiento, sino cuándo. Esperemos que este tipo de tratamiento genético se convierta en la nueva norma de la oncología --añade--. El tratamiento personalizado ha sido durante mucho tiempo una palabra de moda en el cáncer, pero este ensayo es la prueba real de que puede hacerse y aportar enormes beneficios a grupos específicos de pacientes".
El cáncer de vías biliares es una enfermedad rara pero agresiva en la que se forman células cancerosas en los conductos biliares, una red de tubos que conectan el hígado, la vesícula biliar y el intestino delgado.
Helen Morement, Directora General de AMMF - The Cholangiocarcinoma Charity, explica que "desde hace más de una década, el arsenal terapéutico para los enfermos de colangiocarcinoma inoperable es escaso. La quimioterapia, aunque puede ser moderadamente eficaz para algunos, no lo es para todos, y su eficacia no se conoce hasta que el paciente ha recibido varios ciclos de quimioterapia y puede haber soportado una serie de efectos secundarios difíciles, sólo para descubrir que no ha habido ninguna ventaja para ellos en la reducción o estabilización de su cáncer".
"Ahora, para aquellos pacientes cuyo colangiocarcinoma presenta la fusión FGFR2, futibatinib supone un importante paso adelante --asegura--. No sólo se trata de un tratamiento más personalizado del que saben desde el principio que podría tener un impacto positivo en su cáncer -lo que conlleva la esperanza de prolongar la supervivencia por encima de las quimioterapias más estándar y/o los mejores cuidados de apoyo que podrían ofrecerse-, sino que, al tratarse de una terapia oral con efectos secundarios tolerables, presenta ventajas para la calidad de vida en comparación con la quimioterapia convencional, como pasar menos tiempo en el hospital y lejos de los seres queridos".
"Este importante hito subraya la necesidad de que todos los profesionales sanitarios sometan a sus pacientes con colangiocarcinoma a pruebas moleculares --prosigue--. El tratamiento ya está aprobado en Estados Unidos y ahora esperamos la aprobación del NICE a su debido tiempo".