Nuevo estudio cuestiona el papel de BRCA1 en la progresión del cáncer de próstata

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Archivo - Prostata. - GETTY IMAGES/ISTOCKPHOTO / PALMIHELP - Archivo
Publicado: martes, 25 febrero 2025 7:58

   MADRID, 25 Feb. (EUROPA PRESS) -

   Las mutaciones en el gen BRCA1 que son hereditarias (línea germinal) o adquiridas (somáticas) podrían no ser clave para el inicio del cáncer de próstata, como se creía anteriormente, sugiere el primer estudio de este tipo, publicado por Manchester Academic Health Science Centre (Reino Unido) en la revista de acceso abierto 'BMJ Oncology'.

   Si se confirman en estudios posteriores, los hallazgos sugieren que puede ser el momento de reevaluar el tratamiento actual con medicamentos inhibidores de PARP (poli(ADP-ribosa) polimerasa), que bloquean la capacidad de las células, incluidas las cancerosas, para reparar el daño del ADN, en hombres con variantes genéticas BRCA1, dicen los investigadores.

Un editorial vinculado sugiere que los hallazgos abren el camino para un mayor refinamiento de las pruebas genéticas y un tratamiento personalizado para los hombres con cáncer de próstata.

   El cáncer de próstata es el cáncer más común en los hombres, y se sabe que las variantes genéticas en los genes de respuesta y reparación del daño del ADN tienen un papel en la progresión de la enfermedad. Por ejemplo, los hombres con mutaciones heredadas o adquiridas en los genes BRCA2 o ATM tienen mayor riesgo de sufrir una enfermedad agresiva y tienen peores resultados que aquellos que no tienen estas mutaciones, explican los investigadores.

ESTUDIO EN 450 HOMBRES

   Para intentar cuantificar la contribución de las mutaciones heredadas y adquiridas en diferentes genes de respuesta y reparación del ADN en hombres con cáncer de próstata, los investigadores revisaron los resultados de pruebas genéticas de 450 hombres con la enfermedad en el noroeste de Inglaterra entre 2022 y 2024. A los hombres se les habían realizado pruebas para detectar variantes genéticas de la línea germinal (166), somáticas (280) o de ambos tipos (4) de los genes BRCA1, BRCA2, ATM, CDK12 y PALB2, con el objetivo de iniciarles un tratamiento con inhibidores de PARP.

   En 340 casos, el cáncer de los hombres se había propagado a otras partes del cuerpo (metástasis). La edad promedio era de 69 años, pero variaba entre 38 y 87. Entre los miembros de este grupo que no se hicieron la prueba, en función del alto riesgo (edad o antecedentes familiares), al menos 18 (poco más del 5 %) tenían una variante de la línea germinal BRCA2, pero solo 1 tenía una variante de la línea germinal BRCA1 (0,3%). Y de los 263 examinados para detectar variantes de la línea germinal ATM, 7 (3%) dieron positivo.

    Entre los 124 sujetos sometidos a pruebas de línea germinal basadas en alto riesgo, su edad promedio fue de 56 años (rango 34-77). Nuevamente, la variación de línea germinal BRCA2 predominó, con 8 (8%) resultados positivos, pero solo uno (menos del 1%) resultados positivos para una variante de línea germinal BRCA1.

   Los resultados de las pruebas de línea germinal BRCA 1 y BRCA 2 estaban disponibles para los 450 hombres. Estos revelaron 27 variantes de línea germinal BRCA2 (6%), pero solo 2 variantes de línea germinal BRCA1 (0,5%), y una de ellas probablemente no fue la causante, ya que también estaba presente una mutación ATM, señalan los investigadores.

   Se encontraron seis variantes de la línea germinal ATM entre los 328 hombres examinados para esta mutación genética. Y entre los 97 hombres examinados para variantes de la línea germinal PALB2, solo se encontró 1 en un hombre de 70 años con un fuerte historial familiar de cáncer de mama.

    De los analizados para detectar mutaciones genéticas CHEK2 (122), Lynch (69) o RAD51C/D (15), no se encontró ninguna. Se dispuso de los resultados de pruebas somáticas de 280 hombres cuyo cáncer se había propagado a otras partes del cuerpo. En total, 31 (11%) tenían una variante genética BRCA2 identificable. De estos, 16 (6%) se confirmaron como variantes germinales y 11 (4%) como variantes somáticas. En 4 de ellos, el tipo de variante no estaba claro.

   Esto indica que las variantes BRCA2, somáticas y germinales, tienen un papel importante en la progresión del cáncer de próstata, afectando al menos a 1 de cada 10 portadores de la enfermedad, dicen los investigadores. Por otro lado, las variantes BRCA1 no parecen contribuir de manera importante al inicio o progresión de la enfermedad: solo se encontró una variante somática y una variante de línea germinal en combinación con una variante de línea germinal ATM en un caso en el que la enfermedad se había propagado a otras partes.

   Por otra parte, las mutaciones de ATM tanto de línea germinal como somáticas también se asociaron con la propagación de la enfermedad, ya que 16 de las 263 (6%) muestras de tumores analizadas tenían una variante genética ATM identificada, 5 (2%) de las cuales eran de línea germinal, 7 (2,5%) de las cuales eran somáticas, mientras que 4 eran indeterminadas. Y los datos sugieren que el CDK12 somático y el BRCA2 somático y germinal ya no deberían considerarse mutuamente excluyentes, como lo han sido hasta ahora.

ES UN ESTUDIO PEQUEÑO, HAY QUE INVESTIGAR MÁS

   Los investigadores reconocen que sólo se analizaron 217 muestras tumorales para detectar todas las variantes genéticas y que no pudieron clasificar a todos los identificados como somáticos o de línea germinal. Y como los portadores de la variante BRCA1 se analizaron hace relativamente poco tiempo, aún no se conocen los resultados a largo plazo para estos hombres, señalan.

   "Incluso si existe una señal de cáncer de próstata no metastásico en BRCA1, esto podría no justificar la detección del PSA [antígeno prostático específico], dadas las altas tasas de sobrediagnóstico", dicen los investigadores. "Por lo tanto, tal vez haya llegado el momento de cuestionar si el BRCA1 debería considerarse un gen predisponente al cáncer de próstata, dada su muy baja prevalencia en el presente estudio de mutaciones somáticas", sugieren.

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