MADRID, 8 Mar. (EUROPA PRESS) -
La obesidad es un potente factor de riesgo de enfermedad renal, ya que aumenta un 83 por ciento las probabilidades de desarrollar insuficiencia renal crónica mientras que la hipertensión arterial, acompañante común de la obesidad, puede acelerar la progresión de esta dolencia.
"Los sujetos que presentan además microalbuminuria e insulino resistencia pueden desarrollar más fácilmente enfermedad renal y vascular significativa", ha destacado la jefa de la Sección de Nefrología en el Hospital Universitario de la Princesa de Madrid, Guillermina Barril, con motivo del Día Mundial del Riñón que se celebra este domingo, 12 de marzo.
Para evitar esta situación esta experta reconoce que mantener una alimentación equilibrada adquiere especial relevancia en personas con insuficiencia renal crónica avanzada que reciben tratamiento de diálisis.
En este sentido, la flexibilidad e independencia que brindan las opciones de diálisis peritoneal (aquella modalidad de tratamiento que permite a los pacientes con enfermedad renal crónica tratarse en casa), y que les permiten ajustarse al esquema de tratamiento de acuerdo con su trabajo, escuela o planes de viaje, también favorece la consecución de unos hábitos alimenticios saludables para los enfermos renales.
"En los tratamientos domiciliarios se puede tener una dieta más libre ya que la dosis de diálisis es más continua; lo más importante es tener una información adecuada para llevar una alimentación acorde a la enfermedad renal pero adaptada a sus gustos y esquemas de diálisis", ha destacado Barril.
En esa misma línea, la directora de la Unidad de Renal de Baxter España, Helena Hernández, defiende que una buena educación nutricional "no solo fomentará la adquisición de unos hábitos de alimentación saludables sino que ayudará a mejorar la calidad de vida de los pacientes renales en cualquier modalidad de tratamiento", asegura.